MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La educación es por intereses

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Como cada 15 mayo, México festejó el Día del Maestro. El origen de este día se remonta al 27 de septiembre de 1917, meses después de ser aprobada la constitución que nos rige actualmente, cuando los diputados Benito Ramírez (Veracruz) y Enrique Viesca Lobatón (Coahuila) presentaron una iniciativa para instituir la celebración. 

En el proyecto recalcaron la injusticia prevaleciente en contra del sector magisterial, así como la importancia de honrar y dignificar su labor. La propuesta fue aceptada por el Senado y ratificada por el presidente Venustiano Carranza; así, el 15 de mayo de 1918 fue el primer festejo en honor de los maestros.

Difícilmente puede ser sobreestimada la importancia de dicha profesión, pues en ella radica la educación de las generaciones que forjaran el futuro de las naciones. Es por eso que la educación de los maestros no debe limitarse solamente a la transmisión de conocimientos, sino en despertar en los estudiantes la necesidad de conocer su realidad y transformarla siempre en bienestar de la sociedad. Como decía Nelson Mandela “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”. 

Desgraciadamente en México, como en el mundo, la enseñanza se ha vuelto más un negocio que una forma de elevar conciencias. Los maestros ven en su profesión solo una forma de obtener ingresos que les permitan satisfacer sus necesidades, por lo que solo están dispuestos a enseñar las horas que les serán retribuidas económicamente. Buscan plazas que les aseguren un ingreso permanente y huyen de las comunidades donde la gente de bajos recursos difícilmente les permitiría cumplir sus ambiciones. 

De esta forma los maestros enseñan a los jóvenes a pensar en la máxima ganancia, en las profesiones mejor remuneradas que les permitirán vivir holgadamente cuando sean grandes, desestimando aquellas que tienen poco campo laboral o cuyos ingresos tienden a ser inferiores, siendo este el filtro principal de muchos jóvenes al momento de elegir su carrera universitaria. Es decir, se ha perdido totalmente el rumbo que tiene que tomar la educación de los jóvenes. 

Pocos han sido los hombres que han destacado en la ardua tarea de educar a las masas desinteresadamente, por la simple convicción de la necesidad de hacerlo. Y no solo de profesión que en las aulas enseñan las materias que el sistema educativo decreta, si no maestros de la vida, del aula y fuera del aula. Tal es el caso de José Silvestre Rafael de Jesús, mejor conocido como Rafael Ramírez. 

Rafael Ramírez, nació el 30 de diciembre de 1884, en el seno de una familia de escasos recursos económicos del estado de Veracruz. Su padre, Don Francisco, se ganaba la vida y el sustento de sus ocho hijos como tejedor de lana. Su madre, doña Pascualita, dedicaba su dia entero a las labores del hogar y en el pueblo era muy reconocida por su bondad y por su generosidad a pesar de la pobreza en que vivían. Rafael Ramírez cursó en la escuela de su pueblo los cuatro grados que esta ofrecía y posteriormente solicitó inscribirse en la Escuela Normal del Estado de Xalapa para cursar la carrera de profesor. 

Poco a poco comienza a destacar en su labor de educador, llegado a ser un funcionario importante en la Secretaría de Educación Pública y en los años 20 participando activamente en la Reforma Educativa encabezada por José Vasconcelos. Como tarea importante en dicha reforma, en 1923 se le encomendó formar parte de la primera Misión Cultural, cuyo propósito era el de fomentar la educación en las comunidades rurales indígenas. Allí es cuando se da cuenta de los grandes problemas que vive la gente en el campo y decide emplear toda su voluntad y capacidad para ayudar a resolverlos por medio de la escuela.

A partir de ese punto de su vida, comienza a crear todo un programa y guía de trabajo para los profesores donde precisaba como trabajar en las escuelas del campo y la importancia de llevar la educación a las zonas rurales. Para el año de 1925 formó todo un sistema escolar conocido como la Escuela Rural Mexicana, un sistema de educación revolucionario para liberar al pueblo de las trabas impuestas por su situación económica. Esta escuela sería, no solo un instituto de los niños para aprender español, matemáticas, ciencias, etc., sino también como una segunda casa del pueblo que les enseñaría aprender a mejorar sus condiciones de vida. 

Ese es el tipo de maestros que se requieren en México, el tipo de maestro que no ve en la educación ningún interés más que el de la superación del pueblo mismo. En México, me atrevería a decir, solo hay un hombre que sin necesidad de plaza educa a hombres y mujeres de todas las edades, el líder del movimiento Antorchista, Aquiles Córdova Morán, hombre ejemplar que ha dedicado su vida a la educación y liberación de los más desprotegidos del país. Más hombres como él y Rafael Ramírez son los que necesita nuestro México. 

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