MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Tabasco, la Holanda de México

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En los últimos días se ha escrito y hablado mucho de los efectos de los ciclones, tormentas, huracanes e inundaciones que han afectado grandemente a varios estados de nuestro país; y no podría ser de otra manera pues dichos fenómenos han provocado muchas desgracias, pérdidas de vidas humanas y materiales que hasta la fecha las autoridades no se han contabilizado con exactitud.

Según cifras oficiales, en el caso de Tabasco se habla de 302 mil damnificados por las inundaciones y que se apoyó a casi 38 mil personas en la primera inundación, hay cuando menos 264 mil tabasqueños que no han recibido ayuda de la administración federal y estatal. En la segunda inundación, que el Gobierno federal que encabeza el licenciado Andrés Manuel López Obrador terminó aceptado que fue su decisión inundar a las comunidades rurales y evitar que se inundará la ciudad de Villahermosa.

El sufrimiento y padecimiento de cientos de miles de tabasqueños no ha sido dado a conocer a plenitud, como en otros casos, por los grandes medios de información (grandes cadenas de radio y televisión, diarios, etc.), seguramente porque así lo han acordado con la oficina de la presidencia de la república o de la Secretaría de Gobernación; ante una desgracia de tal magnitud no podemos dejar de considerar ese hecho.

Pero lo peor no es eso, sino el hecho también poco conocido por el pueblo de México y de comunidad internacional, que la ayuda gubernamental para paliar un poco el sufrimiento de tantas personas ha sido muy escasa, casi inexistente. Se menciona que las familias cuyas viviendas se inundaron y se encuentran hasta la fecha inundadas, que habitan en más de 1400 comunidades que no han sido censadas en su totalidad, hay temor fundado de que no sean tomadas en cuenta y temen también ser fuertemente reprimidas si levantan la voz para clamar ayuda al gobierno federal y estatal, tal y como sucedió en algunas comunidades de Centla y colonias del municipio de Centro. El presidente de la República, declaró antes de su visita posterior a la primera inundación, que ahora el Fonden es de 500,000 millones de pesos y se usarán para atender a los afectados.

Algunos ciudadanos han cotizado el costo de los productos más baratos para reponer algo de lo mucho que perdieron las familias como cama con su colchón (solo una), un pequeño comedor, estufa y tanque de gas y refrigerador, tiene un costo superior a los 20,000 pesos. ¿Estará dispuesto el gobierno a erogar 2,000 millones de pesos, para apoyar a las 100,000 viviendas que sufrieron inundación según sus propias declaraciones? La respuesta debería ser positiva, ya que se tiene un techo financiero de 500,000 millones, según lo dicho por el presidente.  Pero muchos, aún dudamos que esos recursos sean empleados a cabalidad.

Como una muestra de que se puede ayudar a las miles de familias tabasqueñas que se encuentran inundadas, el Movimiento Antorchista Nacional, organización social y política de ciudadanos modestos, que no cuentan con ninguna clase de recursos, han iniciado una campaña de acopio de víveres no perecederos, ropa, agua embotellada, desechables, medicamentos, en las 32 entidades de la república, que ya empezaron a ser transportadas por medios propios y entregadas, en una primera etapa, por las brigadas de Antorcha junto con voluntarios de las comunidades, se han distribuido despensas en los municipios de Centro, Cárdenas, Nacajuca, Tacotalpa, Macuspana y Jonuta, por lo que hasta el momento han atendido a 61 localidades de estos municipios, beneficiando a más de diez mil familias, alrededor de 24 mil tabasqueños con una modesta despensa

Concordamos con el dirigente estatal del Movimiento Antorchista de Tabasco, quien hizo un llamado a los tabasqueños a organizarse y "a exigir el disfrute de sus derechos constitucionales a la salud, a la vivienda, a la alimentación, pues, como dijo el dirigente nacional del Movimiento, ‘los derechos no se mendigan, se conquistan’”.  También mencionó que el pueblo "debe ser consciente que el dinero que maneja el Gobierno es el dinero que juntamos entre todos los mexicanos y, en especial, las clases trabajadoras, los desposeídos, por ello debemos luchar para exigirle a esta administración, programas de rescate para los tabasqueños, con mayor razón, cuando el Gobierno ha reconocido en boca del Presidente de la República, la responsabilidad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), del gobernador y del propio Ejecutivo en las inundaciones sufridas”.

Hasta aquí la situación actual, de cómo se está viviendo la crisis causada por las fuertes inundaciones causadas por las fuertes lluvias y por el desfogue de la presa de Peñitas, que se encuentra bajo el control de la CFE.

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Pero, cabe preguntarse, ¿el pueblo tabasqueño y demás estados del sureste, siempre van a estar padeciendo de inundaciones, derrumbes (como los que ocurren en Chiapas, Veracruz, etc.) por causa de los fenómenos hidrometeorológicos que se presentan año con año?

Hasta el momento, al parecer, la respuesta parece afirmativa e inevitable, o por lo menos eso nos hace pensar la actitud de la mayoría de las administraciones federales y estatales.  Sin embargo, si analizamos más de cerca el problema y la experiencia de otros países, nos daremos cuenta que el problema no es imposible de resolver. Como muestra tenemos el caso de Holanda, que sufría inundaciones más severas y más catastróficas como la ocurrida en 1953, donde perdieron la vida 1,853 personas.  Pero ante esa gran desgracia, empezaron a realizar estudios y a realizar fuertes inversiones por parte del gobierno para construir grandes obras hidráulicas que los han salvado de este tipo de catástrofes naturales.

Ahora, gran parte del paisaje de los Países Bajos, con sus dunas, diques, molinos, canales y tierra ganada al mar (pólder) es artificial, porque ha sido trabajada por sus habitantes, en lucha constante contra el agua. Es la imagen tópica del país, pero también su realidad diaria, porque un 26% del territorio está bajo el nivel marítimo, y un 29% corre el riesgo de ser inundado por los ríos. Cerca de nueve millones de habitantes, del total de 17, vive en zonas de riesgo por el agua, pero el 70% del PIB se produce también ahí, y la forma de protegerse ha cambiado con el tiempo. Se ha pasado de la reacción ante inundaciones trágicas, como la de 1953, que costó la vida a casi dos mil personas en las provincias de Zelanda y Holanda del Sur, a la prevención. El refuerzo de los diques, que suman 43 modelos distintos, es constante, porque gracias a ellos nadie ha muerto en los últimos 60 años por culpa de las aguas. Pero ahora también se "construye con la naturaleza”, utilizando a veces como barrera la propia arena de un mar interior, o bien permitiendo que los ríos entren de forma controlada en la tierra y sea aprovechada de manera productiva en la agricultura y en la acuacultura.

Esta y otras experiencias nos indican que sí existe una solución posible al problema de las inundaciones, pues en la planicie tabasqueña existe un Delta formado entre dos grandes ríos (Usumacinta y Grijalva) que es y puede ser mucho más productivo, si se invirtiera en obras de infraestructura hidráulica, con el mismo propósito de controlar y aprovechar las aguas de estos dos grandes ríos y sus diferentes afluentes.

Pero se necesita un gobierno con visión, que no solo piense en salvaguardar los intereses de las grandes empresas y grupos económicos actuales, sino que priorice el bienestar de la población y, al mismo tiempo, tenga una visión productiva para aprovechar el gran potencial productivo que tiene está región del sureste mexicano.

Debemos entender de una vez por todas que este gobierno ni los anteriores, podrán encontrar solución a los grandes problemas que aquejan a nuestro pueblo trabajador, simplemente porque no quieren, no les interesa.

Imagínense, en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) del próximo año, nuestro presidente y flamantes diputados federales morenistas, destinaron la "grandiosa” cantidad de 200 millones de pesos para el dragado de ríos en Tabasco, para paliar el problema de las inundaciones; cuando el gobierno holandés ha destinado más de 7,400 millones de euros en el "Plan Delta” para ejecutar 300 proyectos hidráulicos a lo largo de la costa, lagos y ríos principales.

Por eso es importante el llamado que ha venido realizando el Movimiento Antorchista Nacional, de organizar, educar al pueblo mexicano para que tome conciencia de la terrible realidad en que vive, para decidirse a lanzarse a tomar el poder político de esta grandiosa nación y enderezar el rumbo hacia el progreso con miras a convertirla en un país altamente productivo y más equitativo en la distribución de su riqueza nacional,

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