El 11 de marzo brindó un informe de los primeros 100 días de su gobierno el Lic. Andrés Manuel López Obrador. Hay mucha materia de análisis, sin embargo, en esta ocasión me quiero referir sólo a la lectura que debemos tener los mexicanos sin prejuicios doctrinarios o partidistas, sobre la selecta presencia del empresariado mexicano en tan importante evento, encabezado por don Carlos Slim Helú, quinto hombre más rico del mundo en 2019, según la revista Forbes. ¿Cómo explicarnos que convivan de repente dos enemigos irreconciliables, que durante muchos años y sobre todo en campañas electorales se dieron hasta con la cubeta?, antes de dar mi respuesta es necesario enlistar algunos antecedentes:
Primero, al menos, durante los últimos 18 años que el Lic. Andrés Manuel López Obrador participó en las tres campañas como candidato a la máxima magistratura de nuestro país, acusó, en varias ocasiones, a la mayoría de los empresarios mexicanos de complicidad con los gobiernos priistas y panistas, y los señaló como los culpables de implantar el modelo neoliberal en México. Incluso llegó a ponerles epítetos como "la minoría rapaz"; el 3 de mayo pasado, el aún candidato presidencial así se refería a los empresarios... "ellos le han hecho mucho daño al país, porque en buena medida son responsables de la tragedia nacional. Es un grupo que se opone al cambio en México, porque les ha ido muy bien... No quieren un cambio de régimen; no quieren dejar de robar, ni quieren perder el privilegio de mandar. No es sólo hacer negocios al amparo del poder público, sino que se sienten los dueños de México". Ante tales acusaciones los empresarios respondieron con desplegados en el que llamaron injurias y calumnias las afirmaciones del entonces candidato. Es decir, ante la opinión pública parecía un pleito irreconciliable.
Sin embargo, una vez ganada la elección, el Lic. Andrés Manuel López Obrador, cambió de opinión y su percepción sobre esa "minoría rapaz", causante de todos los males de México, dio un vuelco de 180 grados. El 15 de noviembre pasado, en vísperas de su toma de posesión, anunció la creación de un consejo empresarial coordinado por el futuro jefe de la Oficina de la Presidencia, el también empresario Alfonso Romo. Dijo que va a reunirse con ellos cada dos o tres meses y que invitará a otros empresarios, "para que este consejo se vaya fortaleciendo, se vaya convirtiendo en una institución de la sociedad civil que ayude al gobierno para que logremos, entre todos, un progreso con justicia, que haya crecimiento y que haya bienestar".
Entre los empresarios asesores están dos hombres cuyas familias aparecen en la lista de los mexicanos más ricos en este 2019 según Forbes: Ricardo Salinas Pliego (dueño de Elektra, TV Azteca, Banco Azteca) y Carlos Hank González (dueño de Telmex, Banorte y GRUMMA). También aparece Bernardo Gómez, coopresidente de Televisa, empresa considerada por años como un "soldado" del régimen priista y, hasta antes de que ganara la elección presidencial, era el enemigo número uno del Lic. López Obrador.
Segundo, en los primeros días de noviembre pasado, el coordinador de la bancada morenista en el Senado de la República, Lic. Ricardo Monreal ávila, propuso una iniciativa de ley en contra de los bancos en México por cobrar comisiones abusivas a los usuarios. Y es que, sólo en el 2017 los bancos tuvieron ganancias, por esa vía, de 108 mil millones de pesos según la Condusef. Entre el 30 y 39 por ciento de las ganancias que percibe la banca del país proviene de estos cargos adicionales, e incluso los bancos extranjeros, que son la mayoría, obtienen mejores ganancias aquí en México (a través de estos cobros abusivos) que en sus países de origen.
Debo reconocer que la mayoría de los mexicanos aplaudimos y estuvimos de acuerdo con tal iniciativa de ley. Pero los dueños de la banca no les gusto para nada e hicieron sentir su poder económico, en unas cuantas horas desplomaron la Bolsa Mexicana de Valores, que registró una caída de 5.81 por ciento, el desplome más grande de los últimos siete años. Para detener una catástrofe financiera tuvo que salir a dar la cara el Lic. Andrés Manuel López Obrador, para calmar a los banqueros, les prometió que en los primeros tres años de su gobierno no se modificará el marco legal de la banca y de las instituciones financieras, es decir, les dio luz verde para que sigan cobrando abusivamente a sus clientes.
