La tormenta tropical “Alberto” no afecta directamente a la Ciudad de México (CDMX) debido a su ubicación geográfica en el centro de México y su distancia de la costa. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los sistemas de baja presión, como las tormentas tropicales, pueden tener efectos indirectos en la ciudad, como inundaciones debido a la falta de mantenimiento en la red de drenaje y la falta de conciencia social al tirar basura en las calles, resultando en coladeras tapadas, además de posibles deslizamientos de tierra en áreas propensas a estos fenómenos.
Las tormentas tropicales suelen generar un aumento en las precipitaciones en áreas cercanas a su trayectoria. Aunque la CDMX no está en la trayectoria directa de la tormenta tropical “Alberto”, es posible que se registren lluvias intensas en la región debido a los sistemas de baja presión asociados.
Los vientos pueden causar daños en estructuras débiles, provocar la caída de árboles y afectar la infraestructura eléctrica. Es importante que las autoridades estén preparadas para estos posibles efectos.
Además, las tormentas tropicales también pueden generar un incremento en los vientos, aunque en menor medida en comparación con los huracanes.
Tales vientos pueden causar daños en estructuras débiles, provocar la caída de árboles y afectar la infraestructura eléctrica. Es importante que las autoridades estén preparadas para estos posibles efectos.
Es fundamental que la población de la CDMX esté atenta a los avisos y recomendaciones emitidos por las autoridades locales, como Protección Civil, para tomar las medidas necesarias en caso de que se presenten condiciones adversas debido a la tormenta tropical “Alberto”.
Esto incluye estar preparados con suministros básicos, evitar transitar por zonas inundadas, mantenerse informados a través de fuentes confiables y seguir las indicaciones de evacuación si es necesario.
Ante la falta del Fonden en México, los estados y municipios han debido buscar diferentes alternativas para hacer frente a los desastres naturales. Algunas de estas alternativas incluyen:
• El uso de recursos propios: Los estados y municipios han tenido que utilizar recursos financieros para hacer frente a las emergencias y llevar a cabo labores de reconstrucción. Esto implica destinar fondos del presupuesto local para atender las necesidades inmediatas de la población afectada.
• Peticiones para obtener apoyo internacional: Ante la falta de apoyo interno, se ha buscado ayuda y cooperación a nivel internacional, solicitando asistencia a organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Cruz Roja, así como a otros países que cuentan con experiencia en la gestión de desastres naturales.
• Donaciones y ayuda de la sociedad civil: La sociedad civil toma un papel fundamental en la provisión de recursos y ayuda a las comunidades afectadas. Organizaciones no gubernamentales, fundaciones y ciudadanos han realizado donaciones de dinero, alimentos, medicamentos y otros suministros para apoyar a los damnificados.
• Implementación de programas específicos: Algunos estados y municipios han implementado programas específicos para hacer frente a los desastres naturales. Estos programas incluyen la creación de fondos locales de emergencia, la capacitación de personal en gestión de desastres y la implementación de medidas preventivas y de mitigación.
Debemos entender que estas alternativas, aunque han ayudado a paliar la falta del Fonden, no son suficientes para hacer frente a la magnitud de los desastres naturales.
La ausencia de un fondo nacional específico ha dejado a muchas comunidades en una situación de vulnerabilidad y ha resaltado la necesidad de contar con mecanismos de apoyo financiero sólidos y eficientes en el país.
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