MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Más lucha y educación política en este 2025

image

Compañeros y amigos, quiero compartir algunas reflexiones tendientes a nuestra lucha social. Ya entrados en las primeras semanas de este 2025, debemos tener conciencia plena de los retos importantes que implica luchar por mejores condiciones de vida, justas y necesarias, y por supuesto, abrazar con mucha convicción las tareas para llegar a las metas y los objetivos que nos hemos propuesto.

La desigualdad social en México ha crecido a niveles alarmantes, pues el 1 % más rico del país concentra casi la mitad de la riqueza nacional, mientras el 99 % carece de los medios para satisfacer sus necesidades básicas.

Desde estos primeros párrafos, hago un llamado a aferrarse con mayor convicción a la tarea de la educación política, que nos eleve en el entendimiento de los argumentos teóricos que deben servirnos para avanzar en la construcción de nuestra organización, que durante cincuenta años ha representado verdaderamente los intereses del pueblo trabajador.

Pasaré a desarrollar algunos elementos y datos.

Uno. No hay ninguna razón para pensar que el año que comienza será mejor que el que ha terminado. No en un momento de la historia de la humanidad en el que se produce mucha más riqueza que nunca antes, mientras las grandes masas trabajadoras viven sumidas en la injusticia y el abuso en todas sus formas, así como en la pobreza y la miseria más sobrecogedoras.

Esto no ocurre por falta de satisfactores que hagan la vida más llevadera, como alimentos nutritivos, materiales para vestir, viviendas o medicinas, sino porque todo ello sigue estando en manos y para el servicio exclusivo de unos cuantos.

Estos privilegiados, para continuar disfrutando de sus riquezas, desatan y sostienen guerras homicidas, ideológicas y económicas.

Hoy suenan las alarmas en el mundo por severos problemas económicos que, según los especialistas, podrían derivar en graves disturbios sociales e incluso en una tercera guerra mundial. Esto se debe a la creciente ambición de los magnates capitalistas imperialistas, que junto con sus gobiernos, buscan concentrar aún más la riqueza que producen los trabajadores del mundo.

¿Los trabajadores de México, de Baja California Sur, escapan a esto? Está claro que no.

Dos. No debe sorprendernos la indiferencia con la que el Gobierno de la autollamada “4T” atiende los problemas acuciantes de nuestra población y sus emergencias. Esto queda demostrado por la ausencia de medidas de fondo y realmente eficaces para enfrentar los problemas. Por el contrario, debemos dar la lucha para desenmascarar que se siguen proponiendo salidas infantiles a problemas serios, sin la óptica de cualquier teoría económica seria.

Ha quedado claro cómo en otros países, y en México, gobiernos anteriores y actuales —fenómeno acentuado con la llegada del expresidente López Obrador y continuado por Sheinbaum Pardo—, apuestan por transferencias de dinero a los sectores más vulnerables a través de sus famosos programas sociales para el bienestar. Consideran que estos programas son suficientes para resolver los problemas de la población.

Al mismo tiempo, con gran prepotencia, pretenden convencernos de que el país avanza hacia el progreso con sus obras emblemáticas (Tren Maya, Aeropuerto Felipe Ángeles, refinería Olmeca y ferrocarril Transístmico).

Sin embargo, estas obras faraónicas, improvisadas según los especialistas, consumen ríos de dinero que salen, en parte, de severos recortes a programas sociales que impactarían más significativamente en la salud, la educación, la vivienda y el ingreso de los trabajadores.

La pregunta obligada: ¿primero los pobres o primero los ricos?

Tres. En campañas, los políticos se transforman en humildes “siervos” y aseguran que no son iguales a sus antecesores, prometiendo un cambio que nunca llega. Estos mismos políticos han hecho de los programas sociales una mercancía para comprar conciencias y garantizar votos.

Mientras tanto, no hay obra pública significativa, no se construye vivienda para los sin techo y millones de familias carecen de servicios básicos como agua potable, luz eléctrica o drenaje.

Cuatro. La desigualdad social en México ha crecido a niveles alarmantes. Según datos públicos, el 1 % más rico del país concentra casi la mitad de la riqueza nacional, mientras el 99 % restante carece de los medios para satisfacer necesidades básicas como alimentación, vestido y vivienda.

Quienes dicen gobernar para el pueblo se someten completamente a los magnates, dándoles todas las facilidades para acrecentar sus fortunas, mientras despilfarran los recursos públicos y mantienen intacta la riqueza de los más privilegiados.

Por último. Los elementos expuestos muestran claramente que los gobiernos actuales están impedidos para cambiar el modelo económico, ya que esto significaría enfrentarse a los ricos del país. Aunque los trabajadores mexicanos generan riqueza suficiente para que México sea la decimosegunda economía del mundo, más de 100 millones de personas viven en pobreza.

Compañeros antorchistas, la desigualdad social y la pobreza no cambiarán si no transformamos de raíz el modelo económico. Por ello, debemos seguir trabajando y luchando, dedicando nuestros esfuerzos y nuestra conciencia a la construcción de un país más justo y equitativo.

Año duro, pues, que habrá que enfrentar con más organización y más lucha. Pero, sobre todo, debemos educarnos para comprender mejor la realidad, reconocer la existencia de clases sociales, entender los intereses de los poderosos y las aspiraciones de los despojados, identificar las trampas de los oportunistas y consolidar la conciencia del pueblo. La educación política es indispensable para solucionar de raíz los problemas de los pobres.

Los invito a asumir esos retos este nuevo año y a avanzar, compañeros y amigos. Vale.

0 Comentarios:

Dejar un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

TRABAJOS ESPECIALES

Ver más