Actualmente, en la agenda pública de México predomina la aprobación o no de la reforma eléctrica, la cual contempla aspectos relevantes para el futuro de los mexicanos, por la participación de las empresas extranjeras en el sector energético y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que es una empresa del Estado y un monopolio natural. La polémica es si es viable o no la reforma propuesta y promovida por el presidente, Andrés Manuel López Obrador y Morena.
Los partidos de oposición argumentan que la reforma eléctrica de López Obrador no considera el tema del cuidado al medio ambiente y que la forma en que propone operar las industrias generadoras de energía generaría demasiada contaminación y esto contradice los tratados internacionales que tienen como objetivo proteger al medio ambiente, fomentar las energías limpias y renovables y desarrollar una industria sustentable.
Lo sorprendente de esto, es que, en medio del debate por la reforma energética, los legisladores de mayoría; es decir, los de Morena y los demás que están con López Obrador generen una campaña de desprestigio y, sobre todo, de la llamada cortina de humo, para opacar lo realmente problemático para el país, para los mexicanos y cada una de las entidades federativas.
La reforma energética, debe contemplar el cuidado del ambiente, puesto que es importante ligar el tema político con el ambiental, pero el Gobierno federal no se está enfocando en cuidar la naturaleza, sino en cumplir con los caprichos de quien está al mando del país que solo se ha encargado de generar el encono y división.
La reforma energética contempla aspectos importantes que involucran a empresas que tienen inversiones en México; esto significa que se les seguiría tomando en cuenta, pero no como debiera, lo cual desalentaría a los empresarios a invertir en el país y generar empleos que mucha falta que hacen.
Urge una reforma para el tema eléctrico, pero que genere tranquilidad en todas las partes envueltas, tanto en empresarios, en la CFE, pero en sí, en la sociedad mexicana, la cual debe estar cubriendo sus recibos bimestrales con precios no tan altos, por lo que se debe dialogar y generar esa reforma que cause tranquilidad, pero, sobre todo, se refleje en la economía de cada hogar del país, de cada estado, de cada región de México.
Sin duda, lo que se está generando en el país en torno a la reforma energética, es simplemente una guerra o enfrentamiento por parte de López Obrador, de quien solo se está atendiendo una serie de ataques hacia las empresas extranjeras, hacia cada partido de oposición, esos ataques que causan un sin número de señalamientos para acercarse a su objetivo de cumplir caprichos.
Ahora el capricho se llama reforma eléctrica, la cual debe de ser en beneficio de los mexicanos, y no de intereses políticos, ya que con esta reforma pretende demostrar el poder o músculo político, tanto en palacio nacional, en las cámaras legislativas y ante la sociedad que le sigue.
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