Ante la situación tan desesperante que está dejando la pandemia en México con más de 55 mil muertos por covid-19, y llegando a más de 18 millones desempleados, se crea en el corazón de los más humildes mucha tristeza y un dolor abominable por la pobreza que les espera, una fea y nefasta situación que encarcela las mentes posiblemente las más brillantes de los tiempos, se sumergen en lo más profundo de los pensamientos y se pierden en el olvido por las esperanzas ya agotadas en el individuo, que en un tiempo fueron ganas de dar la lucha por todo y contra todo, esperanzas cambiadas a nuestra realidad social, cuando la vida y nuestros padres nos dieron la oportunidad de estudiar en alguna universidad, esperanzas de ver una familia unida, trabajando con un mismo propósito, donde la unión y la fuerza fuera el motor principal para seguir luchando.
¿Pero qué ha pasado? ¿Se perdió esa esperanza de verte siendo el dueño de tu propio negocio?, de ver un país mejorando y no empeorado, de tener una vida digna y llena de paz para todos, donde tengas empleo y comida, donde la repartición de las riquezas sea igualitaria y justa para todos los mexicanos, pero sobre todo, lo que hemos perdido es la fe, en que juntos y organizados se pueden mover grandes montañas en diferentes niveles de la sociedad.
¡Qué triste es ver esta situación en nuestro país!, ahogándose en llantos que jamás son escuchados por los gobernantes en turno que asumen el poder del gobierno federal, al grado de que una gran cantidad de mexicanos ve como una humillación por parte de quién encabeza semejante atrocidad hacia los más vulnerables, queriendo hundirlos aún más de lo que están, a sabiendas de la situación que padecen, es ya bastante mala.
Y es ahí donde debe resurgir el orgullo y el valor de nuestros antepasados en cada uno de nosotros, llenarnos de orgullo y de coraje para enfrentarnos a este dictadorzuelo que se siente amo y señor del país.Pero que no se equivoque el señor presidente AMLO el pueblo lo eligió para que le sirviera, para que trabajara a su favor, pero usted lo traicionó y lo despojó de los pocos beneficios que tenía y que le habían costado lágrimas y sangre a muchos mexicanos en otros sexenios; les arrebató las guarderías, la salud gratuita, los refugios de mujeres violentadas, los comedores comunitarios, los apoyos a la vivienda, los apoyos al campo, ahora son miles y miles de campesinos que no son beneficiados con apoyo de semilla mejorada, fertilizantes, o implementos agrícolas, etc.etc.
Y ahora con cerca de seis meses de pandemia se negó a escuchar las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para tomar las medidas necesarias y evitar el contagio, minimizó la pandemia y ya somos el tercer país que tiene el mayor número de muertos con respecto a su población, no se quiso gastar en pruebas para detectar a tiempo a los infectados y aislarlos, no hubo apoyo a los hospitales con respiradores, ni con medicinas ni se apoyó a los médicos, enfermeras y demás personal que trabaja en los hospitales.No apoyó con programas alimentos a las familias que llevan más de seis meses en sesentena pasando hambre con sus familias, nuestra economía va en picada y miles de empresas de diferentes tamaños cerradas.
¡Qué pena me da señor presidente!, tuvo la oportunidad de demostrar su empatía con el pueblo, la oportunidad de levantarse como un gran estadista y decidió abandonar a su pueblo, dejarlo sólo a su suerte, hacer escarnio de él al burlarse de las cifras de muertos, muertos que fueron padres o abuelos de alguien, hijos o sobrinos de alguien, usted los mató por su torpeza.
Pero aquí está Antorcha decidida a jugarse el pellejo para salir de este hoyo en que nos encontramos, con la unión y la fuerza que ejerce el único movimiento que vela por los más necesitados, y que siempre está ahí, luchando a favor del pueblo humilde.
El Movimiento Antorchista Nacional, la única organización que se preocupa por el cambio verdadero a favor de quienes más lo necesitan, no hay otra opción, no existe, es por eso que te invito a unirte y que juntos formemos un frente común más fuerte, capaz de dar el todo por todo, con el pueblo y para el pueblo.
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