MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Viene otra elección y los humildes nuevamente no tendrán representante

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Morena no representa los intereses de los humildes, no le interesa el pueblo, salvo por los votos que proporciona; representa los intereses de los grandes empresarios, de los multimillonarios mexicanos y extranjeros. Por eso, pese a la alharaca de la “transformación” y a que se digan los buenos, en la próxima elección los humildes no tendrán una representación auténtica.

Hace unos días, el 21 de agosto, la candidata estelar del gobierno se reunió con unos 200 integrantes del Consejo Coordinador Empresarial, donde ocultó su radicalismo de “izquierda” y se mostró sonriente y hasta flexibilidad diciendo que “México vive un momento extraordinario”, refiriéndose las oportunidades abiertas para las empresas.

Los opinadores leyeron esta y otras reuniones de “las corcholatas” como un permiso que le fueron a pedir a los millonarios para llegar a “la grande”, prometiendo oportunidades y facilidades. ¿Para qué? Para la explotación de la fuerza de trabajo de los mexicanos y el uso indiscriminado de los recursos naturales.

Y es que, en realidad, los millonarios han sido los más beneficiados del gobierno de Morena. Hay quienes aumentaron sus fortunas en miles de millones de pesos, como el dueño del grupo Carso y el de Fundación Azteca.

Carlos Slim finalizó 2022 con una riqueza de 74 mil 300 millones de dólares. Al 17 de julio de 2023 ha incrementado en 24 mil millones de dólares, es decir, 857 millones en promedio por semana.

En tanto que la fortuna de Salinas Pliego creció en el mismo periodo 3 mil 600 millones de dólares, 128 millones a la semana.

Pero para los humildes del país la situación no es la misma, es contraria. La pobreza no solo se mide por la cantidad de dinero que les llega a sus manos cada semana o quincena, sino que hay otros factores que intervienen, como, por ejemplo, la seguridad tanto alimentaria y social, los espacios de vivienda, el entorno (si se vive cerca o en una calle pavimentada), nivel de educación, etcétera.

En todos los rubros los mexicanos hemos perdido: el dinero alcanza para menos, pues la inflación ha sido de las más grandes en décadas, el 7.99 durante 2022; vivimos en un país que se desangra, al acecho del crimen, en un entorno de violencia en el que ha habido masacres y homicidios hasta a pleno día. Este sexenio, el sexenio de Morena, es en el que se reportan más homicidios en la historia de México (ya son casi 40 mil muertos más).

Para los humildes del país la situación no es la misma, es contraria. La pobreza no solo se mide por la cantidad de dinero que les llega a sus manos cada semana o quincena, sino que hay otros factores que intervienen, como, por ejemplo, la seguridad tanto alimentaria y social, los espacios de vivienda, el entorno, nivel de educación, etcétera

El país se está hundiendo en el rezago, pues no se hizo obra hidráulica, caminos, puentes, los recursos del gobierno están concentrados en la compra masiva, como nunca antes, de conciencias.

En cuanto a la vivienda, pese a tener todo el Poder Legislativo y Ejecutivo, no se implementó ningún programa para aliviar este problema que condena a millones de mexicanos que viven en el hacinamiento. En educación, en salud, vivimos el peor de los desastres.

En pocas palabras: el gobierno de Morena no benefició a los humildes, nos condenó a mayor marginación, a más rezago, a la desesperanza y la falta de oportunidades.

Ahora que viene otra elección, los candidatos nuevamente se presentan ante el pueblo presentándose como la esperanza, como quienes van a trabajar por el bien de los pobres.

Pero lo cierto es que ningún candidato representa a los humildes, ningún partido defiende los intereses de la mayoría de la población.

Lo cierto es que nos tendremos que conformar con votar por el menos malo, mirando sus propuestas, sus resultados (aunque mínimos) y sobre todo los hechos, que hablan más que mil discursos.

Pero no debemos resignarnos, no podemos creer que siempre viviremos así. Tendremos que organizarnos, concientizarnos y luchar usando un instrumento que nos sirva para defender sus intereses: un partido de la clase obrera, sólido, unido, resistente, emergido de las entrañas de los trabajadores del país.

Observemos a cada candidato, no confiemos en los lobos de Morena, pero vayamos juntándonos y buscando la formación de un partido de nuevo tipo, encabezado por los mejores hijos del pueblo.

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