El año 2020 está por concluir, un año que ha sido duro para millones de mexicanos y que ha dejado a su paso a gente sin empleo, sin alimentos, sin atención a la salud, pero, sobre todo, nos ha hecho vivir y sufrir la muerte de miles de compatriotas, quienes, a diferencia de lo que pudiera creerse, no fueron víctimas directamente de la pandemia que desde marzo azota a todo el mundo, sino que son víctimas de las malas decisiones que el gobierno de Morena ha implementado o mejor dicho, se ha negado a implementar para combatir la pandemia.
A principios de la pandemia, en el mes de marzo, las declaraciones de nuestro mandatario se orientaron a decir que el virus no provocaba más que una gripa normal, que saliéramos a comer a fondas, que no dejáramos de abrazarnos; políticas que han guiado su gobierno desde el inicio, pues también para combatir la delincuencia su tratamiento fue de "abrazos y no balazos&rdquo, directrices que ofenden la inteligencia de los mexicanos y, que, en arrogante desprecio, juegan con la vida de todos nosotros.
Desde marzo hasta el momento de escribir estas líneas, México documenta ya, en cifras oficiales 1 millón 241 mil 436 casos positivos y 113 mil 704 defunciones; tomemos en cuenta también que de nuestro personal de la salud han fallecido ya mil 884, lo que nos posiciona como el país cabeza por defunciones en este sector; hay que agregar a estas cifras que de 129 millones 539 mil mexicanos se han realizado tan sólo 3 millones 182 mil pruebas, esto quiere decir que se han aplicado aproximadamente al 3 por ciento de la población.
No puede pasarse por alto tampoco que otra característica de este gobierno ha sido el abandono cada vez más notorio y descarado a la población más vulnerable: después de la eliminación del Ramo 23 en el PEF 2019, para el 2020 se volvió a traicionar al pueblo eliminando 109 fideicomisos, entre los que se encontraba el Fonden, precisamente cuando miles de familias en Tabasco son golpeadas por los dos huracanes, y por la decisión presidencial de abrir la presa Peñitas e inundar la zona indígena, donde habitan las familias más pobres del estado, que resultaron ser las más afectados y las más abandonadas por el gobierno.
Debemos tomar en cuenta que Tabasco es uno de los estados más pobres del país: la pobreza creció 11 por ciento respecto a 2018, lo que ha generado ya que 53 por ciento de la población se encuentre en esta situación; en este mismo periodo las familias que carecen de acceso a la vivienda pasaron del 34.5 al 46.8 por ciento, situación que evidentemente se agravó debido a las inundaciones, pero que poco parece importar al gobierno de Morena, pues la ayuda que han brindado es casi nula.
El Movimiento Antorchista, que desde que López Obrador se encontraba en campaña se manifestó contra la forma en que quería conducir al país, pues pretendía atacar una consecuencia (la corrupción), en lugar de la causa (la pobreza), se ha mantenido firme en su posición; no hemos dejado de luchar y trabajar con el pueblo más humilde, llamándolo, a pesar de la pandemia y la crisis económica, a no olvidar a quienes se encuentran en desgracia; una muestra pequeña de ello fue que en semanas pasadas, a lo largo y ancho del país se instalaron centros de acopio en los que se recaudó ayuda para enviar a Tabasco, logrando así que el pasado fin de semana y durante la actual, los tabasqueños recibieron más de 200 toneladas de ayuda de víveres, ropa y medicamentos que el pueblo, a pesar de todas sus carencias aportó, porque nosotros como mexicanos, estamos conscientes de que la pobreza es la madre de los males que azotan nuestra sociedad.
Benedetti decía en uno de sus poemas "el sur también existe&rdquo, y es una bandera que levantamos nosotros ahora también, pues en la propia tierra del presidente, su ayuda no se ha visto, a pesar de que cuenta con los recursos y medios necesarios para hacerlo; si eso pasa en su estado natal, ¿que nos espera a los demás?
0 Comentarios:
Dejar un Comentario