MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Sobre la política social

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En el sistema capitalista neoliberal, la política social constituye el conjunto de programas institucionales que desarrollan el estado y su administración pública para fortalecer el nivel de vida de la población, principalmente en áreas como educación, salud, vivienda, seguridad social y empleo.

La seguridad social es la protección que una sociedad proporciona a los individuos y los hogares para asegurar el acceso a la asistencia médica y garantizar la seguridad del ingreso, en particular en caso de vejez, desempleo, enfermedad, invalidez, accidentes del trabajo, maternidad o pérdida del sostén de familia.

¿Los impuestos que paga todos los días la clase laboral dónde quedan? ¿Quién se los gasta? En los “apoyos directos” se va el dinero que sólo sirve como moneda de cambio.

La concepción vigente del término “empleo” se relaciona con la llegada del siglo XIX, cuando se erradicaron tanto la esclavitud, propia de los albores de la humanidad, como la servidumbre, típica de la Edad Media. En teoría, gracias al reconocimiento de la libertad y el respeto a la integridad física y moral del hombre —cosa que no es cierta— el capitalismo llegó, con una máscara, escondiendo su verdadera razón de ser.

En el periodo de los comienzos de la Revolución Industrial, derivó en mucha letra muerta, hablando e instituyendo protecciones que salvaguardan al trabajador de nuestros días. 

La realidad hasta hoy en día manifiesta injusticia y desigualdad. El reemplazo de la mano de obra por maquinaria tuvo en un primer momento perniciosas consecuencias en la sociedad, en tanto en cuanto llevó y lleva a la miseria a gran número de empleados.

Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, tuvo lugar el nacimiento del Estado de Bienestar “basado en las teorías del economista John Maynard Keynes”, donde los trabajadores, perfectamente organizados ya en sindicatos, lograron que fuesen reconocidos lo que hoy en día conocemos como “derechos laborales”, en una desesperada búsqueda de soluciones para el mejoramiento de la clase laboral. 

Dentro del marco del modelo económico capitalista, se propone la reivindicación de la posición desvalida del trabajador creando, como ya decíamos, el establecimiento de sindicatos que velaran por defender los intereses del proletariado. Desafortunadamente, estos organismos se volvieron compinches de los dueños de los medios de producción, dejando de ser útiles para los trabajadores.

En nuestros días, las políticas sociales y la seguridad social brillan por su ausencia: falta de empleo, empleos incapaces de abastecer la canasta básica, clínicas sin medicamento y sin doctores, colonias sin drenaje, sin pavimentación, sin energía eléctrica, sin agua potable.

Para poder abastecerse de los servicios básicos, le piden al pueblo que participe económicamente, encontrando las formas más sutiles para decirle que es necesaria su participación activa. Nos preguntamos: ¿Los impuestos que paga todos los días la clase laboral dónde quedan? ¿Quién se los gasta? En los “apoyos directos” se va el dinero que sólo sirve como moneda de cambio.

Hoy en día, nuestro Gobierno en turno confunde a la clase trabajadora dándole migajas con los tan cantados “apoyos directos”, otra forma de mantenerla sumisa y comprometida con quien dice proveer esos apoyos, amenazándola con quitárselos si no apoyan a quien se los da. Es un estilo más de la clase poderosa y sus lacayos para mantener quieta y adormecida a la clase laboral.

“Según datos de Animal Político, diario digital, el presupuesto histórico proyectado dentro del esquema del gobierno morenista encabezado por el Lic. Andrés Manuel López Obrador para beneficiar a la clase laboral en su programa ‘Primero los pobres’ –frase que ha repetido el presidente para referirse a su forma de gobierno, que ha tenido como prioridad los programas sociales de ‘apoyos directos’–, pese a que para 2024 el presupuesto para política social alcanzó un máximo histórico de 3 billones 755 mil millones de pesos, que representan 41 % del total del Presupuesto de Egresos de la Federación. Especialistas señalan que el número de programas sociales ha disminuido en la actual administración, y los existentes tienen irregularidades en la conformación de los padrones de beneficiarios que afectan su operación y limitan sus impactos positivos para los más pobres. De acuerdo con un análisis realizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), aunque los programas sociales tengan un monto sin precedentes para 2024, estamos dando palos de ciego en tanto no se garantiza el ejercicio eficiente de los recursos ni la operación correcta de los programas.”

No olvidemos que seguimos viviendo en una sociedad dividida en clases, fundamentalmente dos: explotados y explotadores. Estas dos clases sociales son esencialmente contradictorias y, por ello, están en constante lucha, que ha existido durante toda la evolución de la historia, constituyendo la más profunda que conoce la humanidad. Así, “toda la historia de la sociedad humana no ha sido sino la historia de la lucha de clases”.

Es de elemental salud y equilibrio socioeconómico darles un rumbo distinto a las políticas sociales locales, regionales y nacionales de nuestro México querido. Al país le urge una verdadera clase política distinta en el poder, y esto no va a suceder mientras el pueblo no se eduque, no se politice, no tenga claro dónde y por qué existe la desigualdad tan grande.

Es necesario entender técnica y científicamente el gran abismo existente entre pobres y ricos. El ser humano en general debe hacerse del conocimiento para poder defenderse del mismo hombre.

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