Baja California ocupa el tercer lugar a nivel nacional en casos con covid-19; 72 muertes y 565 casos confirmados, de las 72 defunciones, 42 han ocurrido en Tijuana; 25, en Mexicali; 3, en Tecate; 1, en Ensenada; 1, en San Quintín/ Vicente Guerrero. (hasta este 18 de abril); lo que coloca al estado en el ojo del huracán, no solo por en las estadísticas que manejan las diferentes fuentes de información, sino por la controversia que existe ya en entre la realidad con estos datos ya presentados a nivel nacional, por el gobernador del estado, Ing. Jaime Bonilla y el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez.
"La cosa está difícil", rezan algunos bajacalifornianos, y es que la desinformación y la crisis sanitaria que se vive, desde la primera fase en BC, están a la orden del día; aquí no hay especulaciones sobre si existe o no el virus, aquí la especulación se da en los datos, en lo real contra los datos oficiales y lo que se dice en las redes; no hay que olvidar el no muy viejo video subido por uno de los actores de comedia, Eugenio Derbez, quien protagonizó uno de los escándalos más sonados en durante esta pandemia, donde señala falta de instrumentos de trabajo y la gran cantidad de muertos en hospitales de gobierno y la respuesta por parte de éste.
No hay que olvidar también las declaraciones del gobernador de la entidad, donde señala que los médicos ″caen como moscas″; o del superdelegado, Jesús Alejandro Ruiz Uribe, donde en conferencia de prensa dijo que, "Todo el mundo va a cambiar su sistema de salud, va a ser una de las grandes fortalezas y también que va a emerger una sociedad mucho más solidaria. Va a emerger un nuevo fortalecimiento de la familia. Los que sobrevivan. No, estoy bromeando"; en fin, la última que dio a conocer Bonilla de que las cifras de Gatell, mienten.
A los mexicanos se nos ha tratado siempre con lo mismo, con pan y circo, sólo que ahora el pan hace falta; "aquí nos morimos de hambre, piden que nos quedemos en casa pero no tenemos qué comer", reza una declaración de una ama de casa que fue despedida y que vive en una de las colonias populares de Tijuana, en el marco de una campaña que se hizo trending toping, a nivel nacional y a la que nos sumamos los antorchistas, se denunció la falta del apoyo de gobierno federal y en muchos de los casos estatal, para dotar de un mísera despensa a las familias que así lo requieren.
Fue una campaña de denuncia, misma que alcanzó poco más de 80 mil mensajes, mensajes en los que participamos también los antorchistas de carne y hueso, y no bots, como se ha querido hacer ver; participamos quienes leemos y escuchamos de nuestros hermanos de clase, que denuncian que en pueblos de la zona rural como los de San Quintín no llega el agua, o como en el Valle de Mexicali, que tienen que tomar agua de los canales de riego; que exigen que el gobierno los apoye con una despensa para alimentar a sus familias, porque ahora, los que laboraban en el área informal se han quedado sin ingresos y el sobrevivir de sus familias es incierto.
Aquí el pan hace falta, hemos tenido circo para disfrutar desde casa, pero el estómago de miles de bajacalifornianos sigue chillando por un pedazo de pan, por unos frijoles con chile, aquí la miseria que alcanza la suma de la pandemia y la falta del apoyo municipal, estatal y federal, es todavía más impresionante que hace un mes, cuando lo que faltaba eran solo algunos servicios básicos como agua y luz; ahora también llegó el hambre y no hay de dónde comer o cómo apaciguarla.
Antorcha ha lanzado un pronunciamiento, ha pedido al gobierno federal cree un programa nacional de distribución de alimentos, no lo queremos manejar los antorchistas, queremos que como siempre han dicho, lleguen a las familias mexicanas de manera directa, pero que lleguen antes de que nuestro pueblo se muera de hambre, que llegue ese salvador que dijo ser la esperanza de México, porque con amuletos, el hambre y la miseria no se sobrelleva.
A todos los bajacalifornianos, el coronavirus nos ha alcanzado, es difícil que sigamos las medias al pie de la letra, no porque no queramos, sino porque las condiciones en las que nos encontramos no nos lo permiten, pero los invito a ser prudentes, solidarios y responsables, a estar organizados, a levantar la voz desde nuestra casa y denunciar, exigir y luchar, porque todavía hay mucho por hacer y es momento de demostrar que la organización hace la fuerza. Ya lo hemos demostrado, ¿qué no?
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