*La propia necesidad los va haciendo seres deshumanizados y despiadados que son capaces de matar sin piedad, es por eso, que cada día nos enteramos de los asesinatos más crueles, de un infinidad de asaltos a mano armada, en donde muchos de los pasajeros o transeúntes mueren a manos de esta clase humilde que ahora se ha convertido en verdugo de su misma clase, de sus hermanos.
A últimas fechas han circulado en las redes sociales y medios de comunicación una serie de relatos en los que las protagonistas son mujeres que aseguran haber sido víctimas de acosos e incluso hasta de intentos de secuestro dentro de las instalaciones del Sistema Colectivo Metro o en sus alrededores.
La autoridades se han negado a aceptar este tipo de versiones argumentando que no existen carpetas de investigación que señalen que hayan ocurrido este tipo problemas en el Metro. Coyoacán, Mixcoac, Chabacano, Polanco y Barranca del Muerto son algunas de las estaciones en donde se han reportado intentos de secuestro, y a decir de las víctimas los policías no actúan, sino que permanecen en una continua calma.
Ante este panorama de riesgo a las autoridades locales presididas por Claudia Sheimbaum sólo se les ha ocurrido anunciar que en el mes de marzo repartirán mil dispositivos digitales a mujeres que crean que están expuestas a este tipo de peligros como el feminicidio y la violencia intrafamiliar, a través de la estrategia denominada "Código Violeta". La pregunta es ¿acaso sólo mil mujeres hay en la capital del país? No, en la Ciudad de México existen casi cinco millones de mujeres y la mayoría viven en situaciones de riesgo, porque se trasladan en un transporte público inseguro y en calles donde no hay vigilancia y muchas veces ni luz eléctrica.
La respuesta de las autoridades al problema ha sido de total vergüenza para quienes somos testigos, porque desde la administración pasada presidida por Miguel ángel Mancera, se anunció el reparto de silbatos para que las mujeres alertaran de situaciones de peligro, la medida por supuesto cayó en la total burla de toda la población.
Igual vemos el último anuncio que hizo el gobierno actual de entregar los famosos dispositivos de seguridad, que ni son el número suficiente ni garantizan seguridad a quien lo porte por obvias razones. También se ha sugerido la portación de una cinta morada como parte de la campaña "Dame la mano", donde se pide que todos debemos estar alerta y ayudar a quien lo necesite y sea violentada de alguna manera.
La inseguridad es el pan nuestro de cada día y bien sabemos, por ejemplo que el 87 % de los capitalinos temen viajar en transporte público, incluyendo a hombres y mujeres. De acuerdo con cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en 2018 se reportaron en el país 834 feminicidios -definidos como asesinatos perpetrados por el sólo hecho de ser mujeres-; además, la ONU alertó el año pasado que cuatro de cada 10 mujeres en el país son víctimas de violencia sexual.
Estas "medidas" anunciadas por la administración pasada y la actual en la Ciudad de México sólo desnudan la incapacidad para implementar medidas políticas públicas a largo plazo y no coyunturales.
Debemos tener claro que la inseguridad en la Ciudad de México y en el país no es un fenómeno que debamos atacar de forma aislada, porque sabemos que este problema social tan difícil ahora de acabar tiene al final de cuentas sus raíces en la mala distribución de la riqueza que se vive en nuestro país, en donde habitamos 120 millones de mexicanos, de los cuales cien millones perciben ingresos económicos inferiores al costo de una canasta alimentaria, lo que los coloca en una situación de pobreza laboral. Esto se debe a que los ingresos laborales per cápita disminuyeron un 2.5% entre 2016 y 2017, pues el ingreso laboral real pasó de mil 711 pesos mensuales a mil 669 pesos en tan solo un año.
Este es un círculo vicioso, en donde a aquellos, quienes han acaparado el poder en sus manos han marginado a la mayoría y los han sumido en la más desesperante pobreza, por eso se lanzan al hurto, y llega un momento en que esos individuos de tanto sufrimiento se deshacen de todo sentimiento de humanidad. Este sistema económico, el Capitalismo, está creando cada día a delincuentes más crueles y deshumanizados.
La propia necesidad los va haciendo seres deshumanizados y despiadados que son capaces de matar sin piedad, es por eso, que cada día nos enteramos de los asesinatos más crueles, de un infinidad de asaltos a mano armada, en donde muchos de los pasajeros o transeúntes mueren a manos de esta clase humilde que ahora se ha convertido en verdugo de su misma clase, de sus hermanos.
Es urgente que en la capital del país y en todo México se implementen medidas que vengan a cambiar las condiciones de vida de estos cien millones de mexicanos que se debaten en la pobreza y marginación, medidas bien razonadas que salven a la sociedad mexicana de hundirse en la inseguridad.
El Movimiento Antorchista con 45 años de edad hemos estudiado desde nuestro nacimiento que en el país deben implementarse cuatro ejes principales para poder revertir el rumbo del país hacia el abismo, estos son: que todos los mexicanos cuenten con empleo y salarios dignos que los hagan gozar de alimentación, salud y recreación, que los que más ganan paguen más impuestos y que el gasto social sea distribuido de una manera más equitativa entre las clases más desposeídas, de lo contrario las cosas van a ir de mal en peor.
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