El gobierno de Andrés Manuel López Obrador y sus corifeos presumen que en el actual sexenio las cosas van de maravilla. Arguyen que el número de pobres ha disminuido en los últimos tres años y que los niveles de desigualdad han caído de igual manera. Estos datos tomados de manera aislada pueden crear la impresión de que efectivamente marchamos viento en popa.
Sin embargo, son muchas las lacras sociales que padece la sociedad mexicana, muchos los resultados no deseados de la estructura económica y social que hacen palidecer los magros resultados alcanzados en esta administración. Me concentraré por razones de tiempo en el aumento de la migración masiva hacia EE.UU. y las razones detrás de este incremento, a saber, la ausencia de oportunidades laborales bien remuneradas y la violencia en el país.
México es el principal país de origen de los detenidos en la frontera, en 2021 los mexicanos representaron el 37% del total de detenidos, superando a todos los países de Latinoamérica.
El número de migrantes mexicanos encontrados o detenidos en la frontera se ha duplicado en el sexenio actual con respecto al pasado. De acuerdo con cifras de la oficina de aduanas y protección fronteriza de EE.UU. el número de encuentros con mexicanos indocumentados en territorio estadounidense ha crecido drámaticamente a partir de 2018. En 2023 hubo un récord de 823 mil personas retenidas queriendo ingresar ilegalmente a ese país, incluidos 28 mil menores no acompañados.
México es el principal país de origen de los detenidos en la frontera, en 2021 los mexicanos representaron el 37% del total de detenidos, superando a todos los países de Latinoamérica.
Aunque las razones de este revigorizado éxodo masivo son múltiples y complejas, sin duda reflejan que las supuestas mejorías de que habla el oficialismo son en todo caso insuficientes para contener la sangría de recursos humanos que ocurre hoy en día. Tener una población educada, productiva y sana es hoy más que nunca vital para asegurar la viabilidad económica del país en el mediano y largo plazo.
Que tantos mexicanos quieran abandonar su país muestra que los ingresos y las condiciones laborales prevalecientes no cumplen las expectativas de millones de ciudadanos. El diferencial salarial entre los dos países simplemente no retrocede con la estrategia de desarrollo e integración con Norteamérica en el contexto actual. Sin embargo, no hay siquiera un intento tímido de modificar las políticas económicas que nos han conducido a está situación, sobre todo cuando se pretende profundizar la integración con Norteamérica, aunque en los hechos esto haya significado un desplazamiento de población del sur al norte, más que una convergencia económica y de bienestar y niveles de desarrollo sostenibles y equilibrados en toda la región.
El colmo de la situación es que el presidente de la República idealiza la migración de mexicanos a Estados Unidos y se enorgullece de las remesas enviadas por los paisanos a México. El monto de remesas tiene ciertamente una tendencia ascendente. Tan solo en 2023 alcanzó los 63 mil millones de dólares, convirtiéndose en uno de los sectores que mayor aportan divisas la país. Pero no hay nada que celebrar con estos recursos, pues la sangría en términos de fuerza productiva que pierde el país es muy superior a este monto. El profesor Delgado Wise calcula que de 1990 a 2008, los migrantes mexicanos enviaron al país un total de 156 mil millones de dólares a precios de 2008, sin embargo, si Estados Unidos hubiera criado y educado a los millones de trabajadores de los que se beneficia productivamente, el monto necesario hubiera sido de 613 mil millones de dólares. En pocas palabras, México hace un subsidio gigantesco a Estados Unidos cuando permite que sus trabajadores que fueron sacados adelante y educados con dinero público en el país se van a producir riqueza al otro lado de la frontera.
Por supuesto que no es responsabilidad individual de los migrantes irse del país, sobre todo cuando en México son pocas posibilidades de salir de la pobreza trabajando honestamente con empleos precarios y mal remunerados. Es un problema más bien estructural que debe obligar a los encargados de la políticas económica a ofrecer soluciones en el corto y largo plazo.
La violencia está sin duda también detrás de este fenómeno de expulsión y de falta de oportunidades. No es casual que el número de muertos en este sexenio vaya en aumento y que la estrategia de abrazos no balazos haya sido un enorme fracaso que solo ha servido para que grupos de delincuentes incrementen su influencia en amplias regiones del país. El número de asesinatos durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador es ya el más alto de la historia moderna.
Como se ve la situación general del país no está para cantar victorias de ningún tipo. El discurso presidencial de prosperidad y paz no existe más que en el terreno de la fantasía por lo que debemos ser críticos ante la situación actual, organizarnos local y nacionalmente y exigir cambios palpables en las condiciones económicas y sociales.
Etiquetas: México, migración, Estados Unidos, pobreza, violencia, gobierno, Morena, Andrés Manuel López Obrador
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