MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La educación no mejora: los estudiantes debemos luchar

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En México, miles de niños y jóvenes, hijos de las clases trabajadoras, continúan tomando sus clases en pésimas condiciones, a pesar de que cuando el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, llegó al poder, se comprometió con los estudiantes mexicanos a incluir en su Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2019-2024 una reconfiguración total del sistema educativo, siendo este uno de los ejes prioritarios de su Gobierno.

Según el presidente, el objetivo era garantizar que todos los niños, niñas y jóvenes tuvieran derecho a la educación. Además, ofreció devolverle totalmente el carácter público y gratuito a todos los niveles educativos, incluyendo la educación universitaria. Hoy vemos que estas promesas no se cumplieron.

Los estudiantes debemos entender que esta política de reparto de dinero, principalmente en el nivel de bachillerato, es otra manifestación de la política electorera de López Obrador.

Asimismo, el presidente López Obrador en el año 2019 sostuvo que la inversión en el sector educativo llegaría hasta el 8 % del Producto Interno Bruto, o sea, del total de la riqueza que se genera en todo México. Sin embargo, esto quedó como otra mentira más, ya que según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), durante los seis años de gobierno morenista, únicamente se destinó en promedio el 2.96 % del PIB al sector educativo.

La situación de abandono en el que continúa la educación, sobre todo para las clases populares, se puede ver reflejada en las inmensas carencias que tienen las instituciones de educación básica y media superior, reflejadas principalmente en la falta de infraestructura, material didáctico, red de drenaje sanitario y falta de luz. 

Actualmente, varias escuelas de colonias populares y pueblos campesinos no cuentan con estos servicios básicos para la educación de niños y jóvenes.

De acuerdo con datos de la propia Secretaría de Educación Pública (SEP), en el año 2023 en el país existían 200 mil escuelas de educación básica (preescolar, primaria y secundaria) y 15 mil planteles de educación media superior (bachillerato o preparatoria). 

De este universo de escuelas, más de 14 mil no tienen electricidad, 44 mil no cuentan con agua potable, 36 mil carecen de lavabos de manos y 12 mil no cuentan con sanitarios separados para niños y niñas.

Aunque la SEP reconoce que los jóvenes de bachillerato tienen mejor infraestructura que los niños de educación básica, también tienen muchas deficiencias, pues una cuarta parte no tiene agua potable y 99 de cada 100 no tienen materiales con necesidades especiales.

La educación mexicana también se encuentra rezagada en cuanto al uso de las nuevas tecnologías de comunicación y aprendizaje del resto del mundo desarrollado.

Según la OCDE, en nuestro país solo el 46.3 % de las escuelas cuenta con centros de cómputo o siquiera una computadora, mientras únicamente el 29.3 % tiene acceso a la red de internet. 

Sin duda esto es un obstáculo para los estudiantes mexicanos, porque esto impide que tengan acceso a nuevas formas de conocimiento y la capacidad de informarse de lo que pasa en su realidad.

Según una investigación de la periodista Citlali Abigail Ramírez de la revista Buzos de la Noticia, la asociación civil Mexicanos Primero sostiene que el Gobierno federal tendría que invertir más de 51 mil 932 millones de pesos para cubrir las necesidades de servicios básicos que existen en las escuelas del país.

El recurso no fue invertido durante los seis años de Gobierno de López Obrador, por lo que su promesa de que la educación mejoraría quedó en un vil engaño.

Ante las graves carencias señaladas, una de las medidas con las que el Gobierno actual respondió fue la entrega de becas para estudiantes, sobre todo, en el nivel de preparatoria, y en menor medida para los niños y adolescentes de primaria y secundaria.

Según datos del Centro de Investigaciones y Evaluación Presupuestaria (CIEP) para 2024, las becas representan el 9.3 % del presupuesto a la educación. Sin embargo, este organismo señala que la distribución no es equitativa, pues los adolescentes de preparatoria reciben hasta 3.4 veces más recursos que lo destinado al nivel básico.

Esto a pesar de que de 2018 a 2024 el presupuesto para becas se duplicó, al pasar de 53 mil millones de pesos a 103 mil millones de pesos.

Los estudiantes debemos entender que esta política de reparto de dinero, principalmente en el nivel de bachillerato, es otra manifestación de la política electorera que López Obrador instrumentó en sus años de Gobierno, pues es obvio que le dio preferencia a los jóvenes que podrán votar este domingo 2 de junio, al mismo tiempo en que su gobierno se desentendió de invertir recursos suficientes para mejorar la infraestructura de nuestras escuelas y mejorar la calidad de nuestra educación.

Además, como hizo con otros sectores de la población, al regalar dinero, el régimen pretendía lograr la desorganización y desmovilización de los estudiantes, fomentar el individualismo y el egoísmo, para hacerlos olvidar las inmensas carencias que tienen en sus escuelas e impedir que salieran a las calles a luchar por una mejor educación. No debemos prestarnos a esta grotesca manipulación y compra de conciencias.

Los jóvenes debemos informarnos de lo que pasa en el país y no dejarnos engañar ni manipular por ningún partido político. Debemos entender que solamente organizados y luchando podremos mejorar la calidad de nuestra educación, pues es un gran pendiente que seguramente no se va a resolver mágicamente llegue quien llegue al poder el próximo gobierno.

Sólo la acción organizada y consciente de los jóvenes, en alianza con las clases trabajadoras de México, podrá construir el país que todos queremos y necesitamos.

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