Una de las piedras angulares para el progreso del pueblo es, sin duda, la educación. Por esta razón, desde sus inicios, el Movimiento Antorchista se ha comprometido en impulsar la educación de los jóvenes de escasos recursos.
Tras años de gestiones y lucha, lograron la reconstrucción y ampliación de la Casa de Estudiantes Mixta “Ignacio Manuel Altamirano” (CEIMA), ubicada en la avenida Juan N. Álvarez de Chilpancingo, Guerrero, que en este 2024 conmemora 30 años al servicio de estudiantes de las ocho regiones de Guerrero, deseosos de superarse académicamente.
Antorcha fomenta el compromiso de los estudiantes para que puedan servir mejor a su patria y a su pueblo.
La tarea no fue nada fácil. Se tocaron varias puertas y se llevaron a cabo marchas, mítines y plantones, incluso en el Congreso federal.
Activistas de la organización, junto con los moradores que combinaban sus estudios con labores de gestoría, lograron ampliar y equipar el albergue estudiantil, mejorando así las condiciones de estudio y permitiendo que más jóvenes se integraran a este proyecto.
Los primeros moradores de CEIMA fueron jóvenes de la región Montaña, provenientes de municipios como Cochoapa el Grande, Metlatónoc, Acatepec, Zapotitlán Tablas, Tlapa de Comonfort, y Alcozauca de Guerrero, donde concluir la secundaria es un desafío.
Aún hoy, el índice de educación en la zona sigue siendo bajo y la deserción escolar, alta, debido a la pobreza que prevalece.
Datos oficiales señalan que Guerrero ocupa el tercer lugar en analfabetismo en la región Sur-Sureste, con un 25.1 % en mujeres y un 17.5 % en hombres, sólo por debajo de Chiapas y Oaxaca.
En este contexto, el albergue estudiantil comenzó a funcionar en 1994 con un pequeño grupo de jóvenes de la Montaña que estudiaron bachillerato y educación superior y, hoy en día, son destacados profesionistas.
Con el tiempo, el espacio resultó insuficiente para albergar a tantos jóvenes deseosos de estudiar, dada su ubicación en el centro de Chilpancingo, cerca de varias escuelas y preparatorias de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro). Así, comenzaron las gestiones para su reconstrucción.
La labor dio frutos, y en 2018 se anunció la reconstrucción y ampliación de CEIMA, con una inversión aproximada de 30 millones de pesos gestionados ante diputados federales antorchistas, permitiendo que hijos de campesinos de todo el estado puedan terminar sus estudios con una mínima aportación económica.
Los albergues creados para los hijos del pueblo son el modelo educativo del Movimiento Antorchista Nacional.
A principios de 2020, se inauguró el moderno complejo estudiantil, que cuenta con espacio para 200 estudiantes, habitaciones para hombres y mujeres, sótano, biblioteca, área de recreación y comedor. Además de alojamiento y comida, CEIMA ofrece talleres culturales y deportivos, promoviendo una formación integral.
“Antorcha nos enseña que la tarea de un estudiante es prepararse, porque solo la gente preparada puede servir mejor a su patria y a su pueblo. Solo Antorcha está concientizando y organizando al pueblo, porque las transformaciones no se logran esporádica y aventureramente”, comentó Abelino García, exmorador de CEIMA.
Actualmente, el edificio da cobijo a unos setenta jóvenes de las regiones Montaña, Centro, Costa Grande, Costa Chica y Acapulco, quienes, además de desarrollarse de manera digna e integral, se forjan como buenos guerrerenses.
A quienes aún se preguntan qué hace Antorcha, apoya a campesinos, estudiantes, maestros y obreros, impulsando la construcción de albergues estudiantiles en todo el país, donde habitan jóvenes que no pueden costear rentas elevadas y mucho más, sin ser Gobierno.
El país requiere de grandes cambios que lleven a un crecimiento equitativo, y la educación debe colaborar fundamentalmente en el desarrollo de México.
Se necesita cada vez más profesionistas mejor preparados y comprometidos con su pueblo; esa es la misión de las casas de estudiantes, el modelo educativo del Movimiento Antorchista Nacional.
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