Tercero, el 27 de febrero del año en curso, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) eligió de manera unánime a Carlos Salazar Lomelín como nuevo presidente del organismo para el periodo 2019-2020. El CCE está formado por las principales cámaras empresariales del país, que aglutina a 1.3 millones de empresarios, y que generan 8 de cada 10 empleos formales en México, según ellos. Como vemos este CCE reúne a la crema y nata de los potentados de nuestro país. Pero lo que me llama poderosamente la atención es que quien le tomó protesta al nuevo presidente del empresariado mexicano, de esa "minoría rapaz", fue el mismísimo Lic. Andrés Manuel López Obrador.
¿Cómo explicarse esta reconciliación de los empresarios con el actual Presidente de la República? ¿Cómo explicarse que ahora se ponen de acuerdo los otrora enemigos irreconciliables? Desde mi punto de vista, nunca estuvieron distanciados en realidad. Recordemos que los empresarios sólo son representantes de las relaciones e intereses del modelo económico vigente en México y el mundo: el capitalismo o la economía de mercado. Sin embargo, el desgaste político del PRI con más de 70 años en el poder y el PAN que con dos sexenios tuvo para desprestigiarse, se dieron cuenta que era el momento de sacar el as bajo la manga, que ellos, como clase dominante, debían de impulsar económica y políticamente, ante tan difícil situación, al único candidato que les aseguraba la continuidad del modelo económico neoliberal: Andrés Manuel López Obrador.
De ahí que en esta última campaña todos los astros se alinearan hacia el Licenciado Andrés Manuel. Si estamos de acuerdo con este planteamiento, no nos debe sorprender su "amor y paz" con los empresarios, tampoco que, desde su campaña y ahora en su gabinete, tenga a empresarios de los grupos de poder económico más influyentes del país. Así como tampoco nos debe causar sorpresa que le siga dando oportunidad a los banqueros, para que les sigan chupando la sangre a sus cuentahabientes a través de las abusivas y excesivas comisiones bancarias. Y por último tampoco nos debe extrañar que le tome protesta al presidente del CCE, ya que como vimos, representan los mismos intereses de clase. Este maridaje entre el empresariado mexicano y López Obrador es la única garantía para que el modelo capitalista siga vigente en nuestro país.
¿Qué tanto tiempo va a seguir soportando el pueblo de México las consecuencias catastróficas e inhumanas de dicho modelo económico?, aunque depende del agotamiento de las contradicciones del capitalismo a escala mundial, los hombres y mujeres bien nacidos en México, debemos cumplir con nuestro papel histórico, en primer lugar, entendiendo que el ascenso de López Obrador y su movimiento a la Presidencia de la República, sólo garantizará la continuidad del capitalismo, y que por lo tanto gobernará para los representantes de dicho sistema, con la diferencia que nos hicieron creer durante muchos años, que es un luchador social, que velaría por los intereses de los más pobres. Pero sus hechos en general y los aquí analizados dicen todo lo contrario.
En segundo lugar, darnos cuenta que López Obrador y su gobierno, como representantes del sistema, pretenden acabar con los derechos de petición, organización y manifestación de todos los mexicanos, consagrados en nuestra Constitución Política. La embestida en contra de las organizaciones políticas, en primerísimo lugar de "La Antorcha Mundial", con el pretexto del intermediarismo y la corrupción, está bien orquestada y planeada, y sólo está dirigida a las organizaciones que López Obrador considera que pueden poner en riesgo la continuidad del sistema, ya que como vimos a las organizaciones empresariales, no sólo las alienta y respalda, sino que las promueve y acepta para que le ayuden a gobernar. Ante tan delicada situación, en nombre del Movimiento Antorchista Campechano y Nacional, invito a todos los hombres y mujeres nobles de la patria para que cerremos filas, de preferencia organizados y conscientes del peligro que nos acecha, cada quien en su trinchera, pero que llegado el momento y las condiciones materiales estén dadas, nos unamos en ese gran monolito humano que sacará a México de la pobreza y la desigualdad social en que se encuentra actualmente, y que con este nuevo gobierno amenaza con profundizar, aunque sostengan lo contrario en el discurso. Al tiempo.
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