Esta semana se lleva a cabo la XXI Espartaqueada Cultural, organizada por el Movimiento Antorchista Nacional. Este encuentro, que reúne a miles de artistas de todo el país, demuestra que para Antorcha el arte y la cultura son pilares esenciales del ser humano, pues transforman al individuo, lo hacen más sensible y le permiten comprender su realidad desde una perspectiva crítica, impulsándolo a cambiarla.
Para los bajacalifornianos, este esfuerzo no es ajeno: hoy contamos con una digna representación de 200 artistas que compiten en disciplinas como música, baile, oratoria y poesía. Al cierre de este escrito, me complace informar que ya hemos obtenido un tercer lugar en canto, con el compañero Jorge Rodríguez Arce de Tijuana en la categoría Libre Estudiantil, y un primer lugar con la compañera Luisa Elvira Medina de Mexicali en la categoría Libre Popular. ¡Y como dicen, "vamos por más" !
Pero esto es solo una parte del trabajo de Antorcha. Durante el evento, se inauguró un nuevo orgullo del antorchismo nacional: el Teatro Aquiles Córdova Morán. Único en su tipo, este recinto fue construido por nuestra organización y está al servicio del pueblo trabajador, de artistas y espectadores. Además de su valor arquitectónico, alberga obras de arte que reflejan parte de la cultura universal.
Con capacidad para 2,500 espectadores, el teatro se ubica en Tecomatlán, un municipio que ha florecido durante los 50 años de lucha de Antorcha. La localidad cuenta con infraestructura modelo: hoteles, balneario, instituciones educativas (desde ludoteca hasta normal superior y el Instituto Tecnológico), un hospital de primer nivel, el Auditorio Clara Córdova Morán, una unidad deportiva con estadios profesionales y una plaza cívica.
Tecomatlán es el ejemplo vivo de lo que Antorcha busca para México. Cabe destacar que todos sus gobernantes han sido antorchistas, aplicando la visión de nuestra organización sobre el uso transparente del erario público. Hoy, este municipio es la perla de la Mixteca poblana, destacando entre zonas sumidas en la pobreza por su progreso y bienestar social.
Cuando los antorchistas celebramos 50 años, lo hacemos con orgullo. Estas cinco décadas han significado un cambio tangible en cientos de comunidades, ejidos y ciudades. Hemos demostrado que Antorcha no solo crece, sino que se consolida como la única organización que defiende al pueblo trabajador. Medio siglo de lucha no ha sido fácil: nos ha costado sangre, esfuerzo, educación y resistencia, pero también la satisfacción de saber que vamos por el camino correcto.
Cuando desde el poder se pronosticó nuestro fin, cuando nos atacaron y calumniaron, Antorcha se hizo más grande y fuerte. Porque nuestra organización solo desaparecerá cuando se erradique la desigualdad y la pobreza. Mientras tanto, seguiremos organizando, educando y luchando.
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