Condena CEM asesinato de doce clérigos de 2018 a la fecha; el del párroco Bertoldo Pantaleón, el más reciente
Durante los gobiernos de la llamada Cuarta Transformación se han registrado doce asesinatos de sacerdotes: diez durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y dos en lo que va del gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo, condenó la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) tras la reciente desaparición y posterior asesinato del padre Bertoldo Pantaleón Estrada, párroco de la iglesia de San Cristóbal en Mezcala, comunidad que pertenece al municipio de Eduardo Neri, en la zona norte de Guerrero, el estado más violento para sacerdotes en el país.
Además de los doce sacerdotes asesinados, diez religiosos fueron violentados, 26 templos atacados, profanados o asaltados cada semana, dos sacerdotes desaparecidos y unas 900 extorsiones y amenazas de muerte.
Al término de la misa de cuerpo presente en su natal Changata, Ajuchitlán del Progreso, el obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, descartó la versión emitida por el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Omar García Harfuch, quien, en conferencia matutina del gobierno federal, señaló que el principal sospechoso del asesinato sería el chofer que acompañaba al párroco.
La iglesia católica y pobladores de Mezcala desconocen que el padre Bertoldo Pantaleón tuviera chofer, ya que él mismo manejaba su camioneta cuando se dirigía a los diferentes servicios religiosos que celebraba en la zona; asimismo, exigieron a las autoridades investigar el caso, que conmocionó a feligreses de Guerrero.
Sin mencionar nombres, el obispo admitió que, en el estado, por el contexto de la violencia, hay zonas donde los líderes y feligreses católicos no pueden salir o entrar y la iglesia católica sabe que hay sacerdotes que requieren protección o seguridad.
Al respecto, la diócesis a la que pertenecía, Chilpancingo-Chilapa, envió un documento para solicitar una oración por el pronto regreso del párroco Bertoldo Pantaleón, desaparecido el 4 de octubre; dos días después fue encontrado asesinado dentro de su camioneta, en un camino de terracería del municipio de Eduardo Neri, cerca de la carretera México-Acapulco.
Es el segundo asesinato de religiosos desde que Claudia Sheinbaum asumió la presidencia de México; el primer homicidio de un líder religioso fue el del padre Marcelo Pérez, acribillado el 20 de octubre de 2024, luego de oficiar una misa en la iglesia de Cuxtitali, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
En el pasado sexenio de López Obrador, la CEM documentó el asesinato de diez sacerdotes en los estados de Baja California, Chihuahua, Tamaulipas, Guanajuato y Morelos.
En 2019, el sacerdote José Martín Guzmán Vega fue asesinado en el ejido Santa Adelaida, municipio de Matamoros, Tamaulipas; en 2021 se contabilizaron tres casos: el 28 de marzo, el cuerpo del padre Gumersindo Cortés González, de la diócesis de Celaya, Guanajuato, fue hallado con signos de violencia tras haber sido reportado como desaparecido; el 12 de junio, el misionero Juan Antonio Orozco Alvarado murió en un fuego cruzado entre grupos criminales en la frontera de Zacatecas y Durango; el mismo mes, los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora fueron asesinados en un templo en Cerocahui, municipio de Urique, Chihuahua.
En agosto, el padre José Guadalupe Popoca Soto fue encontrado muerto por disparo de arma de fuego en la parroquia de San Nicolás de Bari, en Zacatepec, Morelos; el 17 de mayo de 2022, el sacerdote José Guadalupe Rivas, que también presidía la Casa del Migrante, fue hallado sin vida en un rancho de Tecate, Baja California, junto a otro hombre, ambos con huellas de violencia.
En mayo de 2023, Javier García Villafaña, párroco de Huandacareo, Michoacán, fue asesinado a balazos cuando circulaba por la carretera Cuitzeo-Huandacareo.
La Conferencia del Episcopado Mexicano detalla el alcance de la violencia sufrida por la iglesia católica entre 2018-2025: además de los doce sacerdotes asesinados, diez religiosos fueron violentados, 26 templos atacados, profanados o asaltados cada semana, dos sacerdotes desaparecidos y unas 900 extorsiones y amenazas de muerte.
El más reciente es el asesinato del párroco Bertoldo Pantaleón, de 58 años y muy querido en la zona, quien fue sepultado ante cientos de familiares, sacerdotes y feligreses en el panteón de su natal Changata, entre llanto, dolor y tristeza que concordaban con la música de viento que lo acompañó a su última morada.
Ahí, el obispo José de Jesús González pidió esclarecer el crimen y confirmó que el párroco de Mezcala nunca había recibido amenazas ni tenía conflictos relacionados con su labor pastoral; asimismo, señaló que la diócesis desconoce que tuviera chofer: “no sé quién era el chofer o acompañante, esperamos que se le dé continuidad y se aclare lo que pasó”.
Guerrero se ha convertido en el estado más peligroso de México para los religiosos; el asesinato más reciente es el del padre Bertoldo Pantaleón, dejando claro que la violencia contra la Iglesia no sólo persiste, sino que se ha vuelto más brutal, impactando a parroquias que cumplen sus roles sociales clave, como apoyo a migrantes, mujeres y niños, en ausencia del Estado, denunció Omar Sotelo, director del Centro Católico Multimedial (CCM).
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