Días pasados, se aprobó el Presupuesto de Egresos de la Federación para el 2025, en el cual, como era de esperarse, se anuncian recortes a varios sectores importantes, entre los cuales se encuentra la salud y el medio ambiente. El sector salud sufrirá fuertes recortes en un 34% de su presupuesto, hasta los 66 mil 693 millones de pesos.
El mexicano sabe que para ser atendido es necesario hacer cita un mes antes de enfermarse
La salud en nuestro país es un tema que involucra a todos los ciudadanos de todos los estratos sociales, pues en algún momento de la vida es inevitable recurrir a algún centro médico u hospital para solicitar asistencia médica, sin embargo, el acceso es difícil y, además, cada vez más complicado que te proporcionen los medicamentos necesarios o que haya camas disponibles para una buena atención.
Se va normalizando ver a los enfermos canalizados en los pasillos por falta de cuartos, camas y equipos; los familiares durmiendo sobre una cobija en los pasillos de los hospitales; enfermos que no son recibidos y recetas que no son surtidas. En fin, el mexicano sabe que para ser atendido es necesario hacer cita un mes antes de enfermarse.
Según los datos de México Cómo Vamos, existen enormes diferencias entre cada una de las instituciones que componen el sistema en cuanto a su gasto per cápita: en los extremos, mientras en 2021 PEMEX gastó $29,803.00, el IMSS Bienestar gastó $1,171.00, una diferencia enorme e injustificada. Además, para el 2022, derivado de las pésimas condiciones, seis de cada 10 personas se mudaron a la atención privada. Esta atención fuera del sistema público representa un incremento sustancial en lo que se denomina “gastos de bolsillo” de los usuarios, que se calcula que en 2022 se aproximará al 40% del gasto en salud.
Esto es el resultado del abandono por parte de las autoridades federales, que cada año dan tijerazos al presupuesto destinado para cubrir este derecho de todos los ciudadanos, y en esta ocasión, para el año 2025 vuelven a hacer de las suyas.
En Michoacán, las cosas no son diferentes, el recorte anunciado de ocho por ciento en el presupuesto federal destinado al estado, aunado al impacto de la inflación, está propiciando serias complicaciones para todos los municipios.
El pasado 16 de diciembre, la 76 Legislatura del Estado aprobó el Presupuesto 2025, por un monto de 98 mil 935 millones de pesos a 474 mil 315 pesos, lo que representa un incremento de 3.63 por ciento respecto a 2024. Sin embargo, entre las secretarías que presentaron disminuciones en sus recursos aparecen los Servicios de Salud de Michoacán con 3 mil 952 millones menos para quedar en 5 mil 407 millones debido a su homologación al IMSS Bienestar.
Al respecto, en entrevista, la diputada de Morena, Belinda Iturbide Díaz, mencionó que una de las principales reasignaciones corresponde a 4 mil millones de pesos, en materia de salud, que serán redirigidos al programa IMSS-Bienestar, el cual centralizará recursos y operatividad desde la federación.
Entonces, podemos deducir que uno de los retos para el gobierno estatal para el próximo año será avanzar en el terreno de la salud al que se le hacen recortes con nombre de reasignación.
El pueblo mexicano y también el michoacano necesita tener certeza de que sus seres queridos no estarán en la estadística de defunciones por enfermedades curables ni por falta de acceso a la salud.
Pues según los datos del INEGI, de enero a marzo de este año las enfermedades del corazón han cobrado 51 mil 586 vidas, la diabetes mellitus, 30 mil 501; los tumores malignos 23 mil 464; influenza y neumonía 11 mil 98; las enfermedades cardiovasculares 9 mil 237; las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas 5 mil 819 y la insuficiencia renal 4 mil 563 vidas.
Está claro que las enfermedades acechan las vidas humanas y lejos de fortalecer al sector salud se le descobija dejando a los mexicanos más vulnerables y cada vez más lejos de poder curarse, pues los salarios no alcanzan para cubrir una gripa ya ni pensar en un tratamiento costoso que necesite aparatos médicos y medicamentos controlados.
Los pocos que concentran riqueza sí pueden asegurar una atención de calidad, al resto, nos tocan los paliativos para las fiebres o recurrir a los tecitos y pomadas para calmar los dolores. Mientras no haya una justa distribución seguirán las defunciones por gripa.
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