MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El eslabón perdido de la Nueva Escuela Mexicana

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Son tres los problemas que nos arroja un diagnóstico de 2018: el rezago educativo, la deserción escolar y la desaparición de las pruebas Planea y Pisa, las cuales eran un referente para determinar el estatus actual de la educación en México. Sin embargo, el gobierno y toda la estructura de la Secretaría de Educación Pública (SEP) no mencionan ni por error esta situación y se agrega un cuarto problema: la instrumentación de la Nueva Escuela Mexicana (NEM).

La nueva política obradorista es una ley emitida y aprobada por la Cámara de Diputados; sin embargo, carece de legitimidad al interior del magisterio y padres de familia. La NEM está plagada de lagunas pedagógicas, metódicas y científicas que han obligado a las autoridades educativas a instrumentar cursos intensivos y reuniones de los Comités Técnicos Pedagógicos para cubrir ese mandato. Van a desarrollar un modelo educativo que no recoge los aciertos y errores del modelo educativo anterior.

La improvisación de un nuevo modelo sin contar con la capacitación de los maestros traerá serias consecuencias. Los niños y jóvenes serán los conejillos de indias que servirán en este experimento. Y son los niños y jóvenes que sufrirán en un futuro no muy lejano las consecuencias de un modelo educativo antipedagógico, confuso y plagado de ideología por encima de la ciencia.

Se debió instrumentar un modelo piloto para demostrar a los mexicanos la viabilidad de dicho modelo. Sin embargo, a diferencia del 2018 no se invitó a los expertos en educación para instrumentar un nuevo modelo. Solo se invitó a un grupo de fanáticos morenistas que dejaron impregnada su concepción del mundo en los nuevos libros de texto gratuitos.

La NEM no cuenta con medidas y estrategias para combatir el rezago educativo, los mapas curriculares y libros de texto para el nivel básico no han demostrado ser superiores o más avanzados que los planes y programas pasados. Tampoco contempla programas especiales de nivelación para los alumnos en rezago. La misma suerte corre el problema de la deserción escolar, no se consideran programas auxiliares como los desayunos calientes, la apertura de los comedores escolares, escuelas de tiempo completo, instrumentación de guarderías e incentivos a los maestros que aumenten la retención escolar.

Por otra parte, la NEM no considera pruebas locales, estatales, nacionales e internacionales que evalúen la habilidad matemática y lectora en todos los niveles educativos. Tampoco establece metas que permitan incrementar el aprovechamiento escolar y obtener un nivel de dominio en todos los estudiantes. La NEM no contempla la participación de organismos internacionales que valoren el proceso de enseñanza-aprendizaje para recibir recomendaciones y su aplicación misma.

Y si la NEM se llega a instrumentar como se tiene contemplado, ¿quién va a pagar los gastos en materiales didácticos, deportivos, artísticos y pedagógicos? Lo más seguro es que seguirá recayendo en las espaldas de los padres de familia y maestros.

¿Quién se hará cargo de la construcción de aulas, laboratorios, centros de cómputo y áreas deportivas? No se dice nada al respecto.

Hoy en día los debates son parte de una sociedad democrática y puede haber o no razón y pueden ser cuestionables todas las opiniones. Sin embargo, existe una realidad concreta independientemente de nuestra conciencia; esa realidad la acaba de revelar el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en días recientes. Dice el Coneval que, de 2018 a 2022, pasamos de 23.5 millones a 25.1 millones de mexicanos en rezago educativo, lo que significa que hay un incremento de 1.6 millones de niños y jóvenes con esta carencia social (Coneval, Comunicado No. 7, 10 agosto de 2023). Y la pregunta obligada para todos es: ¿la NEM va a resolver o detener el rezago educativo?

Desgraciadamente, la discusión por la NEM ha polarizado a la sociedad. Sobre todo, porque han resurgido los grupos extremistas de derecha e izquierda. Los ultraderechistas y los ultraizquierdistas se acusan mutuamente. La ultraderecha y grupos desinformados dicen que los libros son marxistas y comunistas. Eso es mentira. Los libros de texto gratuitos (LTG) no son marxistas simplemente porque su forma de analizar las leyes de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento no se apegan al método científico y no contemplan los avances de la ciencia. Mejor dicho, los LTG carecen de ciencia y la mutilan en su esencia, lo cual es en verdadero problema para su distribución y a decir de sus creadores no son marxistas ni comunistas.

Dice el Coneval que, de 2018 a 2022, pasamos de 23.5 millones a 25.1 millones de mexicanos en rezago educativo, lo que significa que hay un incremento de 1.6 millones de niños y jóvenes con esta carencia social (Coneval, Comunicado No. 7, 10 agosto de 2023). Y la pregunta obligada para todos es: ¿la NEM va a resolver o detener el rezago educativo?

En segundo lugar, los niños y jóvenes no se harán marxistas o comunistas, simplemente porque sus maestros no son marxistas ni comunistas. Los maestros no pueden enseñar lo que no saben. Sus maestros hacen un gran esfuerzo por ilustrarlos pese a sus carencias, el mal salario y trato que reciben del gobierno. Para transformar a la niñez y juventud en comunistas se tendría que cambiar al sistema económico y educativo que demande este tipo de profesionistas. Sin embargo, el marxismo está desterrado de las universidades y Escuelas Normales donde se forman los maestros de nuestro país.

¿Entonces, por qué atacan al marxismo?

Lo atacan porque el marxismo sigue siendo el enemigo número uno para el sistema, porque el marxismo es el ataque más abarcador e integral, el más certero, coherente, armónico y más profundo contra el sistema capitalista.

Desafortunadamente, los medios de comunicación de gran alcance están en manos de poderosos intereses económicos y por ello se han sumado a la campaña de desinformación. Por otra parte, hay gobernantes e ideólogos como López Obrador y Marx Arriaga respectivamente, que se la quieren dar de revolucionarios, que quieren hacer reformas para trascender en la historia como hombres ilustres, pero desgraciadamente terminan tergiversando la esencia del marxismo.

Al parecer, está llegando la hora de desenmascarar a los falsos revolucionarios que agreden a la educación popular y a la clase trabajadora. Se vislumbra el verdadero rostro de quienes se dicen ser aliados de los pobres cuando en los hechos trabajan para fortalecer la desigualdad e ignorancia de los más desfavorecidos. Ante esta situación, hace falta un plan económico, educativo y político alternativo que ataque las causas verdaderas de los problemas en nuestro país, como el que ha desarrollado el Movimiento Antorchista Nacional. Pero de ello, hablaremos en la última parte.

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