MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Ya nada podemos esperar de Morena

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No han sido pocas las opiniones de expertos en temas políticos y líderes sociales que advirtieron con oportunidad que con la llegada de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a la presidencia de la Republica, los mexicanos poco podían esperar del gobierno de Morena. Los analistas alcanzaron a ver que no basta que AMLO quiera cambiar a México. Se necesitan miles de mexicanos para lograrlo. Se necesitan millones. México ya no es país de un solo hombre.

Muy pocos mexicanos desconocerán que la explicación del triunfo de AMLO es muy sencilla y está a la vista de todos. El PRI y el PAN gobernaron México por 89 años. El país tiene una de las peores distribuciones del ingreso del mundo. La corrupción es parte de la forma de gobernar; el estilo de vida de muchos políticos y expresidentes no corresponde a la suma de sus salarios públicos. Y, lo peor de todo, es que el gobierno ya no puede proteger la vida de los mexicanos. Por eso más de 30 millones de electores votaron por López Obrador.

No me queda la menor duda de que la derrota del PRI se debió a una especie de venganza, casi personal, de los votantes. La larga lista de políticos priistas involucrados en casos de corrupción fue aún más indignante y dolorosa por la ceguera presidencial. AMLO entendió perfectamente la rabia social en contra de la corrupción y la hizo el principal tema de su campaña en 2018. En su narrativa, la corrupción era la fuente de todos los males de México y todo se resolvería, casi como por arte de magia, cuando tuviéramos un gobierno honesto.

A dos años del triunfo de Morena estamos viendo que la familia presidencial, un día sí y otro también, está inmersa en casos de corrupción. Es decir, hasta en el principal problema de México que diagnosticó López Obrador y que presume en sus mañaneras que ya acabó en su administración, se ve claramente que no hay nada que esperar. Contrario a sus afirmaciones, los hechos de sus más cercanos familiares y colaboradores exhiben de cuerpo entero a Morena. Las mismas estadísticas oficiales como las del Inegi dan a conocer que durante el gobierno morenista se han visto incrementados los niveles de corrupción. 

El gobierno de López Obrador no tiene nada qué presumir y sí muchas cuentas que rendir en su manejo de la pandemia de covid-19, sus malas decisiones económicas y su incapacidad de resolver el problema de la violencia en el país. En México de acuerdo con las cifras oficiales han revelado que hasta el momento de escribir estas líneas, en todo el territorio nacional se han contagiado 1,168,395 personas, y 109,456 lamentablemente han perdido la vida. Además, en estos dos años de Gobierno morenista, según el Inegi, la pobreza ha aumentado en más de 10 millones de personas, gran parte se debe al impacto económico de la pandemia, pero ya desde el año pasado la falta de crecimiento económico y del empleo provocó el aumento de la pobreza, aún con el incremento de los programas sociales.

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Otra evidencia de que los mexicanos nada podemos esperar de Morena. Fue el acto calificado, por legisladores y defensores de Derechos Humanos, como criminal del presidente Andrés Manuel López Obrador, al decidir premeditadamente, según lo confesó personalmente, inundar los municipios más pobres de Tabasco para no afectar Villahermosa, capital del estado, pero sobre todo para proteger la refinería Dos Bocas, una de las obras insignia de AMLO, habiendo otras alternativas que se pudieron haber tomado de haber actuado oportunamente.

El manejo de la crisis que el gobierno federal dio a Tabasco demuestra que la trillada frase de Andrés Manuel de "primero los pobres&rdquo, es una falsedad. Inundó a las comunidades indígenas, precisamente las más pobres, las que de por si enfrentan condiciones adversas para sobrevivir, siendo oriundo de Tabasco y conociendo las condiciones de riesgo de la región en temporadas de lluvias, el autollamado gobierno morenista no tomó medidas preventivas para evitar una crisis de la dimensión que enfrenta la entidad en este momento. Ahora miles de familias aún se encuentran bajo el agua, sin saber quién pagará los daños patrimoniales a la población de los municipios afectados por una inundación provocada deliberadamente por AMLO.

El desastre que representa este Gobierno morenista, no sólo en el mal manejo de la pandemia, las inundaciones en Tabasco, sino en la persistencia de López Obrador en ocultar a rajatabla la verdad sobre la dura realidad del país con un discurso dizque optimista, que insiste en que vamos muy bien en todo, en el manejo de la pandemia y de la economía, pese a los datos y cifras oficiales; debemos estar muy conscientes de que ya nada podemos esperar de Morena, como lo demuestran de sobra los hechos.

Ha llegado la hora de removerlo de ese poder por la misma vía que empleamos para dárselo: la vía del voto democrático depositado en las urnas. Pronto habrá elecciones y será esa una buena oportunidad para elegir diputados al Congreso de la Unión que no pertenezcan al partido en el Gobierno. A partir de eso, se podrá comenzar a cambiar de raíz la política actual. Si no llevamos acabo cabalmente esta tarea, dejaremos escapar esta oportunidad. No hay otra alternativa, ya nada podemos esperar de Morena.

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