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Ola de calor en Michoacán

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El estado de Michoacán es uno de los más afectados por la primera ola de calor de este 2025; así lo han mencionado los expertos en este tema.

Una ola de calor se entiende como un periodo prolongado con altas temperaturas diurnas y nocturnas. Esto significa que habrá temperaturas extremas que rondan entre los 40 y 45 grados Celsius.

Los cuerpos de agua se entuban para regar las grandes extensiones de cultivo, abasteciendo los grandes empaques a costa de las colonias populares, que tienen que sobrevivir con una o dos pipas por semana.

Las zonas más afectadas serán la región suroeste, incluyendo municipios como Aquila, Coahuayana, Chinicuila, Coalcomán, Arteaga, Tumbiscatío y Lázaro Cárdenas, así como la zona sur, donde se encuentran Apatzingán, Tepalcatepec, Buenavista, Parácuaro, La Huacana, Churumuco, Gabriel Zamora, Múgica y Nuevo Urecho.

Las altas temperaturas tienen repercusiones tanto en la salud de los michoacanos como en la producción agrícola. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los golpes de calor son la primera causa de muerte relacionada con el clima.

Aunque hasta ahora las autoridades correspondientes no han anunciado casos de golpes de calor en la población, esta probabilidad no queda descartada, pues en el estado muchas personas desempeñan sus labores bajo los rayos incandescentes del sol, y muchas de ellas no cuentan con una hidratación adecuada.

Por otro lado, el sector agrícola se verá afectado por los problemas de sequía y falta de lluvia que impactarán principalmente a los productores de temporal. Según el Censo Agropecuario 2022, había mil 434 unidades de producción que practicaban la agricultura de temporal, con un total de 9 mil 993 hectáreas cultivadas.

Si no hay lluvia y las temperaturas son altas, el periodo de siembra, que regularmente inicia a finales de mayo y principios de junio, no tendrá los resultados esperados, pero sí habrá una pérdida económica para los agricultores.

Estos datos y este clima ya no son sorprendentes ni para los habitantes ni para los campesinos, pues durante años se ha hablado sobre el cambio climático que se está generando en el planeta. Basta hacer un recorrido por las carreteras que atraviesan el antiguo cinturón de bosque para darse cuenta de que no existe un control sobre el cambio de uso de suelo y que los cerros de pino y encino están siendo cambiados en su mayoría por el “oro verde” y el resto por las berries.

En el marco de las mesas de trabajo “Cambio Climático en México: Tendencias, Riesgos y Políticas”, el especialista Francisco Estrada Porrúa, investigador de la UNAM, alertó que México ha tenido un incremento de 1.8 °C respecto al periodo preindustrial, lo que representa una tasa de calentamiento de 3.2 grados por siglo, más acelerada que el promedio mundial, que ronda los dos grados por siglo.

México, para 2022, ya se encontraba entre los primeros lugares en tasas de deforestación en el mundo, con 166 mil 337 hectáreas anuales. Según los datos de Israel Lara Garcilazo, coordinador del área de Medio Ambiente de Grupo México, Michoacán era uno de los estados con mayor deforestación.

 

Aun con estas alarmas y otras más que se han realizado por parte de los expertos, el campo michoacano sigue siendo explotado por las necesidades del capital de producir más a costa de los recursos naturales. Una muestra de ello son todas las hectáreas de bosque que se han incendiado y talado para poder producir más aguacate y más frutillas, porque el mercado así lo requiere.

Los cuerpos de agua se entuban para regar las grandes extensiones de cultivo, abasteciendo los grandes empaques a costa de las colonias populares, que tienen que sobrevivir con una o dos pipas por semana para todos los habitantes.

El capital se ha encargado de absorber todos los recursos naturales, y el estado de Michoacán es un claro ejemplo. Ha pasado de ser un estado con regiones calientes a ser un estado con regiones secas; sin bosque pero con grandes extensiones de cultivo de riego; sin agua en las colonias populares ni en los cuerpos de agua, pero tienen garantizado el líquido vital los grandes sembradíos y los grandes empaques.

A la población se le hacen recomendaciones de lo que debe hacer en esta época de calor: tomar mucha agua, hidratarse y no estar tiempo prolongado expuesto al sol. Pero nadie dice cuándo se detendrá la tala de los bosques, la entubación del agua y, sobre todo, cómo generará recursos económicos para sus familias si no salen a trabajar para evitar un golpe de calor.

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