En los días que corren es de todos conocido el daño que estamos sufriendo las familias más pobres de mexicanos, que somos la gran mayoría, situación que no es nueva pero que se ha agudizado debido a la pandemia de covid-19 en la que nuestro gobierno no ha querido actuar de manera humanista y solidaria y nos ha dejado a nuestra suerte en todos los sentidos.
De acuerdo con los últimos datos al momento de escribir estas líneas, nos indican que ya son más de 400 mil los contagiados y 45 mil los mexicanos muertos con lo que nos colocamos en el cuarto lugar mundial de víctimas, esto sin tomar en cuenta que estas cifras oficiales han sido muy cuestionadas desde un inicio y nuestro sistema de salud está colapsando pues debido a que se ha tenido que priorizar la atención a contagiados hay muchos miles de pacientes que por falta de atención a sus enfermedades crónicas como cáncer, diabetes, hipertensión, etc., .están en riesgo de morir también.
El desempleo va creciendo aceleradamente, a estas alturas se habla de que en uno de cada tres hogares un miembro de la familia quedó desempleado (esto sin considerar el empleo informal); 69 millones de mexicanos no podrán tener acceso a la canasta básica, por lo que están pidiendo préstamos, vendiendo, empeñando o hipotecando lo poco que tienen para sobrellevar la situación en el mejor de los casos, porque los que no poseen nada que vender o empeñar están saliendo a la calle con la esperanza de encontrar algo que llevar a sus familias.
Ante esta realidad innegable se vuelve indispensable que todos los mexicanos nos preguntemos ¿sí existe alguna alternativa de solución a tan desesperante situación? Mi humilde opinión es que sí la hay y es la de la unidad de todos los mexicanos en torno a un programa de gobierno que contemple a los diferentes sectores de la sociedad, desde los más acaudalados hasta los más desprotegidos, económicamente hablando, y no esperar como hasta hoy lo hemos hecho que un sólo hombre en el poder llegue a componer las cosas.Para poder ponerlo en práctica necesitamos un gobierno auténtico que cuente con el respaldo de la gran mayoría de mexicanos y pueda llevar a cabo acciones enérgicas que generen recursos para poder desatascar a nuestro país del fango en el que estamos metidos.El principal problema de nuestra patria no es la corrupción, como lo ha planteado nuestro ahora presidente, esa es sólo una consecuencia de un mal mayor que es la injusta distribución de la riqueza y éste es el mal que debemos atacar.
Aunque no es tarea fácil es posible de lograr, si todos entendemos que mientras no se haga más corta la brecha entre ricos y pobres, iremos de mal en peor y sufriendo las graves consecuencias todos.Por eso ese plan de gobierno debe contemplar: 1) Una recaudación fiscal progresiva, que paguen más los que más tienen para que los diferentes niveles de gobierno cuenten con recursos económicos para poder lograr las siguientes medidas 2) Empleo para todos, actualmente sólo dos de cada 10 mexicanos tienen empleo digno, los ocho restantes deben sobrevivir en el empleo informal.3) Salario digno que alcance para cubrir las necesidades básicas de la familia, mientras la canasta básica se eleva, como consecuencia de la inflación, el salario sólo aumenta raquíticamente.Es necesario un incremento al salario mínimo del 300 por ciento y 4) Reorientar el gasto del gobierno en programas sociales como educación, salud, vivienda, servicios básicos que son urgentes necesidades de la inmensa mayoría.Estas y demás medidas deben ser puestas en práctica por un gobierno que cuente con el respaldo de todos los mexicanos, por lo que se hace necesario formar un frente común en las siguientes elecciones.
Todas estas medidas son posibles ya que vivimos en un país rico, de casi 200 países que conforman el mundo sólo nos ganan produciendo riqueza 14 países, y todo esto se puede lograr dentro del capitalismo sólo distribuyendo mejor la riqueza que generamos los mexicanos y a la cual tenemos derecho.En manos de todos los mexicanos está poder lograrlo.
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