MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Estudiantes del país celebran su día luchando

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El ciclo escolar está pronto a concluir y las becas que prometió el presidente López Obrador, nada más no llegan. Estudiantes y padres de familia han expresado a diversos medios de comunicación su inquietud, que va convirtiéndose rápidamente en molestia y decepción, porque todo parece indicar que la promesa del presidente es un engaño más al pueblo de México. Tanto los padres como los estudiantes han vivido un verdadero calvario tratando de registrarse en el llamado Censo del Bienestar, ya que no solo les han cambiado la forma de hacerlo (vía internet o personalmente), sino, además, quienes milagrosamente han logrado pasar este primer obstáculo, no tienen información de cuándo se realizará el censo y los que ya fueron censados se preguntan por qué no les han depositado el dinero. Hasta ahora, se encuentran como el perro de las dos tortas (lo digo sin deseos de ofenderlos), pues ya no tienen Prospera ni Progresa, pero tampoco las becas prometidas por el gobierno de la Cuarta transformación.

Según lo prometido, las becas para el Bienestar "Benito Juárez" (para alumnos de bachillerato) y las becas "AMLO" (para los de preescolar hasta secundaria), llegarían a todos los estudiantes; según las cifras que se nos dieron, a cuatro millones 200 mil en el primer caso, y a seis millones 700 mil en el segundo. Sin embargo, también se sabe que allí donde ha iniciado el censo, se está aplicando de manera discrecional, es decir, a juicio del personal que se manda, por lo que los estudiantes beneficiados serán pocos, muy pocos. Esta manera de discriminación, traerá como consecuencia el incremento de la deserción escolar, cuya principal causa es la falta de recursos. No permitamos, pues, que luego nos pretendan engañar con que el presidente "tiene otras cifras", la culpa será de quienes prometen y no cumplen.

En su Estudio Diagnóstico del Derecho a la Educación 2018, el Coneval señala lo siguiente: "El marco institucional que da soporte al derecho a la educacio&769;n incluye un amplio marco normativo, desde el arti&769;culo 3° de la Constitucio&769;n, que la reconoce como un derecho, y ma&769;s de 15 leyes secundarias. A pesar de que el marco normativo es amplio, no es suficiente para garantizar el ejercicio del derecho...Asimismo, en el marco institucional no se identifica sancio&769;n alguna para las autoridades que no traduzcan los ordenamientos legales en acciones concretas o para los organismos que obstaculicen el disfrute del derecho, sean instituciones pu&769;blicas, privadas o magisteriales." (el subrayado es mío. AAP)

Así las cosas, cabe preguntarse ¿entonces, los estudiantes deben cruzarse de brazos y esperar pacientemente a que su derecho a la educación se cumpla? ¡No, señores! Deben exigir el pleno goce y disfrute de ese derecho, pues de otra manera el país seguirá sumido en el atraso económico, científico, técnico y cultural. Y si como dijo alguna vez el Maestro Aquiles Córdova Morán, "los sabios del pueblo no están en las clases altas, están en el pueblo", a los hijos del pueblo, con el apoyo decidido del pueblo, les corresponde la tarea de sacar a México adelante. Si el gobierno no cumple con lo que nuestra Constitución le mandata, alguien tiene que exigirle que lo haga, pues en un Estado de derecho nadie puede estar por encima de ella.

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Por ello, el día de mañana, 23 de mayo, miles de jóvenes estudiantes de escasos recursos económicos, encabezados por la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR), se manifestarán de manera pacífica por las calles de la Ciudad de México hasta la Secretaría de Gobernación exigiendo, principalmente, la entrega de las becas prometidas por el presidente. El mismo día, en cada capital de la República, cientos de jóvenes realizarán cadenas humanas enarbolando la misma demanda.

Estarán también, cientos de jóvenes que viven en albergues estudiantiles o casas de estudiantes, a las que han llegado por dos razones básicas: una, la ausencia de escuelas de nivel medio superior y superior en sus comunidades y, dos, la falta de recursos económicos de sus padres para que continúen con sus estudios. Para poder sostenerse y acudir a estudiar, estos jóvenes realizan cotidianamente actividades económicas, fundamentalmente, recurriendo a la solidaridad del pueblo trabajador. Pero, también, realizan diversas gestiones ante las autoridades competentes para que se les otorgue un subsidio o para que se les apoye con mobiliario, equipo y otras necesidades con la finalidad de que sus instalaciones sean un lugar digno donde vivir y apropiado para sus tareas escolares. Ellos también, como estudiantes de bachillerato y de nivel superior tienen derecho a las becas para el Bienestar "Benito Juárez".

Por todo lo dicho, hago un respetuoso llamado a la opinión pública nacional a que se solidarice con todos estos muchachos -que solo exijen que se les cumpla lo que se les prometió- y a que razone y sienta como el poeta Rafael Blanco Belmonte:

"Hoy es el egoísmo torpe maestro/a quien rendimos culto de varios modos:/si rezamos, pedimos sólo el pan nuestro/¡Nunca al cielo pedimos pan para todos!/En la propia miseria los ojos fijos,/buscamos las riquezas que nos convienen/y todo lo arrostramos por nuestros hijos./¿Es que los demás padres hijos no tienen?

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