MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Vuelve el teatro antorchista

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Que el pueblo grite las injusticias y actúe sobre ellas. Esa ha sido siempre una de las consignas de nosotros los antorchistas y durante muchos años nos hemos valido de todos los medios a nuestro alcance para que eso se haga realidad. Uno de esos medios, ha sido el arte, que durante millones de años ha servido a los pueblos para denunciar y gritar las opresiones de las clases poderosas en las diferentes épocas y más en específico el teatro.

Puestas en escena que han hecho vibrar auditorios enteros, que han provocado el coraje, el llanto, las risas y muchas veces hasta la impotencia entre todos los espectadores. Nos hemos valido de este arte que durante años, desde la antigua Grecia, han dado pie para que el pueblo se exprese, grite y muestre, de una manera artística, pero contundente, muchas de las injusticias que a lo largo del tiempo se han cometido contra los oprimidos de nuestra tierra.

Y siguiendo esa idea, los días 24, 25 y 26 de marzo, el Movimiento Antorchista Nacional volverá al teatro a celebrar, de manera presencial, el XXII Encuentro Nacional de Teatro, un evento que debido a la pandemia de covid-19 tuvimos que volver virtual, pero que ahora regresa a su formato presencial.

Durante tres días, el Centro Cultural Mexiquense Bicentenario del municipio de Texcoco, en el Estado de México, abrirá sus puertas para recibir a estudiantes, obreros, amas de casa, campesinos y todo aquel que quiera presentarse para disfrutar durante esos días, obras de teatro que presentarán artistas de diferentes puntos del país, quienes se concentrarán con el único fin de llevar este arte a quienes muy pocas, o mejor dicho, no tienen la oportunidad de acceder a arte de calidad.

Debo destacar, porque es mi obligación, algunos puntos importantes sobre este tipo de eventos. El primero es que quienes participan en estos montajes no son actores profesionales, son gente del pueblo, estudiantes y maestros a quienes el antorchismo ha acercado a desarrollarse e impulsar sus cualidades artísticas. El segundo es que el recurso necesario para todo el montaje, los traslados, la alimentación, el hospedaje y en fin, todo lo que un encuentro nacional conlleva, es recabado gracias a las actividades económicas que el antorchismo realiza, y además, algo que va de la mano, es que en estos eventos y en cualquiera de los que organizamos a lo largo del año y a lo largo de nuestro territorio, los ganadores no reciben premios en efectivo, sino medallas y trofeos meramente simbólicos, como un agradecimiento a todo el esfuerzo y sacrificio que su trabajo conlleva.

El tercero, y quizás uno de los más importantes, es que el teatro del antorchismo, es un teatro dedicado al pueblo. Muchas veces se ha dicho y es algo conocido que los trabajadores, aquellos que dependen de su fuerza de trabajo para sobrevivir, no pueden darse el lujo de gastar, lo poco que ganan, en un evento artístico.

Todo lo que se desarrolla en el sistema capitalista se ha vuelto una mercancía, y el arte, desafortunadamente, no es la excepción. En un mundo que se desarrolla bajo ese sistema, la preocupación máxima de los trabajadores es mantenerse y mantener a su familia, el poco salario que perciben es destinado a las necesidades más básicas como alimentación y vestido, pues en la gran mayoría de los casos, es para lo que alcanza; no hablemos ya de la educación, la salud y menos de la recreación, pues son, casi siempre, imposibles de alcanzar.

En México, por ejemplo, según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), al menos 32 millones de mexicanos tienen un empleo informal, lo que significa que el 55.4 por ciento de la población mexicana no cuenta un salario fijo, prestaciones o seguridad social, y por otro lado, quienes sí cuentan con un empleo formal, perciben salarios precarios.

Un reporte del Inegi mostró que la mayor parte de los mexicanos reciben un salario promedio de siete mil 380 pesos al mes, mientras que el segundo grupo recibe apenas tres mil 690, y la media se ubica entre los 11 mil pesos; si tomamos en cuenta que un mexicano gasta al mes, según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), 17 mil pesos, nos daremos cuenta, así como la realidad nos lo ha demostrado, que no se tiene el suficiente ingreso para gastarlo en recreación.

Entonces, el trabajo cultural del Movimiento Antorchista toma mucha mayor relevancia. El esfuerzo y sacrificios que se hacen para llevarle al pueblo arte de calidad, quedará marcado en la historia y algún día, lo que hacemos, rendirá sus frutos.

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