MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El cine como defensa ante el acoso imperialista: China

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La robustez de la industria cultural de un país expresa, en alguna medida, la soberanía real de la que goza dicho país. Los países que han avasallado económica, política y militarmente al mundo lo han hecho también culturalmente. Estados Unidos es el mejor ejemplo. Su industria cinematográfica no respeta las fronteras nacionales, sino que encuentra mercados en numerosos países de América Latina, Europa, Asia y África. Se trata de cintas que expresan la concepción imperial estadounidense del mundo, además de funcionar como munición ideológica en la lucha por mantener su hegemonía. Por eso, los países que defienden su soberanía ante la dominación occidental, y que tienen la capacidad económica para hacerlo, han impulsado una industria cultural autóctona que refleje su propia concepción del mundo y que les brinde armas más sofisticadas para librar la lucha ideológica. China es ejemplo de esto.

La industria cinematográfica china es uno de los sectores todavía cerrados a las empresas extranjeras, de manera que el cine que se produce en China es realizado en su totalidad por estudios nacionales, ya sean estatales o privados. La Administración Nacional de Radio y Televisión es el organismo estatal responsable de regular la producción cinematográfica general, estatal y privada, así como su distribución. A través de este mecanismo es como el Estado influye en la industria del cine. 

¿En qué dirección orienta el Estado el cine nacional? Cercada militar, económica y culturalmente por el imperialismo estadounidense y sus secuaces, China ha impulsado un cine fuertemente nacionalista. El objetivo es hacer consciente al pueblo del acoso que vive el país, de las vejaciones que ha sufrido a manos de los países poderosos y desarrollar un espíritu de amor a la patria, de valentía y de sacrificio entre el pueblo. Esta línea de desarrollo cinematográfico se observa con claridad en algunas de las producciones más recientes. Veamos algunas.

“Los 800” (2020) es una película que narra la resistencia que ofrecieron los soldados chinos contra las tropas japonesas que invadieron Shanghái en 1937. Exalta la entrega, el heroísmo y el valor de los combatientes chinos que, sabiendo su causa perdida por la superioridad militar de los japoneses, resistieron hasta el final. La invasión japonesa (1937-1945) es uno de los momentos más traumáticos de la historia china contemporánea. Es conocido el enorme costo en vidas humanas que implicó la Segunda Guerra Mundial para la Unión Soviética, pero poco se dice que China fue el segundo país con más pérdidas en esa guerra: más de 20 millones, entre civiles y soldados, perdieron la vida defendiendo su patria de los invasores japoneses. Películas chinas como “Las flores de la guerra” (2011) y “Sorgo rojo” (1988), entre muchas otras, muestran el horror que significó la guerra para el pueblo chino.

La invasión es una herida que sigue abierta. Las autoridades japonesas no sólo nunca han ofrecido una disculpa oficial a China por sus crímenes de guerra, sino que todos los años le rinden culto, en el santuario de Yasukuni, a los generales y altos mandos responsables de masacrar al pueblo chino. En 2022, cuando falleció Shinzo Abe, ex primer ministro de Japón, circularon profusamente fotografías suyas donde se le veía sonriendo a bordo de un avión marcado con el número 731. Las fotografías despertaron la ira de los chinos por su simbolismo. Escuadrón 731 era el nombre de un programa japonés de investigación y desarrollo de armas biológicas que realizaba experimentos humanos con prisioneros chinos bajo la ideología de superioridad racial japonesa. Su base de operaciones se encontraba en Manchuria, al norte de China, territorio invadido por Japón desde 1931. La cinta “Sobre el acantilado” (2021) narra las dificultades que enfrentaron los agentes chinos responsables de infiltrarse en las filas del Escuadrón 731 para dar a conocer al mundo las aberraciones que los japoneses cometían ahí. Es destacable que los agentes protagonistas habían recibido entrenamiento militar y de inteligencia en la Unión Soviética, país que apoyó a las tropas chinas en su lucha por la liberación. Como en el pasado, hoy Japón vuelve a amenazar a China, esta vez de la mano de Estados Unidos, quien ve en los japoneses un valioso activo para sus planes estratégicos.

La creciente agresividad estadounidense contra China mantiene viva la posibilidad de un enfrentamiento armado. Ante esa realidad, el gobierno chino ha procurado avivar el sentimiento nacionalista, específicamente, la idea de que China puede hacerle frente al ejército estadounidense y salir victoriosa. La película “La batalla del lago Changjin” (2021) aborda la participación que tuvo el ejército chino en la guerra de Corea (1950-1953). En ese conflicto participaron más de un millón y medio de soldados chinos en apoyo a la República Popular Democrática de Corea y contra la ocupación militar estadounidense. Gracias a la participación del pueblo chino, Estados Unidos tuvo que retroceder hasta el paralelo 38, donde se fijó la división entre Corea del norte y Corea del sur. El filme muestra cómo los soldados chinos, a pesar de sus carencias materiales, pues no tenían aviación, tenían municiones limitadas y su armamento era muy antiguo respecto al estadounidense, enfrentaron a las tropas estadounidenses y las obligaron a retroceder. La película parece decir que si China hizo frente al ejército más poderoso del mundo en aquella guerra, y en condiciones de gran desventaja, también puede hacerlo ahora que el país se ha fortalecido.

China ha tenido que modernizar su ejército para garantizar su soberanía. Sobre todo, ha tenido que crear su fuerza aérea y su flota naval, dos ramas de sus fuerzas armadas con las que no contaba hasta la década de 1980. Desarrollar sus capacidades militares ha sido uno de los retos más complicados de China, pues viniendo de un atraso tecnológico muy agudo, tuvo que avanzar rápidamente para tener armas de clase mundial que la defiendan. Esta carrera tecnológica y sus sacrificios es lo que muestra la cinta “Nacido para volar” (2022). En ella se explican las dificultades que enfrenta el país para producir un avión caza de quinta generación, pero también aclara que solo con esas potentes armas China puede obligar a los cazas estadounidenses a respetar sus fronteras nacionales. Cabe señalar que actualmente solo tres países cuentan con cazas de quinta generación: Estados Unidos, Rusia y China, y estos dos últimos fueron capaces de construirlos a pesar del bloqueo tecnológico impuesto sobre ellos.

Los filmes reseñados aquí muestran que la industria cinematográfica puede ser una herramienta importante para promover los intereses nacionales de un país. En el caso de China, su defensa ante las amenazas del imperialismo estadounidense se ha convertido en uno de los principales temas del cine. Ello expresa la preocupación que hay entre los creadores artísticos y, al mismo tiempo, contribuye a enaltecer el espíritu nacionalista tan necesario en los escenarios de guerra. En 2021, Xi Jinping lanzó una advertencia a quien osara invadir China: “Cualquiera que se atreva a intentarlo encontrará su cabeza golpeada y ensangrentada contra un gran muro de acero forjado por más de 1,400 millones de chinos”. Nadie desea una guerra, pero China está preparada para defender su soberanía si fuera necesario. Que nadie lo dude.

 

Con autorización del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales

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