¿Cuál transformación? ¿Dónde está? solo eso abunda en los labios de estos políticos y otra de ellas, la frase de "primero los pobres”, al escuchar estas expresiones con tanta frecuencia, los mexicanos nos debemos preguntar si el gobierno está haciendo las cosas bien. ¿Es necesario que pregone con palabras huecas lo honesto, trabajador en su periodo?
Hoy los mexicanos vivimos dos polos, por un lado los grandes empresarios están tranquilos y a salvo siendo amigos del presidente Andrés Manuel López Obrador, y viviendo de los impuestos y a costillas de la gente; por otro, el polo opuesto, estamos viviendo la peor tragedia de nuestros días mientras sin educación no poseemos los elementos necesarios para diferir las verdades y las mentiras del presidente y como lograrlo si hablamos de la pésima educación en México.
Esta transformación que se pregonaba no se puede ocultar con un dedo, basta pararse o pasear por la orilla de la cuidad o de cualquier colonia para analizar y observar la falta de servicios y el rezago de la infraestructura urbana.
La pobreza, la marginación que están en cada rincón de nuestra querida patria, millones de personas se encuentran sin empleo, incluyendo a los profesionalistas, a los jóvenes que cuando migran de sus municipios son presas fáciles de la violencia delictiva común u organizada.
Los pocos mexicanos que obtiene un empleo formal trabajan en condiciones precarias y bajos salarios, la educación pública desvirtuada: las aulas son usadas abiertamente como centros de adoctrinamiento político partidista porque es lo que el sistema quiere que no cuestionen, no argumenten, no opinen, desconozcan para controlar el sistema, solo quiere medio educar al pueblo. Los bajos ingresos imposibilitan el acceso a la canasta básica por que los precios de la carne, leche, huevo, entre otros productos se han ido incrementando; el sistema de salud se convirtió en un cementerio debido a la falta de medicamentos, a la pésima infraestructura y falta de personal, los enfermos solo llegan a morir.
En esta realidad ¿dónde quedó la transformación? ¿En dónde está el bienestar? Es muy poco lo que queda de esperar de la esperanza, en lo que queda del sexenio que se cumplan las palabras empeñadas porque este gobierno o cualquier otro tiene la obligación de dar resultados, de lo contrario la historia los condenará por falsantes.
Es momento de abrir los ojos que ahorita es cuando salen los obradores de caridad, los señores samaritanos, los bondadosos. Al pueblo no se le ve solamente en las elecciones, al pueblo se le tiente y extiende la mano siempre eso lo tenemos que tener claro.
Hoy, el Movimiento Antorchista levanta la voz e invita a que reflexiones lo que sucede en nuestro país.
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