MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Tren Maya, más efectos negativos que positivos

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El proyecto denominado Tren Maya es una de las obras insignia de la actual administración que encabeza Andrés Manuel López Obrador. Por ello, el Gobierno federal ha defendido a toda costa su desarrollo, aunque esto implique la vulneración del orden jurídico mexicano. 

Desde 2018, López Obrador, prometió que no tiraría ningún árbol como parte de su construcción y que, al contrario, reforestarían la región a través de programas como Sembrando Vida. Pero la información desmiente esta afirmación, los datos recabados por el programa Global Forest Watch, del Instituto de Recursos Globales, muestra que, a partir de ese año se ha incrementado la pérdida de cobertura arbórea en los estados por donde pasará el Tren Maya. 

La deforestación ha sido mayor en Campeche, donde tan solo en los años 2019 y 2020, se perdieron 134 mil 200 hectáreas de árboles; en Tabasco, se perdieron más de 31 mil 100 hectáreas de cobertura arbórea en estos mismos años. En Quintana Roo no es la excepción, allí se han perdido, desde el año 2000, más de 551 mil hectáreas de árboles y esta pérdida se aceleró tras la llegada de AMLO, pues de perder 15 mil 100 hectáreas en 2018, la deforestación llegó a 35 mil 100 hectáreas en 2019 y 55 mil 400 hectáreas en 2020. En Yucatán el ritmo de deforestación ha sido similar desde 2016, con alrededor de 20 mil hectáreas perdidas por año.

Las Manifestaciones de Impacto Ambiental (MIA) de este ecocidio se llevaron a cabo por tramos (el proyecto cuenta con ocho), cuando para calcular la influencia real de las obras, se debió haber hecho de todo el proyecto ejecutivo como uno solo, “para que, con base en eso, y de acuerdo con la ley, se analizaran los impactos sinérgicos, acumulativos y residuales”, detalla Daniel Basurto, presidente de la Academia Mexicana de Impacto Ambiental (AMIA).

Al iniciar las obras sin suficientes análisis se está derivando no sólo en reforestación, sino en un daño irreversible a los ríos subterráneos de la Riviera Maya, además de la complejidad de la construcción por el suelo kárstico. En especial el Tramo 5 del Tren Maya, el cual ha estado bajo polémica desde que artistas, actores y activistas solicitaron al gobierno federal que frenara su construcción, porque generará afectaciones de las características fisicoquímicas de cuerpos temporales de agua; se modificará el patrón de drenaje por el movimiento de la tierra; se modificará la infiltración por el cambio de suelo, la remoción de vegetación y la remoción de capa superficial; se alterara el flujo local; los procesos de compactación cambiarán por la permeabilidad del sitio; la remoción de vegetación también provocará la reducción de la evapotranspiración. La flora de la región también será impactada por la pérdida de la cobertura vegetal, además de la afectación de especies en alguna categoría de riesgo de la NOM-059-SEMARNAT-2010.

La propia Secretaría de Medio Ambiente, Luisa María Albores reconoció, el pasado 3 de mayo en la conferencia mañanera de López Obrador, que el gobierno no contaba con la MIA. SEMARNAT, Manifiestos de Impacto Ambiental, estudios técnicos justificativos para cambio de uso de suelo lo que hicieron fue un decreto el 22 de noviembre que permite a Fonatur (Fondo Nacional de Fomento al Turismo) llevar a cabo las obras.

En lo que va del año grupos ambientalistas antepusieron al menos cinco demandas en contra de las obras del Tren Maya y que cuestionan la “planeación, construcción, desarrollo o acondicionamiento”. Pese a ello, el gobierno mantiene que en diciembre de 2023 como la fecha para la inauguración. Tal situación ha derivado que un juez de Yucatán dictara suspensión provisional a la construcción entre Playa del Carmen y Tulum.

El presidente López Obrador ha defendido su obra y ha asegurado que quienes están en contra del tren son grupos opositores que incluso son financiados por el gobierno de Estados Unidos; y el 18 de julio pasado, las obras del proyecto relacionadas con el tramo 5 reiniciaron con la justificación de que se realizan bajo el amparo de una declaratoria de seguridad nacional.

Esta obra que trae más efectos negativos que los positivos, en dónde el país al igual que el mundo tiene un evidente cambio climático, donde cada día son menores los mantos acuíferos para el agua que consumimos, pero todo esto le da igual al gobierno de la 4T y por encima de la ley prefiere sacrificar nuestra selva a costa de un completo turístico, que además está invirtiendo más de lo previsto.

Hay que crear conciencia y denunciar el ecocidio que está provocando la construcción de la obra antes de que sea demasiado tarde. Hacemos un llamado al gobierno federal, pues el calentamiento global es muy severo, y el gobierno no debe seguir destruyendo las reservas naturales, anteponiendo los intereses de su administración, el pueblo de México no está de acuerdo que sigan cometiendo estas atrocidades.

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