Para transformar una sociedad o ciudad, primero deben de transformarse las personas que vayan a ocupar los cargos públicos, para que con total sensibilidad y humanismo ejerzan su investidura de funcionarios.Lo anterior demuestra que cuando un político cambia de partido político no lo convierte ese solo hecho en un ser humano distinto y legítimo representante de un pueblo sediento de justicia social; por lo tanto, la realidad misma se pone del lado del pueblo y se impone como defensora de todo ser vulnerable y con el tiempo muestra el verdadero rostro depredador de cualquier lobo disfrazado de oveja.
Estamos seguros que en la capital de Sonora no está ocurriendo la transformación prometida y soñada por todos los que votaron por la 4T.A la vista de todas las familias hermosillenses la presidenta municipal Célida López Cárdenas tiene en los hechos nula convicción para apoyar al pueblo, cero compromisos para cumplir acuerdos.Es por lo anterior que nos queda claro que, en esta administración, no tiene valor la palabra de los funcionarios que pregonan su frase de "primero los pobres": el gabinete municipal del partido Morena es una farsa.
Ahora bien, cuando alguien tiene el convencimiento y la pasión por ejercer una actividad con total apego profesional, se puede decir con total y completa seguridad que tiene vocación; pero algo muy diferente sucede con la idea de servicio: en este contexto las cosas se complican debido a que existe el factor de ser empático con los demás para poder servir.Es aquí donde todo se torna turbio y opuesto a las palabras que te lanzan en campaña los políticos que no pertenecen a una cuna humilde o los que la han traicionado, mismos que por su naturaleza e ideología opuesta a un ser humano de clase baja, los convierte en simples aves carroñeras que ven a un ser moribundo que les puede brindar el alimento que ocupan para continuar con su actitud voraz por el poder en todas sus modalidades.
Lo abordado en el presente texto, podemos materializarlo perfectamente en primer lugar con el discurso que pronunció la alcaldesa Célida López, en su primer informe de gobierno (2019), el cual estaba lleno de ideas color de rosas, pero sobre todo de palabras esperadas por un pueblo harto de un trato injusto por administraciones anteriores, mismas que tenían un propósito que convendría a los recién llegados políticos morenistas, siendo el de inducir en la mente de cada hermosillense que se llevarían a cabo acciones para lograr el rescate de Hermosillo, transformar nuestra capital era su reto; otro de sus prometidos objetivos era el de convertir la capital sonorense en "la mejor ciudad del país" y mantener a este municipio como "un lugar donde vale la pena nacer, crecer y envejecer", teniendo claro que para poder lograr todos estos buenos deseos debían o se proponían "rescatar la vocación social del gobierno", además de reconocer y sobre todo agradecer la participación activa de la ciudadanía en las acciones de gobierno.Hasta ese momento las palabras eran de aliento y compromiso por una mejora continua de los servidores públicos del Ayuntamiento.
En los hechos fue un rotundo fracaso.Al transcurso de dos años, la pésima administración morenista en nuestra ciudad motivó las acciones emprendidas por el pueblo hermosillense organizado con el Movimiento Antorchista de Sonora el pasado 26 de agosto por numerosos cruceros de la ciudad del sol, en los cuales con pancartas, lonas y grito enérgico enteraron a miles de ciudadanos del incumplimiento a los acuerdos concretados directamente con la alcaldesa y todo su gabinete legal, en febrero del presente y que de manera oportuna se autorizaron con total apego al presupuesto municipal.Sin embargo, todo fue rotundamente negado en apenas pasados unos meses, dejando en estado de vulnerabilidad a miles de familias que depositaron su confianza en una administración que pregona defender a los pobres, y que cuando se trata de cumplir ya no le conviene, deshaciendo acuerdos de la noche a la mañana, sin la mínima muestra de sensibilidad y humanismo por quienes tienen poco o, peor aún, que no cuentan con nada.
Cada individuo, en el transcurso de su vida, adquiere experiencia que en ocasiones se obtiene a través de circunstancias que lo invaden de un sentido de arrepentimiento por no haber tomado una mejor decisión: en nuestro caso como hermosillenses, nos tocó bailar con la más fea y eso nos duele, pero recordemos a nuestros abuelos, sabios en el núcleo familiar, que nos recomendaban que de todo lo malo que cruce por nuestras vidas, nos quedemos con la experiencia, para no tropezar con la misma piedra.Ahora queda más que claro que una transformación social se obtiene con un cambio obligatorio a nivel personal de quien lo pretenda; es decir, quien prometa luchar a tu lado por un porvenir o bienestar común tiene que pertenecer material e ideológicamente a tu clase, leal a un lazo de empatía por aquel que tiene condiciones adversas, pero sobre todo que tiene total claridad y disponibilidad para unirse, organizarse y convertirse en el líder social que coordine una lucha por una transformación real, en la que la fuerza colectiva sea el blindaje que los convierta en indestructibles e indivisibles y que les evada de cualquier daño proveniente de los ataques provocados por ambiciosos de poder absoluto.El pueblo hermosillense creyó que hallaría eso en la 4T; más la realidad, esa amiga fiel de la humanidad progresista, le ha demostrado que no hubo la transformación prometida, ni siquiera puede aferrarse la 4T a la idea de que "hay que darle tiempo", porque ya se le agotó: todos, humildes o no, están más mal ahora que antes.¿Fue culpa de la pandemia? Cualquier estudiante de Economía nos comprobará que sólo ahondó lo que la 4T nunca se propuso verdaderamente cambiar, porque no tenía esa vocación.Pero estamos a tiempo: organízate y lucha.Tu verdadera fraternidad tiene un nombre: Antorcha.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario