Mientras no se tenga un plan de contingencia para prevenir los efectos de los fenómenos naturales en nuestro país, los mexicanos seguiremos a merced de la naturaleza; pues ésta tiene necesariamente que reaccionar ante los estragos que la misma humanidad ha estado provocando, como la contaminación del aire, los ríos, lagos y mares, así como la destrucción de grandes extensiones de bosques. Los efectos de esa irresponsable destrucción del ecosistema provocado por las grandes industrias, cuyos propietarios sólo les interesa la ganancia, se están dejando ver; uno de ellos es el calentamiento global que crea las condiciones climáticas para la generación de frentes fríos, huracanes y ciclones, originando grandes inundaciones como los que estamos viendo en el estado de tabasco. Gran parte del territorio de ese estado del sur de la república mexicana, se encuentra completamente inundado. A un mes de haber recibidos tres frentes fríos y dos huracanes que ocasionaron lluvias excesivas, los 17 municipios que conforman el estado, aún se encuentran inundados, afectando a más de 623 mil ciudadanos; Tan solo en la capital de la entidad, Villahermosa han sido afectadas 148 colonias donde viven alrededor 486 mil ciudadanos, en su mayoría de muy bajos recursos que han perdido todo su patrimonio, producto de años de trabajo.
Es cierto que hay fenómenos naturales cuyos efectos son devastadores, y que la humanidad muy poco o nada puede hacer para evitarlos; sin embargo, una vez que se da el hecho, en primerísimo lugar el gobierno federal y estatal tienen la obligación de diseñar y poner en práctica un plan íntegro de rescate, auxilio y ayuda alimenticia para los afectados. Pues estos requieren del apoyo en el momento preciso de los acontecimientos, y las instancias gubernamentales tienen los medios financieros, personal capacitado y la infraestructura adecuada para accionar en el momento más crítico en una situación de esta naturaleza. Desgraciadamente, para los gobernantes que tenemos y su 4T, no es prioridad cuidar de la vida de los mexicanos, eso lo estamos viendo con los ciudadanos tabasqueños que han sido abandonados a su suerte. El Ejecutivo, desde un helicóptero les dice a sus paisanos que se trasladen a las zonas altas para que no se ahoguen, la desaparición del Fideicomiso para Desastres Naturales (Fonden) aprobada por los diputados morenistas es otra prueba de que, la mal llamada cuarta transformación le vale un comino la seguridad de sus gobernados ante los este tipo de situaciones, lo hemos visto también en el mal manejo de las medidas para detener la pandemia del covid-19, cuyas consecuencias son el sacrificio de más de 105 mil decesos por no recibir atención médica oportuna; la errada política económica que ha ocasionado la perdida de fuentes de empleo; en resumen, es el pueblo pobre el que está siendo condenado a la desgracia por caprichos del presidente y su partido.
Desafortunadamente este problema de las inundaciones en el Estado de Tabasco no es nuevo, ni es el único caso, no hay que olvidar que la ciudad de México, en cada época de lluvias se transforma en una Venecia. Pero en el caso de tabasco, en esta misma época del 2007 sufrió algo parecido; lo grave del asunto es que, el actual presidente ha mandado muy poca ayuda, ocasionando molestar por el mal manejo en la distribución, dejaron fuera a miles de damnificados en el censo que se levantó para otorgar una ayuda más acorde a las pérdidas de sus bienes, ocasionado que en cuatro días los afectados realizaran 70 bloqueos para exigir se les consideren y sean incluidos en ese censo, pero lo único que han encontrado es cárcel para sus líderes.
Ante esta situación, es meritorio hacer un reconocimiento al Movimiento Antorchista Nacional (MAN) que ha puesto centros de acopio en las principales ciudades de país para recabar víveres para nuestros hermanos de tabasco, que en este momento requieren de la solidaridad. sin embargo, es necesario que el pueblo pobre de Tabasco, se una y se organices en torno al MAN y den una lucha incansable para que el gobierno federal construya obras de infraestructura adecuada a las necesidades y de una vez por todas quede resuelto esta situación, esto es claramente posible desde el punto de vista técnico y financiero, pues como todos los mexicanos sabemos, el gobierno de Morena está haciendo tres obras, que según los expertos van a resultar inoperantes porque financieramente no son viables, y sin embargo, por puro capricho está destinando miles de millones de pesos a estas obras inútiles. El costo aproximado de la refinería de dos bocas será de 120 mil millones, mucho dinero tirado a la basura, para una refinería que se convertirá obsoleta por que a nivel mundial se está produciendo y consumiendo energías limpias. En cambio, el costo para la construcción de una infraestructura que evitaría futuras inundaciones, costará mucho menos. En el sexenio de Calderón se realizaron estudios precisos de esto, según las estimaciones, la obra completa no supera los 40 mil millones de pesos, es decir, tan solo una tercera parte de lo que se está invirtiendo en la refinería bastará para solucionar el problema de las inundaciones, pero como sabemos, a los gobiernos, actuales y también a los anteriores no les preocupa los problemas del pueblo trabajador, prefieren hacer obras de relumbrón, exactamente como en su tiempo Andrés Manuel López obrador, cuando fue jefe de gobierno de la ciudad de México prefirió construir las autopistas elevadas en lugar del drenaje profundo, y pues claro, las autopistas están a la vista de todos y para el uso exclusivo de cierto nivel económico, en cambio el drenaje está enterrado y nadie lo va a ver, lo mismo sucede ahora con tabasco obras de relumbrón con un futuro incierto, pero aquellas que benefician y le dan seguridad a los ciudadanos, simplemente no le preocupan, aquí vemos otra muestra de la insensibilidad y negligencia del gobierno morenista, además el propio presidente declaró que intencionalmente desviaron el cauce de las aguas a zonas indígenas para salvar la zona urbana y céntrica de Villahermosa; pero en realidad lo que pretendía es que no se volviera a inundar su refinería y para ello sacrifico a los habitantes de la zona más pobres del estado mandándoles las aguas de las presas.
Ante las desgracias y los problemas sociales, ante la soberbia e insensibilidad del gobierno federal, a los pobres no nos queda otro camino que organizarnos, hacer un frente común y defender nuestros derechos que están consagrados en la constitución; tenemos derechos a la educación, a la salud, a la seguridad, a una vivienda digna. en México todos somos ciudadanos, pagamos impuestos y estos se convierten en la renta nacional, la cual deben de distribuirse de manera equitativa, en forma de obras y servicios. Por eso debemos de cambiar este modelo económico que solo acapara los recursos generados por la clase trabajadora. debemos empezar con desplazar a este gobierno que dos años le han bastado para hundir a la patria en el abandono, pobreza y desolación y en la ignorancia. Ni un voto más a los candidatos de morena, hay que hacer que los mejores hombres y mujeres lleguen al congreso y, a ocupar puestos donde verdaderamente sean dignos representantes del pueblo y defiendan sus derechos.
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