Desde que los primeros aedas o aedos, nombre de origen griego aidós que significa "cantor", y que cantan, esencialmente las epopeyas que se hacían acompañar fundamentalmente de algún instrumento musical de cuerda en el que los demás se distinguían porque componían sus propias obras; de acuerdo a estudiosos y especialistas homéricos, la palabra aedo se puede usar también en una de las denominaciones técnicas para cantar una poética oral en la tradición a la que pertenece la Ilíada y la Odisea, es decir, el término también tiene mucha relación a la hora de referirse a la poesía.
Por ejemplo, se dice que el más célebre y conocido de los aedos es Homero, al cantar o recitar sus dos grandes obras; el aedo cantaba, ya sea en una asamblea de aristócratas que se congregaban o reunían en un festín o en un banquete; lo que se cantaba era sobre temas muy conocidos, por ejemplo, entre los griegos se hacía referencia la Guerra de Troya.
Tras pasar el tiempo, las cosas han cambiado un poco y ahora los que se dedican a escribir poesía, escasamente la cantan o recitan en público; ahora unos escriben la poesía y otros la declaman al público; quizá entre esto haya o exista algo de diferencia, porque un poeta, definido como escritor de versos, es un hombre único que ve, siente y se da cuenta, vía lo sentimientos, lo que otros hombres no sienten ni alcanzan a detectar.
Por ejemplo, los versos de la poesía "Parábola del Huésped sin nombre" de Enrique González Martínez, habla de la solidaridad que debe haber entre los hombres, aunque no se conozcan; -Han llamado a mi puerta, que siempre está de par en par abierta - dice el primer verso, que refiere a que, un peregrino (un hombre desconocido, que llega con los pies cansados de tanto caminar o vivir la vida) llega a la puerta de otro hombre igual a él.
El casero le pregunta -¿Quién eres tú? ¿De dónde vienes, y a dónde vas?...-" cuando el hombre le dice que no sabe quién es ni de lo que ha hecho desde el inicio hasta el final de su jornada, el casero sabe que el peregrino que llega a esa puerta y que le pide hospedaje, por un tiempo, quizá una noche y que al otro día, tras descansar, quizá un poco, partirá al amanecer; al dueño de la casa, le basta saber que es un hombre y por lo tanto, no le importa la patria o su nombre, y le contesta, que entre y pase; así los dos se quedan al amparo del fuego, en reflexión y pensativos.
Estos versos de esta poesía ejemplar, señala pues, que en la humanidad siempre debe existir la solidaridad, sin que importe el nombre, la raza o la patria.
Pero, ¿por qué hablar de poesía, hombres o patria? Desde hace 11 años, el Movimiento Antorchista promueve concursos de declamación, y a finales de este mes, los días 30 y 31 de marzo, se realizará la edición número 11; pero antes, en el estado de Oaxaca, se realizó el lunes 18 de marzo, la eliminatoria estatal, donde participaron más de 100 declamadores, en el que fueron elegidos los que representarán al estado en el magno Concurso Nacional que se realizará en Querétaro.
La poesía, ha dicho la organización antorchista que dirige Dimas Romero en Oaxaca y Aquiles Córdova a nivel nacional, es una arma y una herramienta de transformación del hombre; pues la poesía sensibiliza, llega hasta el alma del que la escucha o lee; y una vez comprendida y entendida, modifica la forma de pensar del individuo, y con esa mentalidad puede, convencida, modificar su entorno social y el de otros hombres.
En estos días, tanto en Oaxaca como a nivel nacional, Antorcha está siendo víctima de ataques mediáticos y calumnias, pero los miles y millones de antorchistas saben bien que, como dijo el poeta michoacano, Jesús Romero Flores, "Es tiempo de luchar, brille la espada; formareis con la lira barricada, luchad, que presto cantareis victoria, y después, oh poetas luchadores, en el templo inmortal de los amores, recibiréis el Lauro de la gloria".
Antorcha está luchando y lo seguirá haciendo, en estos días, contra sus enemigos que diariamente los calumnian, pero también hasta lograr erradicar la pobreza en nuestro país. En este sentido, para el Movimiento Antorchista, la poesía es una de sus armas para educar y sensibilizar a la población para que unida, como un solo hombre, luche y se defienda porque tarde o temprano, la victoria será del pueblo y se coronará con la gloria. A nadie debe quedarle duda.
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