MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Es posible el desarrollo para los mexicanos

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Los verdaderos  defensores del progreso de los pueblos saben que eso es una mentira, y grave además, porque condena a los pueblos al hambre, al atraso, a la dominación por los países fuertes, a la esclavitud tanto material como espiritual.

Hasta este 2024 ha quedado al descubierto la mala política  de la actual administración, evidencian su carácter entreguista y cómplice de los intereses del imperialismo, contrario a las aspiraciones del pueblo mexicano; exhiben su vocación aniquiladora del espíritu progresista de nuestro país y evidencian sus intentos de mantenernos como nación débil frente a las propias necesidades nacionales y frente a los intentos de dominio absoluto de nuestros vecinos del norte.

Recordemos que desde el inicio de su mandato, dándole cumplimiento a su anunciado combate a la corrupción, el Presidente de la República se ha dedicado a desmantelar, sustituyendo por otros peores, diversos programas sociales que desde su muy personal punto de vista estaban contaminados o absorbían demasiado presupuesto como Prospera, Seguro Popular, comedores comunitarios, el apoyo a niños con cáncer, las ayudas para los enfermos de VIH, el Ramo 33 que se utilizaba para obras de infraestructura de las comunidades y hasta los recursos destinados a cultura, ciencia y tecnología. 

Pero que pasa en la actualidad? Por un lado es probable que ese discurso dirigido a un público lleno de alimento y de lujos y satisfecho hasta el hartazgo de todas sus necesidades indispensables para la vida humana podría pasar por razonable, pero por el otro lado, cuando es dirigido ante un pueblo delgado, desempleado y enfermo,  resulta ser el peor de los insultos y delata al que lo pronuncia, como un ser no solo vacío e inhumano, sino perverso y malvado, que se burla de las necesidades de su pueblo.

La 4T, a unos pocos meses de terminar su sexenio nos ha dejado un país raquítico, débil e inseguro, pues hasta en sus últimos días ha destruido sus instituciones y su economía y ha dividido a su pueblo para entregarnos inermes a los insaciables intereses del imperio. 
 
En pleno siglo XXI tenemos a un presidente que cree que el mejor país no es aquél donde todos tengan una vida digna y decorosa, con empleos bien remunerados y un gobierno que procure el bienestar a las familias a través de la dotación de obras de infraestructura y servicios básicos, sino uno donde todos vivan en lo que él llama pobreza franciscana, que nos impida protestar ante la explotación y saqueo de nuestros recursos naturales y nuestra fuerza de trabajo; en otras palabras, este gobierno es un enemigo del progreso, es un enemigo del pueblo trabajador. 

Por lo tanto, queda claro que la única salida es unir todas las fuerzas posibles de nuestra nación para impulsar un proyecto progresista de país como el que propone antorcha.
 

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