Hace unos días, desempolvando unos libros, di con uno que me pareció interesante, nos explica de una forma sencilla la evolución del hombre, sus autores, M. ILIN y E.SEGAL en "Como el hombre llego a ser gigante¨, nos dicen que el ser primitivo no podía llamarse hombre, que hubo un tiempo que no lo era, más bien era un esclavo obediente de la naturaleza; tenía tan poca libertad como cualquier animal salvaje, vivía en una jaula invisible, atado también a cadenas invisibles. Ahora, sin embargo, el hombre ha penetrado a todas partes: ha subido a las cimas de las montañas más altas, se ha aventurado hasta el fondo del mar, ha cruzado el desierto del Sahara, ha explorado las inmensidades heladas del ártico, ha bajado a las entrañas de la tierra y se ha remontado a la estratosfera. Pero no siempre fue así.
¿Cómo logro el hombre romper estas cadenas? Evidentemente esto no ocurrió de la noche a la mañana, trascurrieron centenares de miles de años para salir del bosque e internarse en las llanuras en búsqueda de nuevos y variados alimentos gracias a la perfección de sus instrumentos y el uso del fuego lo que le permitió cocinar comida, hornear pan, cocer arcilla y fundir minerales.
Sus autores nos hablan también de la división del trabajo, acción que permitió mejorar sus condiciones materiales, resaltan el papel que jugó la colectividad, que gracias a esa unidad pudo el hombre hacerle frente a las fuerzas hostiles de la naturaleza, "trabajaban en grupos, acumulaban experiencias y conocimiento, no se conocía la palabra individualidad o expresiones tales como "mi arma" o " mi casa", el hombre como ser social pudo sortear las adversidades, mejorar sus instrumentos desde la antigua edad de piedra, el cobre, hasta la edad del bronce.
Gracias a ese trabajo colectivo pudo fabricar pequeñas embarcaciones y luego desarrollar la navegación, aumentar la producción con nuevas técnicas y el descubrimiento de nuevos continentes aceleró el desarrollo de grandes centros comerciales, de grandes ciudades, pero inicia también el sometimiento de las sociedades menos desarrolladas por las más poderosas.
Por consiguiente, la situación cambió totalmente cuando comenzaron a tener mayor cantidad de productos de lo que era necesario, es decir surgió el llamado excedente de la producción. De este modo el hombre convirtió a su semejante en instrumento viviente suyo, así ocurrió en el esclavismo, feudalismo y ocurre en nuestra sociedad moderna capitalista que cada día crecen sus males, tiene secuestrado todos los conocimientos, la ciencia, la técnica, la economía y la política, en provecho de unos cuantos.
Hoy que la pandemia generada por la covid-19 azota a todos los pueblos del mundo, llegó de nuevo la hora de reflexionar que algunas fábricas están bajando su producción, otras están cerrando y desapareciendo, lo que significa que es el hombre el que produce los satisfactores sociales, es el obrero de la ciudad o el jornalero del campo que con sus hábiles manos y con los conocimientos acumulados por la humanidad, desde la aparición del hombre en la faz de la tierra hasta la actualidad es que puede generar la enorme cantidad de mercancías que inundan los mercados del mundo, pero lamentablemente él se queda únicamente con su miserable salario, mientras los patrones acumulan riquezas inmensas que no pueden siquiera disfrutar.
Nos tenemos que dar cuenta, aceptar y oponernos a que continúe esta situación, descubramos que a pesar de haber producido durante toda la vida los mexicanos no han logrado una cantidad suficiente de recursos para asegurar si quiera alimentos que permitan aguantar lo que dure la enfermedad, así es de desigual la sociedad capitalista.
Hoy en Zacatecas y todo México hay necesidad de alimentos, son miles de personas que aprovechando las redes sociales claman la ayuda salvadora del gobierno de Morena y del Presidente Andrés Manuel López Obrador, con cartas, fotos, videos, trapos blancos o cartulinas y solo han logrado el silencio como respuesta.
En sus inicios el hombre trabajaba en grupo, producían en colectivo y se distribuían los bienes con base en las necesidades de los individuos, la nueva sociedad que se proyecta y que se necesita tiene que tener esas características para el bien de todos los mexicanos. Como dijera el poeta griego: ¿Dónde está la justicia de Zeus? Los buenos sufren; los injustos prosperan. México es de esos y necesitamos cambiarlo. ¡Todos a trabajar por el bien de todos!
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