El pasado, 2 de mayo, uno de los pensadores mexicanos más brillantes de nuestros tiempos, el Ing. Aquiles Córdova Moran dio una conferencia acerca de Karl Marx, el filósofo alemán que se dio a la tarea de estudiar las relaciones sociales de producción en la historia de la humanidad. Dando como resultado, un cuerpo de conocimientos científicos para comprender por vez primera las relaciones de propiedad entre los hombres a lo largo de la historia.
Marx decía que la historia de la humanidad, es la historia de la lucha de clases, la lucha entre explotador y explotado; entre aquellos que son dueños de los medios de producción, y aquellos que venden su fuerza de trabajo para poder vivir.
Desde el siglo XVIII, el mundo se ha venido rigiendo por un sistema económico capitalista, donde las clases sociales antagónicas son los "burgueses" y los "obreros"; por burguesía se entiende, la clase de los capitalistas modernos que son propietarios de los medios sociales de producción y que explotan el trabajo asalariado, el proletariado se forma por los trabajadores asalariados, que no poseen nada, y dependen por tanto de la venta de su fuerza de trabajo para poder vivir".
¿Cómo saber a qué clase social pertenece uno? Fácil, mientras no seas parte de uno de los 8 millonarios más ricos del mundo o del 1% que acapara la riqueza nacional, y tienes que trabajar todos los días para llevarse el pan diario a la boca, te guste o no formas parte del proletariado mexicano.
Pero veamos los datos estadísticos de las instituciones oficiales, por ejemplo, el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) señala que más de 54 millones de mexicanos se encuentran en el umbral de la pobreza y de estos 9 millones en pobreza extrema, quien según su informe Evaluación de Política de Desarrollo Social 2018, entre 2008 y 2016, la pobreza aumentó en 3.9 millones de personas; pero al mismo tiempo 2.9 millones de personas dejaron de estar en situación de pobreza extrema, sin embargo, los mismos datos muestran que es mayor el número de personas que engrosaron las filas de los pobres.
Y aunque los mexicanos trabajan más de 8 horas y media en sus jornadas laborales, sólo reciben un salario mínimo que oscila en los $88.36; pero por otro lado la canasta básica, en México está en 245.34 pesos; según una investigación del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en 2017, para comprar la canasta básica, se debe laborar diario, 24 horas con 31 minutos, sin contar los gastos de la educación, la salud, vestimenta, etc., a lo cual miles de familias mexicanas no tienen acceso tan fácilmente. El mismo CONEVAL, revela que, a inicios de 2018, el 39.1% de los hogares obtuvo un ingreso laboral inferior a la canasta alimentaria, contra 38.9% en el mismo periodo del año pasado.
Aunado a ello, un académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Rodolfo Nava Hernández, encontró que las horas laborales de los mexicanos, los hacen más vulnerables a padecer depresión o infartos, además de que son más proclives a padecer diabetes, estrés, falta de apetito, y además llega a generar afectaciones orgánicas, psicológicas e incluso sociales que reducen la calidad y esperanza de vida.
Pero aún hay más, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en 2016, México ocupó el segundo lugar en desigualdad de ingresos entre sus habitantes más ricos y los más pobres, de acuerdo al coeficiente de Gini; y datos de la OXFAM, revelan que, en México, 10 familias concentran tanta riqueza como el 50 por ciento más pobre de la población del país, además en la lista anual de Forbes, figuran 16 mexicanos, hombres y mujeres, que en conjunto suman una fortuna de 2 billones 679 mil millones de pesos.
Esa es la cruda realidad de los mexicanos, y el Estado, desde hace tiempo ha desprotegido al pueblo y en esta traición los partidos políticos han jugado su parte, prueba de ello, es la gran incertidumbre que hay rumbo a las elecciones del 1° de julio, porque los ciudadanos más críticos no encuentran ninguna propuesta o partido que los represente.
Muchas de los males de la sociedad mexicana, encuentran su origen en la pobreza, tanto material como intelectual, provocada por la mala distribución de la riqueza, producto de las condiciones materiales en las que se encuentra sumido el pueblo mexicano; males sociales como la delincuencia, la prostitución, la corrupción, y otros, son resultado de lo que el sistema económico ha sembrado desde hace años en la sociedad.
Ante toda esta situación que viene padeciendo el pueblo mexicano, hace falta formar la conciencia de clase del proletariado, para que se dé cuenta de las condiciones de vida miserable que lleva. Dichas condiciones no van a cambiar pero pueden seguir empeorando. La enorme tensión que se vive en el mundo, las guerras en medio oriente, los últimos golpes de estado en América Latina, nos dicen a gritos que este sistema económico va llegando a su fin y antes de que terminé con la vida que es lo único que poseen los pobres debemos hacer un último esfuerzo para crear un sistema más justo, más equitativo, más igualatorio que le de las condiciones de vida que merecen los trabajadores del mundo.
Y ese cambio sólo lo puede lograr el pueblo humilde y trabajador, organizado y unido; por el momento en México sólo hay una organización que ha logrado encender la chispa de la lucha en los oprimidos: el Movimiento Antorchista Nacional, que durante 44 años se ha encargado de educar con cultura, con deporte, con estudio, al pueblo mexicano; lo mismo a campesinos, obreros, amas de casa, estudiantes, maestros, y a todo aquel que padece; y le ha demostrado a través de las gestiones de escuelas, clínicas, hospitales, pavimentaciones, electrificaciones, apoyos de maíz y miles de apoyos más, que el único camino es la lucha organizada y que es posible y necesaria una mejor vida para los mexicanos. Por ello como decía el sabio maestro:
Venid amigos míos, no es demasiado tarde para formar un mundo nuevo.
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