MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Y lo que viene después de la sequía

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No sé en el país, pero parece que una buena parte del territorio mexicano sufre algún grado de sequía. En el caso de Durango, este mes de septiembre, ya tenemos cinco municipios en sequía extrema: Canatlán, Durango, Otáez, Pueblo Nuevo, San Dimas y Santiago Papasquiaro, de acuerdo con información que reveló la Comisión Nacional del Agua.

Después viene otro grupo de 12 municipios, considerados con sequía severa, entre los cuales se encuentra el Mezquital, uno de los municipios más pobres de México, en donde la gran mayoría de sus habitantes son campesinos indígenas que su producción es de autoconsumo y que no tienen ingresos excepto los programas del gobierno (aunque el 50% de la población se encuentra fuera de ellos).

Con este panorama, se avizora un clima muy complicado para los próximos meses, no solo para el sector agropecuario, sino para toda la población en general, porque van a subir los precios de la canasta básica y muchos productos que consumimos de manera cotidiana.

 El gobierno, en sus tres órdenes, debe ya diseñar un programa integral emergente para atender la catástrofe que se ve venir, para que no se repita la desgracia que vivimos tras la llegada del coronavirus, que, a pesar de que se anunció que venía el problema, el gobierno no hizo mucho para contrarrestarlo

Por lo anterior, el gobierno, en sus tres órdenes, debe ya diseñar un programa integral emergente para atender la catástrofe que se ve venir, para que no se repita la desgracia que vivimos tras la llegada del coronavirus, que, a pesar de que se anunció que venía el problema, el gobierno no hizo mucho para contrarrestarlo y el resultado fue, la pérdida de casi un millón de vidas humanas.

En el caso que nos ocupa hoy, seguramente no se trata de la pérdida de vidas humanas, pero considero que el problema es grave y la consecuencia podría ser, si no se diseñan medidas preventivas, una hambruna devastadora, debido a la escasez de alimentos y el aumento en los precios de los productos, y de ahí, la pobreza y pobreza extrema que invadirá a miles de familias durangueses.

A mi juicio, se debe implementar un plan de contingencia que contemple un seguro catastrófico que beneficie a todos los pequeños productores y pequeños ganaderos por igual, así también, la entrega de alimento para ganado y semilla de avena; al mismo tiempo, que se autorice una bolsa para que se puedan entregar apoyos alimenticios de manera quincenal o mensual, a los más vulnerables.

Hasta hoy, no se ha visto ninguna reacción del gobierno ante tal situación, por lo que el pueblo, el que paga siempre los platos rotos, o el que sufre siempre la indiferencia o malas decisiones del Estado, debe estar muy atento a lo que suceda, y si este no reacciona, debe prepararse para exigir que ahora sí cumpla con su función de atender al pueblo. Y si no, debemos levantar la voz hasta que se escuche hasta lo más alto.

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