MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Estados Unidos, imperio enfermo

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Cierto es que todos los imperios han caído, como resultado tanto de sus contradicciones internas, como por el empuje de contrarios externos, desde los primeros registrados por la historia en la antigua Mesopotamia: sumerio, acadio, asirio, babilónico; lo mismo Egipto, también el imperio persa, el griego de Alejandro Magno, el romano de la antigüedad, en la Europa feudal el imperio español, el británico con su rápido desarrollo capitalista. 

Hoy presenciamos la decadencia del último de los imperios habidos, el de Estados Unidos (EE. UU.), el más grande y poderoso de todos, imperio capitalista que ha decidido retomar la bandera del nazismo alemán y su sueño de dominio mundial.

Hoy vemos cómo, el neoliberalismo, lanzado a todo el mundo por el imperio yanqui, ahora se les regresa, como un búmeran, golpeándolo en su propia cabeza. Desde la década de los ochenta del siglo pasado, el imperio forzó a la mayoría de los países del mundo a abandonar el nacionalismo y permitir la libre circulación de mercancías y capitales, provocando que miles de empresas establecidas en EE. UU. migraran a los países subdesarrollados en busca de mano de obra más barata, así, entre otros países, la República Popular China permitió la entrada de capitales estadounidenses para desarrollar su economía, misma que ya está sobrepasando a la economía del imperio.

Con la caída de la Unión Soviética, los capitales imperiales fluyeron como buitres en pos de ganancias fáciles e inundaron la nueva Rusia con sus inversiones, sin embargo, el pueblo ruso ya ha probado los beneficios de la propiedad social y del trabajo colectivo y, después de tres décadas de penetración capitalista está en rebeldía, dispuesto a defender su soberanía y su libre determinación para decidir lo que debe ser su patria. La guerra en Ucrania es una guerra defensiva por parte de Rusia que busca detener el avance de Estados Unidos y Europa que la tienen rodeada con decenas de bases militares con ojivas nucleares y pretenden instalar otra a sus puertas, en la frontera con Ucrania.

Estados Unidos, con una economía asfixiada, sostenida gracias a las industrias productoras de armas, se oxigena con las guerras, como la que ha promovido en Ucrania y las que ha promovido en todo el mundo como en Irak, Afganistán, Libia, Siria, Palestina, Yemen, Arabia, no puede sostenerse sin las guerras, por eso y por su afán nazi-fascista de someter por la fuerza y cueste lo que cueste a la humanidad entera, está intentando someter a Rusia (como lo intentaron Napoleón y después Hitler) para después caer con mayor fuerza sobre la República Popular China.

El imperio está enfermo, al parecer el búmeran que le golpeó la cabeza le ha agravado los males que de antaño padece: el racismo, el autoritarismo incapaz de aceptar una crítica del resto por considerarlos razas inferiores, el pretender dominar a los pueblos infundiéndoles miedo, es el cáncer nazi-fascista, el imperio que en sus estertores amenaza al mundo porque se queda sin aire, sin guerras no puede respirar.

Mientras tanto, al pueblo estadounidense también se le agravan sus males, la sociedad que habita en la metrópoli es la mayor consumidora de drogas en todo el mundo, consumiendo drogas cada vez más potentes que provocan la muerte de miles de niños y jóvenes por sobredosis, (en 2021 murieron por esta causa 108,000 personas) o enloqueciéndolos, llevándolos a cometer atroces masacres que hacen estremecerse a todo el mundo que se entera por las noticias, cada vez con más frecuencia se informa de matanzas en escuelas, iglesias, supermercados, centros recreativos, metro y demás lugares públicos, tan solo en lo que va de 2022 se han registrado 253 tiroteos masivos, resultando 303 fallecidos y 1,029 heridos.

El individualismo egoísta, inoculado en las mentes por el sistema capitalista, conduce al aislamiento y la soledad de las personas, generando pensamientos y conductas suicidas en millones de estadounidenses, en lo que va de 2022 ya suman 9,600 suicidios consumados.

La pobreza se extiende en el pueblo norteamericano, cientos de miles de personas viven en las calles, muchos de ellos se quedaron sin casa tras la crisis financiera de 2009, porque el gobierno del imperio decidió rescatar a los bancos entregándoles dinero público en vez de rescatar a las miles de familias que no habían terminado de pagar su vivienda a los bancos. Los desalojaron, los echaron a la calle sin ninguna consideración.

A los imperialistas los mueve el ansia de ganancias, el afán de enriquecimiento a costa de lo que sea, por esa razón, los EE. UU.es el país con el mayor número de muertos por covid-19 (más de un millón) porque, ¿cómo se explica que siendo el que tiene de los mejores médicos del mundo, los mejores hospitales, los mejores laboratorios, las mejores medicinas, también tenga el mayor número de muertos por covid-19? Sencillamente porque solo el que tiene dinero para pagar tiene acceso a tan excelentes servicios, por lo tanto, podemos afirmar que el millón de muertos eran pobres, afroamericanos y latinoamericanos principalmente, a quienes los mató el virus de la insensibilidad capitalista.

El continuo e impune asesinato de gente negra a manos de policías güeros, también es síntoma de la misma enfermedad, el racismo. Pero en el pueblo también está la semilla de la rebeldía, expresada de una manera espontánea y en ocasiones violenta como una reacción ante la brutalidad de los blancos.  

Recordemos que en los años setenta la movilización del pueblo norteamericano obligó al gobierno a detener la injusta guerra contra el heroico pueblo vietnamita.

Encuestas realizadas en los últimos años expresan el deseo de la juventud mayoritaria de Estados Unidos de una sociedad socialista, una sociedad más justa, humanista y equitativa social y económicamente. El pueblo norteamericano debe tomar su destino en sus manos, arrebatándoselo a los imperialistas guerreristas y dar origen a un mundo multipolar de respeto a todos los pueblos del mundo.

Los cerca de 100 millones de muertos y lisiados de la segunda guerra mundial no le importaron al nazismo alemán, hoy reencarnado en el imperio estadounidense, más poderoso, con bombas atómicas, con bases militares equipadas con ojivas nucleares por todo el mundo, enloquecido, enfermo mental incurable, hoy amenaza a toda la humanidad, incluidos los habitantes de su propio país, exigiendo sometimiento absoluto a su hegemonía. Por tal motivo, el intento de Rusia por detenerlo es un intento por salvar al mundo de la opresión nazi-fascista o de su destrucción total.

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