Desde hace casi seis años, México ha sido testigo de una serie de cambios en la gestión de la infraestructura pública, muchos de los cuales han resultado de la eliminación de programas clave que aseguraban el desarrollo y mantenimiento de la infraestructura nacional. Hoy, en Guerrero se enfrenta una carencia significativa de obras esenciales, como agua potable, electricidad y mantenimiento de carreteras.
El presupuesto asignado a la inversión pública en 2024 es 11.1% menor en términos reales comparado con 2023, y un 38.6% menor que en 2016.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) ha señalado que el presupuesto asignado a la inversión pública en 2024 es 11.1% menor en términos reales comparado con 2023, y un 38.6% menor que en 2016. Estas cifras no solo reflejan una disminución preocupante en la inversión, sino que también se traducen en un deterioro palpable en la infraestructura que los mexicanos utilizan diariamente.
En el estado de Guerrero, esta realidad es especialmente evidente y alarmante. Históricamente, Guerrero ha enfrentado hechos significativos en términos de infraestructura, y la situación actual solo ha exacerbado estos problemas.
Las comunidades rurales de Guerrero han sido las más afectadas por la falta de carreteras pavimentadas. La conectividad es esencial para el desarrollo económico y social, sin embargo, muchas áreas siguen siendo inaccesibles, dificultando el transporte de bienes y servicios; la falta de mantenimiento de las vías existentes también ha contribuido a su deterioro, haciendo que los viajes sean peligrosos y lentos.
El acceso al agua potable y sistemas de saneamiento adecuados sigue siendo un problema grave en muchas partes de Guerrero. Las deficiencias del suministro son una amenaza directa a la salud pública y al bienestar de las comunidades. En un estado donde las temperaturas pueden ser extremas, la falta de agua potable es un problema que no puede ser ignorado, pero claramente no es prioridad para el gobierno de la 4T.
Aunque la cobertura eléctrica en Guerrero ha mejorado con los años, aún existen pueblos, colonias, ranchos, etc., que carecen de acceso confiable a la electricidad. La energía es un componente básico para el desarrollo y la calidad de vida, y su falta impide el progreso en otras áreas como la educación y la salud.
La educación en Guerrero enfrenta graves dificultades debido a la infraestructura inadecuada. Muchas escuelas carecen de instalaciones básicas y necesitan reparaciones urgentes. La falta de un entorno educativo adecuado afecta directamente el rendimiento académico y el futuro de los estudiantes guerrerenses.
El acceso a servicios de salud y la disponibilidad de centros médicos bien equipados son problemas constantes en Guerrero. La falta de infraestructura adecuada impide que muchas personas reciban atención médica oportuna y de calidad, lo que resulta en una mayor vulnerabilidad ante enfermedades y emergencias médicas.
Es crucial reconocer y abordar estos problemas de infraestructura en Guerrero. La disminución de la inversión pública tiene consecuencias reales y tangibles que afectan la vida diaria de los ciudadanos. El gobierno debe tomar medidas urgentes para revertir esta tendencia y asegurar que todos los mexicanos, especialmente aquellos en estados como Guerrero, tengan acceso a los servicios básicos que merecen, pues somos el segundo estado más pobre del país. La infraestructura no solo es una cuestión de desarrollo económico, sino también de justicia social y equidad para toda la sociedad, claramente con la nueva administración morenista, no seremos los pobres prioridad para los que ostentan el poder.
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