El cambio climático y la consecuente crisis hídrica que atraviesa la gran mayoría del país es un problema que ya está aquí y exige que se le trate con seriedad, profesionalismo, conocimientos de expertos técnicos y científicos, y sin ningún tipo de proselitismo engañoso. Y esto lo menciono porque, estando en temporada electoral donde se tiene por costumbre distraer la atención de una gran parte del país con las más bajas y ruines estrategias electoreras, es preocupante que se deje de lado el acuciante problema de la crisis hídrica.
En el caso de Sonora, el gobernador lleva insistiendo durante meses en diferentes conferencias de prensa que el tema de la falta de agua en el estado no es para alarmarse. Incluso, ha desenterrado un viejo plan hídrico que se propone traer agua al estado mediante tuberías desde los estados de Nayarit y Sinaloa.
Ante la crisis hídrica, los discursos tranquilizadores o distractores electorales del Gobierno lo único que provocan es ahondar el problema: debe escuchar a los expertos para un plan nacional de cuidado del agua.
El famoso Plan Hidráulico del Noroeste se comenzó a bosquejar hace poco más de 50 años, a lo largo de los cuales, lo único que quedó demostrado fue que hay una severa falta de recursos económicos que imposibilitan su efectiva concreción.
Mientras tanto, es decir, mientras el gobernador se esfuerza en minimizar el tema mediante el consabido oficio político de control de daños sobre lo grave del tema, el Organismo operador de la Cuenca del Noroeste (Conagua), con fecha del 12 de abril del presente año, manifiesta mediante su informe diario que: el sistema de presas de Sonora cuenta a la fecha con el 14 % de almacenamiento total; por otro lado, tres presas (Adolfo Ruíz C., Abelardo Rodríguez e Ignacio R.) se encuentran completamente secas; y de las restantes ninguna llega ya ni al 30 % de almacenamiento.
Ante los datos antes expuestos, se vuelve inevitable preguntarse ¿de qué tamaño es la afectación a la población? ¿Qué pasará con los sectores productores que dependen de esto?
La misma realidad se ha ido encargando de demostrar que el discurso apaciguador del oficialismo dista mucho de los hechos diarios. Por ejemplo, en el ámbito social varios municipios, incluida la capital del estado, ya tienen meses implementando tandeos de agua mediante pipas, como es el caso de Hermosillo, Guaymas, Navojoa, Nogales, etcétera.
En muchos otros casos, los pozos también se están comenzando a secar o se contaminan de residuos químicos por haberse hecho muy superficiales donde se contaminan por la filtración de los productos de la agricultura u otras industrias, afectando así la salud de la gente. Incluso, en comunidades de Huatabampo como Loma de Etchoropo y Buiyarumo, las familias llevan años recibiendo agua con arena y salitre, cuando les llega.
En el ámbito productivo, desde finales del año pasado, las asociaciones y organizaciones campesinas venían insistiendo en lo que ellos, con preocupación, venían detectando por la falta de agua para la agricultura.
Hoy en día, muchísimas hectáreas de cultivo se dejaron de sembrar en el actual ciclo agrícola por la misma falta de agua, los distintos distritos de riego hicieron sus cálculos y determinaron que a varios productores les tendrían que negar el agua.
En Álamos, el mes pasado, el alcalde declaró en pérdida total las tierras cultivadas en el municipio. Y en días más recientes, la organización Alianza Campesina del Noroeste (Alcano) emitió un comunicado donde prevé que ante el escenario actual de la falta de agua y ante la caída de los precios del trigo y el maíz a nivel internacional para el actual ciclo de cultivo, se espera que el campo sonorense, y de manera particular la región sur, sufra una pérdida económica por el valor de 12 mil millones de pesos, que dejarán de llegar a manera de flujo económico para los productores, jornaleros, mercados de abastos e industrias que trabajan como materia prima el trigo y el maíz, así como también verduras y hortalizas.
Así pues, como lo revelan los datos sacados de la misma realidad sonorense, que no de un capricho por diferencias ideológicas, es más que evidente, que las cosas no están tan relajadas y controladas, como lo quiere hacer ver el Gobierno actual.
El escenario se repite a lo largo y ancho del país, en CDMX, por ejemplo, en fechas recientes varias delegaciones sufrieron señalamientos de la población por presentarse el fenómeno de que el agua potable que llega a los hogares presenta olores fétidos y colores que no deberían verse.
Es por eso que insistimos como organización política y afectados directos de estas condiciones, que el Gobierno actual debe darle más seriedad y escuchar a los expertos en el tema, para hacer un plan nacional de cuidado del agua y mantenimiento adecuado de la infraestructura hidráulica, puesto que, con discursos tranquilizadores o distractores electorales, lo único que se provoca es ahondar el problema.
La Conagua volvió a recibir un recorte presupuestal en el actual presupuesto de egresos de la nación, lo cual ralentiza y acelera el deterioro de la dependencia encargada de vigilar el correcto funcionamiento y administración del agua.
Mientras, por otro lado, el Gobierno sigue incrementando los gastos al triple de la construcción del Tren Maya. Este tipo de políticas sociales no ayudan a atender el problema serio de la falta de agua, y el problema es que de las malas decisiones del Gobierno dependen millones de vidas. Las cosas no van bien.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario