Mientras uno de los hijos del presidente Andrés Manuel López Obrador, José Ramón López Beltrán fue descubierto que vivió en una lujosa casa ubicada en una zona exclusiva en Houston, Texas de los Estados Unidos, valuada en poco más de un millón de dólares (20 millones 800 mil pesos), casualmente propiedad de un alto contratista de Pemex, con una alberca de 25 metros, sala de cine, jardines y muebles de lujo, todo por seguir el ejemplo del padre que vive en un palacio; al grueso de los trabajadores de Jalisco les resulta imposible comprar una vivienda a crédito, nueva o usada, ubicada dentro de Periférico del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG).
Los empleados que cotizan ante el IMSS en la entidad, en promedio, ganan 12 mil 868 pesos al mes, quienes aun haciendo el esfuerzo de pagar una hipoteca de 6 mil pesos al mes, les alcanzaría para una propiedad de hasta 600 mil pesos, cuando las viviendas ubicadas dentro de Periférico son a partir del millón de pesos. Según cálculos de expertos, con ese salario los trabajadores podrían pagar una mensualidad de hasta 6 mil pesos y les alcanzaría para comprar una casa entre 550 mil a 600 mil pesos, pero si los interesados buscan una propiedad de ese monto, no la van a encontrar dentro del AMG.
Además, un trabajador que pague una hipoteca de 6 mil pesos mensuales le tomaría unos 20 años pagar su crédito para una vivienda de 600 mil pesos. El tipo de propiedad a la que se puede acceder con esa capacidad de pago se ubican en las afueras de la Ciudad, en municipios como Tlajomulco o El Salto, y debe ser del tipo de interés social, con hasta 69 metros cuadrados de superficie, aseguran conocedores del ramo. Esta realidad no nos extraña a los ciudadanos de pie, ya que desde las cuatro o cinco de la mañana en el transporte público nos encontramos diariamente con aglomeraciones de trabajadores que se dirigen a sus centros de trabajo, desde los puntos más alejados del centro de la ciudad, sumando otras horas a las largas jornadas laborales, en detrimento de su descanso mismo.
El problema de acceder a una vivienda digna para el grueso de los trabajadores de Jalisco no es nuevo. Pero lo peor, no se avizoran soluciones, pues además de que la plusvalía de las viviendas ha crecido aceleradamente en el AMG, los apoyos del actual Gobierno Federal para la vivienda se fueron a la baja desde el primer semestre del 2019, y Jalisco fue uno de los puntos más afectados de todo el país. El rubro más afectado es la vivienda popular; es decir, la que se destina a los trabajadores que menos salarios ganan y que se otorga con un subsidio.
Según datos de la Cámara Nacional de la Industria del Desarrollo y Promoción de la Vivienda (Canadevi), entre enero y diciembre de 2019 apenas se construyeron nueve mil 792 viviendas de tipo social en la entidad. Esto es, una cantidad 62% menor si se compara con las 25 mil 861 que se edificaron en 2018. La caída fue alta. El tema de la vivienda es crítico para Jalisco. Las políticas a nivel federal que se están implementando están afectando de manera significativa el rubro.
Tener una vivienda digna y decorosa es uno de los principales derechos de todos los seres humanos en el mundo. De acuerdo con la ONU, este derecho implica que toda mujer, hombre, niño o joven tenga un hogar y una comunidad segura en donde puedan vivir en paz y con dignidad. Sin embargo, en México la accesibilidad a una vivienda digna se ha vuelto mucho más difícil y desigual y representa un riesgo muy alto para el desarrollo pleno de la población. Más de la mitad de los mexicanos se encuentra por debajo de la línea de la pobreza por ingresos. El Coneval revela que 5 de cada 10 habitantes no pueden cubrir sus necesidades básicas, incluyendo las relacionadas con un hogar digno, aun cuando destinaran todos sus recursos a ellas.
La imposibilidad que tiene el grueso de los trabajadores de Jalisco para acceder a una vivienda dentro del Área Metropolitana de Guadalajara y debido a ello tener que trasladarse a lugares más alejados de sus centros de trabajo, así como, de todo el añejo problema del acceso a una vivienda digna y decorosa que afronta el pueblo de México, hoy más que antes es necesario y urgente luchar por una distribución más justa y equitativa de la riqueza que producimos entre todos los mexicanos, en la que están incluidas las viviendas que producen directamente con sus manos muchos mexicanos, pero siguen sin poder tener acceso a una de ellas. Esto es lo que viene proponiendo el Movimiento Antorchista Nacional desde hace más de cuatro décadas y media.
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