El viernes 21 de diciembre del año pasado 50 mil antorchistas se manifestaron en el Congreso de la Unión para exigir que no se redujera el Presupuesto de Egresos de la Federación (pef) 2019. Dejaba fuera obras y servicios básicos para millones de mexicanos, antorchistas y no antorchistas, de cientos de comunidades indígenas, colonias populares, y localidades marginadas de todo el país, cuyos proyectos fueron presentados en tiempo y forma para su inclusión en el pef, pero que el equipo del presidente López Obrador dejaba fatalmente fuera; no se iba a realizar ninguna, de ningún modo.
Contra este recorte que castiga a los más pobres, los antorchistas decidieron luchar porque consideran incorrecto que el actual gobierno federal y el Congreso, de mayoría morenista, castiguen al pueblo con su política de gasto social, siendo este uno de los mecanismos que tiene a la mano para hacer menos injusta la distribución de la riqueza.
El gobierno federal gastará más de medio billón de pesos ($ 558 mil millones, 392 mil) más que el año pasado. Serán en total 5 billones 838,059 millones de pesos. Sin embargo, para cubrir los gastos que representan varias megaobras, incluido el costo de las indemnizaciones por cancelar los contratos en la construcción del Nuevo Aeropuerto en Texcoco y, en menor medida algunos programas sociales, que fueron promesas de campaña del presidente, el partido en el poder hizo recortes en diversas áreas tales como educación, medio ambiente, cultura, investigación científica, etcétera, pero también en las partidas destinadas a obras y servicios para los más pobres del país.
Para justificar estos recortes y condenar esta lucha de los antorchistas, se desató una campaña para deformarla, infamarla y perseguirla, descalificándola en sus intenciones y en sus métodos, tratando que la opinión pública se predisponga y la condene sin conocer ni interesarle la verdad.
El propio presidente declaró antes de su toma de posesión, que los programas de apoyo ya no se iban a realizar a través de "intermediarios" y acusó de corrupción y de "moches" a las organizaciones en general, mencionando algunas, a modo de ejemplo, pero siempre se refirió a una inventada "Antorcha Mundial". Esto se ha convertido, con un malabar que dejaría mareado a Maquiavelo, en la condena "comprobada y sentenciada" de todas las organizaciones y en particular del Movimiento Antorchista. A esta campaña se sumaron medios de comunicación, y actores políticos de todo color, que se han puesto de hinojos sin rubor ante el nuevo poder, al que le alaban todas sus ocurrencias, con sus siempre presentes, honrosas y esta vez no pocas excepciones.
Sobre esta base, ese día y horas antes de que los antorchistas iniciaran su manifestación, los diputados morenistas los acusaron falsamente de "secuestrar" a los diputados, lanzando a toda su estructura mediática a remachar la calumnia tratando de convertirla en verdad virtual. Muchos de los atacantes eran y siguen siendo evidentes golpeadores, porros de las redes, que no merecen atención, pero también lo han reproducido algunos medios de comunicación.
formales, de derecha e "izquierda", y hasta articulistas de abolengo, como si fuese consigna echarle montón a "La Antorcha", aprovechando la confusión.
Pero la verdad tiene su propia fuerza y saber la verdad de la lucha de los antorchistas pondrá en orden las cosas, sólo que la han ocultado bajo una marejada de falsas noticias que es necesario despejar. No es muy complicado abrir el panorama y cualquiera que la quiera ver, en tanto no se guíe por prejuicios la podrá apreciar.
Las demandas que motivan la lucha de los antorchistas son auténticas, son para los más pobres del país, y es mentira que Antorcha esté pidiendo recursos para sí misma.Antorcha nunca ha sido intermediaria, ni en los programas de transferencia monetaria condicionada (Oportunidades, adultos mayores, etcétera.) ni en las obras y servicios, cuyos recursos manejan, siempre, las instancias ejecutoras: Ayuntamientos y gobiernos de los estados; no hay manejo discrecional de los recursos, ni hay modo de que se haga, es materialmente imposible.
Lo que sí hacen los activistas de Antorcha es gestionar, presentar solicitudes que resumen las necesidades más elementales de las localidades y colonias más marginadas del país en las que luchan y trabajan día a día para organizarles, educarles y lograr el progreso constante de las mismas. Junto con ellos, acuden ante funcionarios de los tres niveles, exigiendo solución a demandas tales como agua potable, drenajes, electrificaciones, pavimentaciones, arreglo de calles, escuelas, hospitales, infraestructura educativa, cultural y deportiva, etc., así como programas de vivienda, apoyo a la producción agrícola y pecuaria, etc. Los antorchistas son, pues, portadores de un movimiento auténticamente popular que refleja las aspiraciones y necesidades de los más pobres del país. Con este trabajo cotidiano que ya lleva más de 44 años, han logrado que, ahora sí, poco a poco llegue el progreso a las localidades más aisladas, olvidadas por todos los partidos y gobiernos, tanto de derecha, como de centro e izquierda.
La lucha iniciada el 21 de diciembre es por obras, servicios y programas de ese tipo, Antorcha no solicita recursos para sí, ni vive del erario como sí lo hacen los partidos políticos, incluido Morena (Movimiento Regeneración Nacional). No pelean por "moches", sino por obras para los más pobres entre los pobres.
Esto es cierto y, acaso, ¿no lo saben el presidente y los diputados?, o ¿estarán confundidos o mal asesorados y, cándidos, creen lo que dicen de Antorcha? Nada de esto, saben perfectamente que Antorcha no está pidiendo recursos para ella, y que jamás ha tocado los recursos de las obras que gestiona y consigue.
Y, si no es un error, como no lo es, ¿qué es lo que está pasando? Sólo hay una explicación: saben que mienten, saben la falsedad de esa historia negra que inventaron para desacreditar toda petición y gestión, para negarse en redondo a atenderlas y resolverlas, pretenden, pues, desconocer a esta organización (y a todas las demás organizaciones que no sean de Morena) como gestoras de las demandas del pueblo, pero como eso sería ilegal, sería desconocer las garantías de los mexicanos consagradas en los artículos 8 y 9 Constitucionales, optan por descalificar la lucha acusándola de corrupción y de "moches".
El gobierno federal y los diputados de Morena no están contra los moches, lo cual en realidad sería correcto y los Antorchistas han manifestado estar de acuerdo, sino que están contra la organización independiente de las masas a la cual infaman y persiguen. Pero eso no será suficiente para evitar que el pueblo se organice, pues esto es ya una necesidad ineludible.
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