Como todo México sabe, el Movimiento Antorchista emprendió a lo largo y ancho del país una campaña de recopilación de apoyo para los hermanos tabasqueños que fueron víctimas de las inclemencias del tiempo y cayeron en desgracia, y hasta hoy han sido ignorados y dejados en el desamparo por las autoridades estatal y federal, la mayoría emanadas del partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, Morena.
Hay incapacidad para ayudar a la gente y más para gobernar, prueba de ello es que la pandemia cada día empeora; según los datos oficiales del gobierno hay más de 100 mil muertes en nuestro país, la indolencia del gobierno para hacer recortes presupuestales a programas sociales que minimizan la pobreza, a caprichos para realizar obras faraónicas e innecesarias para nuestro pueblo mexicano lo que causa nuevamente el descontento a solo 2 años de gobierno.
Vemos en los medios de comunicación, en las redes sociales, las manifestaciones que han caído en la violencia y la represión, la inseguridad tan grande de nuestro país y la obediencia ciega del Poder Legislativo al presidente López Obrador que provoca que se siga agravando cada día más la vida de los mexicanos y en particular de los más vulnerables y la muestra de ello es Tabasco, uno de los estados con mayores desigualdades sociales y que ante el periodo de huracanes el gobierno no ha tenido la intención y la capacidad de ayudar de manera comprometida y responsable al pueblo que vio nacer al propio presidente de la P´´epública .
Los huracanes, queda claro que no son voluntad del hombre, pero, la gravedad de su impacto pudiera ser menor con el esfuerzo responsable del gobierno, tal como se evitaron los contagios ante la pandemia en China y otros países.
La pobreza se polarizará cada día más, pero si se puede intervenir de manera responsable, actuando y funcionando en el papel que tengamos en esta sociedad. El Gobierno federal, por ejemplo, puede evitar que el golpe de la pandemia, la pobreza, la inseguridad, las inundaciones, etc., por el simple hecho de que concentra el poder económico, político y social de nuestro país, tiene la obligación de hacerlo; y quien aspire a gobernar tiene que tener claro estos objetivos que en resumen es atender la injusticia social de manera responsable, pues no es un capricho del pueblo exigir atención de quienes le gobiernan.
Pese a las visitas que ha tenido el presidente de la República en Tabasco, las protestas en las redes sociales y el llamado enérgico del Movimiento Antorchista a la Federación para implementar un proyecto hídrico para todo el estado que evite las inundaciones ante fenómenos naturales, el Gobierno federal se ha limitado a entregar dinero a un sector muy limitado de damnificados que hasta hoy suman en total más 300 mil tabasqueños que han perdido todas sus pertenecías, ganado , cosechas, inmuebles y demás.
Por esta razón el Movimiento Antorchista inició una colecta de víveres en toda la República para llevar apoyo y ayuda a nuestros compatriotas; toneladas de mercancía han llegado a Tabasco gracias al trabajo colectivo y fraterno que promueve nuestro movimiento. Con este acto y muchos más se deja palpable la capacidad que tiene el pueblo cuando se organiza sobre una causa noble y solidaria tal como lo demuestra el antorchismo nacional.
Sabemos que este esfuerzo del Movimiento Antorchista, con el respaldo popular, es insuficiente; para que realmente puedan cambiar de raíz los problemas y la injusta distribución de la renta nacional, que fueron los que alimentaron el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, es necesario la participación activa, organizada y consciente de los hombres y mujeres bien nacidos de nuestro país.
Entender que las transformaciones no se hacen por decreto y tampoco por buena voluntad de una sola persona, los grandes cambios sociales las hacen los pueblos organizados y educados, por eso es importante darle poder al pueblo consciente y en esa tarea marchar con paso firme por la vida por muy oscura que se nos presente.
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