La pandemia causada por el Covid-19 sigue su curso, sigue sumando víctimas mortales. Cada día nos amanecemos con la misma noticia: número de víctimas mortales y número de contagiados en nuestra geografía nacional, cada día este fatal número se incrementa. Por la experiencia que se tiene de otros países, México aún no llega al punto más álgido del ciclo evolutivo de este mortal virus, por lo que es de suponer que estos números se seguirán incrementando.
Durante todo este tiempo, desde el mismo momento en que esta pandemia llegaba a nuestro país, las autoridades no han tenido inconveniente en saturar los medios de comunicación dando sugerencias y consejos para convencernos a que permanezcamos en nuestras casas, con el argumento de que es la manera más conveniente de evitar el contagio y la propagación del coronavirus. En efecto, hasta el momento es la única medida que está dando resultados para evitar contagios de manera exponencial; pues un medicamento efectivo para curar esta epidemia aún no se conoce.
Una gran mayoría de mexicanos, 72 millones aproximadamente, que las estadísticas más conservadoras ubican en el grupo que padece pobreza, que generalmente vive en zonas con alta y muy alta marginación y dependen para su sustento de un empleo informal, estas familias ante una situación así, no tiene muchas alternativas para continuar con su castigada vida diaria; tienen una disyuntiva: o salen a buscar algún trabajo temporal, como lo habían estado haciendo, y se arriesgan a contagiarse del Covid-19, o se quedan en casa, como lo están exigiendo las autoridades, y padecer las consecuencias que ello conlleva.
Los estragos que el hacinamiento provoca en una gran parte de las familias trabajadoras, es una condición común que siempre han sufrido. Las erráticas políticas de asistencia social aplicadas por los 6 últimos presidentes de México, incluido el que está en turno, solo han perpetuado esta condición en las familias pobres. Ahora, con esta nueva e inédita situación de emergencia nacional decretada por las autoridades, hay un martirio más para ellas: las condena en un futuro inmediato a morir de hambre, a morir por falta de alimentos.
Las medidas que han tomado las autoridades para hacer frente a esta pandemia, no son lo más convenientes, son superficiales. Las estadísticas oficiales tienen rato que indican que la cantidad de trabajadores informales en México es enorme. Este dato por sí solo debería bastar para indicar a los encargados de la administración pública, que ante una situación como la que estamos viviendo, lo más sensato es proteger y salvaguardar a la clase trabajadora, pero como vemos en México no pasa eso.
Se acumula una semana más y son ya casi dos meses en que vivimos en esta condición de emergencia, sin embargo, es la hora que el Presidente de México, el Lic. Andrés Manuel López Obrador, aún no pone en marcha, porque no lo tiene, un plan efectivo para contrarrestar los negativos efectos de la pandemia que padecemos. La situación que está sufriendo la mayoría del pueblo de México, es motivo suficiente para que se instrumente de manera inmediata un plan de distribución de alimentos y despensas.
Un importante número de ciudadanos mexicanos, los antorchistas, hemos estado insistiendo, desde que inició esta situación, a que se tomen en cuenta las difíciles condiciones en que han estado viviendo las familias de los trabajadores. Estas familias han hecho de todo para llamar la atención de las autoridades federales, quieren ser escuchadas y que sean resueltas sus necesidades. Un ejemplo de esto es que en los recientes días que pasan, desde sus modestos domicilios, han tomado la iniciativa de informar a México y el Mundo, colocando un trapo blanco en sus puertas y ventanas y, a través de las redes sociales, manifestar la necesidad que padecen, con el fin de encontrar un poco de sensibilidad social en los encargados de dirigir el destino de México.
¿Tendrá respuesta esta vez la solicitud de un modesto apoyo para paliar un poco el hambre que padecen? ¿Va esperar la 4T que la necesidad de alimentos obligue al pueblo a tomar otro tipo de iniciativas y acciones, diferentes a las que han recurrido en estos días? Lo que sea que el pueblo decida hacer, no es conveniente para la ya deteriorada salud social de México. Esto es lo que a los antorchistas nos preocupa y con tiempo lo estamos advirtiendo.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario