Ya no hay duda, amigo lector. Por primera vez, desde 1917, la auténtica y libre organización popular de los pobres, aquella que amparan los artículos 8 y 9 de la Constitución, está siendo seriamente amenazada por el mismísimo presidente de la República en persona. La voz de ataque ya fue dada, el flamígero dedo presidencial ha señalado, y la jauría mediática y oficialista, ya sin correa, anda suelta asediando sus presas. De las víctimas tampoco hay duda: entre otras, ¡"La Antorcha mundial"!, así dijo con sarcasmo el señor López Obrador y el ataque excrementicio comenzó.
Sólo que olvidaron un detalle: la presa que buscan no será cosa fácil. A "La Antorcha mundial", la llaman Antorcha Campesina cientos de miles de hombres y mujeres en los pueblos y en el campo empobrecido; otros, Antorcha Popular, en miles de barrios y colonias marginadas; Antorcha Obrera, es, para los cientos de miles de hombres que producen la riqueza entre fábricas y minas, y Antorcha Estudiantil o Magisterial, para humildes padres de familia, jóvenes estudiantes y maestros maltratados. Movimiento Antorchista Nacional, la llamamos millones de mexicanos valientes, buenos y honrados, los mismos que hoy, como desde siempre, nos apretamos para la heroica defensa. Y aunque sabemos que el combate será desigual, yo sostengo que seremos legión cuando llegue el momento. ¡Pueblo pobre de México!, los antorchistas no sólo tenemos la fuerza, la Constitución, también nos da la razón.
Pero la batalla de lodo contra Antorcha no es nueva. Lo novedoso de los ataques, si es que así se le puede llamar, es el hecho de que para injuriar a una organización que ya cumplió 45 años organizado, defendiendo y educando a los más pobres de México, tengan que usar la voz y persona del mismísimo presidente de la nación, el mismo que juró ante todos los mexicanos, declarando que en su gobierno "primero los pobres"
Pero, ¿qué buscan con estos ataques a la Constitución?, ¿por qué quieren vulnerar a los más pobres alejándolos de su organización popular? Justamente eso, quieren desarmar al pueblo. Primero se nos acusó de "intermediarios", asegurando sin prueba alguna, hasta ahora, que Antorcha manejó y medró con los apoyos destinados a la gente. ¿Cuándo y dónde pasó eso? ¿Cuál de las delegaciones estatales de los mencionados programas que se dice, quienes fueron los verdaderamente "intermediarios", ha mostrado pruebas de la acusación? Nada, pura saliva. Pero lo supimos a tiempo, se buscaba sólo ganar tiempo para librar el proceso electoral. En seguida se nos acusó absurdamente de pedir dinero al Congreso, de pedir "moches" a constructores, de usar la obra pública para enriquecer a los líderes. Pero entendimos luego, que era una vil maniobra para negar la obra pública para pueblos y colonias de nuestros compañeros; era un amago para impedir nuestra movilización y reclamo. Pero nada de esto nos amedrentó.
Vino entonces la guerra excrementicia de la jauría mediática venal. Fue el turno de Televisa, Denise Maerker y su reportera estrella Fátima Monterrosa. ¡Duro y a la cabeza!, fue la orden dada. Monterrosa presentó como un tenebroso secreto, milagrosamente descubierto, que Antorcha Campesina posee y opera más de 40 gasolineras en diversos estados del país; como prueba de su encargo, mencionó ubicación y dueños de algunas, pero sólo en aquellos casos en que se tienen alguna relación de parentesco con el dirigente nacional de Antorcha, Aquiles Córdova Morán. Acusó sin pruebas, que los negocios son producto de concesiones ilícitas, otorgadas por Gobiernos pasados; con pura saliva sustentó que el fruto de los negocios son para delinquir y enriquecer a los dirigentes nacionales. Y otra vez. Calumnias para detener la lucha y defensa de los pobres.
Vino luego el "huachicol" y su guerra, y con ella nuevos ataques para Antorcha. Tocó turno a la revista "Proceso" y el reportaje de Patricia Dávila que tituló "El mapa del huachicoleo". Entre otras cosas, la revista acusa de "huachicoleros", de manera muy absurda, vil y sin ninguna prueba, a Friné Soraya Córdova Morán y Aristóteles Campos Flores, ambos líderes muy conocidos, y de muchos años, del Movimiento Antorchista en Puebla. Es una grave acusación criminal que la reportera no demostró de ningún modo. ¿Si no tiene pruebas, por qué acusa? Por encargo, sólo por eso, y porque el dedito los señaló. Pero no fue todo. La misma revista "Proceso", pero ahora en su edición del 10 de febrero pasado, lanzó, otra acusación "documentada" sobre la supuesta corrupción de los líderes antorchistas quienes, junto a otras organizaciones "priistas", habrían recibido "ríos de dinero" de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol). El reportero Mathieu Tourliere asegura que, según documentos de la Dirección General de Vinculación Interinstitucional de Sedesol, desde esa área se repartieron "por debajo de la mesa" decenas de millones de pesos a organizaciones sociales a través del Programa de Empleo Temporal (pet), de Opciones Productivas y del Instituto Nacional de la Economía Social (inaes). Y aquí otra vez Proceso miente. Los documentos de Sedesol que cita el reportero no dicen tal cosa. Y si no me creen, entonces que hablen aquí los delegados estatales de Sedesol; las delegaciones, y sólo ellas, manejaron con la normativa al caso, hasta el último peso que se entregó a los beneficiarios de los programas que se mencionan. ¿Por qué miente, entonces, tan burdamente Proceso? ¿Acaso será porque el socio mayoritario de esa revista, el abogado Julio Scherer Ibarra, es ahora, el consejero jurídico del actual Presidente de la República? Como dije líneas arriba, estamos ante el ataque de la jauría mediática.
Y finalmente, tocó el turno a Santiago Nieto Castillo, ex titular de la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (Fepade) y actual jefe de inteligencia financiera de Hacienda, que acaba de publicar un libro titulado "Sin filias ni fobias", en el que, con "mucha fobia", nos dedica un breve capítulo. En síntesis, denuncia en su libro que Antorcha ha cometido delitos electorales y se queja de que el gobierno anterior no lo dejó llevar a la cárcel a más de 400 antorchistas "probadamente" culpables. Pero antes, hace una serie de acusaciones, cargadas de un odio enfermizo sobre Antorcha: nos llama "extorsionadores" "grupo de presión al servicio del pri (Partido Revolucionario Instutucional)", "chantajistas" "manipuladores", y más, mucho veneno más, cuyo trastorno no logra ocultar bien, su "filia" obcecada con toda aquella fauna mediática a la que ya nos venimos refiriendo.
No olvidemos que, tanto Scherer Ibarra como Santiago Nieto, son dos de los hombres muy cercanos al presidente López Obrador. ¿Por qué tanto empeño en atacar a las organizaciones políticas como Antorcha? ¿Qué tanto significa para el pueblo de México "La Antorcha mundial" como para que el presidente, no pueda prescindir de ella en sus discursos masivos? No hay de otra, estamos listos. Es un honor, estar con "La Antorcha Mundial".
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