MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Tabasco anegado por la 4T

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La tragedia de Tabasco se debió "al mal manejo de las presas; no ha habido obras de infraestructura, no han desazolvado los ríos, no se han construido los bordos de protección y se han robado el dinero&rdquo, era la crítica enérgica del entonces opositor Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en 2007, cuando las inundaciones dejaron a más de un millón de damnificados. A 13 años de distancia, ahora en su calidad de jefe de estado, elude su responsabilidad social echando culpas a la corrupción de gobiernos anteriores, amén de las obligaciones que indiscutiblemente incumplieron, AMLO lleva dos años teniendo en sus manos el Poder Ejecutivo y la mayoría del Legislativo, moldeando a sus intereses el PEF; es decir, ha tenido los recursos e instrumentos necesarios para actuar en beneficio de la ciudadanía pero ha fallado irremediablemente, hoy se muestra incapaz de proteger y ayudar a sus paisanos.

A 49 días de que se inundaran las primeras comunidades, los tabasqueños continúan esperando la tan prometida ayuda gubernamental; sin comida y agua potable tienen que tolerar el olor putrefacto del agua estancada en donde flotan animales muertos, enseres domésticos y toda clase de basura, pero lo que más nausea les causa es el olor fétido de un partido que los ha olvidado por completo. A falta de previsión y de mayor inversión en infraestructura hidráulica, la tragedia era inevitable: se reconoce oficialmente que hay 148 mil damnificados, 35 mil viviendas inundadas, en 13 de los 17 municipios del estado. Las pérdidas económicas aún no son cuantificadas.

En su segunda visita al estado, AMLO destacó que se cuentan con los víveres y alimentos suficientes para atender a la población afectada, la realidad es otra muy distinta: en la capital, diariamente se observan largas filas de ciudadanos esperando despensas, comida, agua, después de muchas horas, muchos tienen que retirarse con la impotencia de no poder llevarle nada a sus familias. En zonas como Gaviotas Sur y Valle Verde, donde el nivel del agua no ha bajado. Si esto ocurre en la capital, en las rancherías y comunidades más alejadas, las cosas están peor; la gente continúa esperando a que aparezca la Guardia Nacional, el Ejército, la Marina, la policía estatal o Protección Civil.

Esta catástrofe ha puesto al descubierto la ineficacia de Morena. Las declaraciones del presidente muestran la improvisación y negligencia con que gobierna. Reconoció que en la primera tormenta de octubre "decidieron desfogar agua de la presa Peñitas y no llovió como se esperaba, entonces, ese desfogue provocó inundación, pero fue un error de cálculo”. Ese error dejó un saldo de tres municipios inundados, cinco fallecidos y pérdidas millonarias. Posteriormente, el domingo 15 de noviembre, declaró que "tuvo que optar entre inconvenientes, por lo cual se evitó un daño mayor a Villahermosa, pero se afectó la zona chontal”. El "inconveniente” dejó a Jalpa, Nacajuca y Centla, donde viven los más pobres del estado, con el agua hasta el cuello. Frente a una disyuntiva inexorable, era imprescindible un plan de acción para disminuir las repercusiones, pero los encargados de velar por la vida y seguridad de la gente, carecieron de estrategias. El AMLO opositor pediría la renuncia inmediata del presidente o lo demandaría por irresponsabilidad y negligencia, como lo hizo en 2007.  

El Gobierno federal conoce el peligro inminente que representan las lluvias en el estado; sin embargo, no continuaron las obras que se tenían proyectadas, aduciendo que había corrupción, lo peor es que tampoco diseñaron otros programas y planes de contingencia que mejoraran los existentes. Hay proyectos inconclusos por falta de mayor inversión como el Proyecto Hidrológico de Tabasco, con vigencia a 2022. De 2015 a 2018, se invirtieron un total de 2 mil 799 millones de pesos, esto representa el 14 por ciento del monto total. "En el actual gobierno, el presupuesto para el Prohtab fue de solo 500 millones de pesos durante 2019, y de casi 200 millones de pesos durante este 2020. De acuerdo con el PEF 2021, el próximo año el programa para evitar inundaciones en la entidad sólo contará con 90 millones de pesos”. Este recorte criminal echa por tierra el discurso oficial.

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Además el mandatario ha ratificado su compromiso de solucionar el problema de las inundaciones de raíz, con base en el Presupuesto de Egresos de la Federación, según sus buenos deseos, el presupuesto centralizado, ya sin Fonden, será suficiente para atender la catástrofe. Una afirmación inverosímil ya que Tabasco, es una de las entidades castigadas en el PEF del próximo año, pues sus aportaciones tendrán una reducción de -5.1%, al pasar de 15,834 millones en 2020 a 15,025 millones en 2021. Al recortar el PEF, no priorizar el gasto social y desaparecer el Fonden, Morena está cancelando toda posibilidad de recuperación no sólo de sus paisanos sino de todo el país.

Como una idea singular se anuncia un plan integral, que será el cuarto en cuatro sexenios, para resolver de fondo las inundaciones, éste se llevará a cabo por etapas: contempla la entrega de apoyos de 10 mil pesos a cada familia para enseres domésticos con ello apenas alcanzarían a comprar una cama, una estufa y un comedor de medio uso, es cuestionable que con tal cantidad se pueda recuperar todo el patrimonio  perdido. También se propone que las presas permanezcan vacías en tiempos de lluvias, aunque en ese periodo no generen energía eléctrica pero esta medida ya se había acordado en 2008 y no la respetaron, continuaron  privilegiado la producción de energía eléctrica por parte de la CFE que mantiene llenas las presas.

Como se ve, Morena carece de un proyecto integral. Omite decir cómo ayudarán a todas las familias que han perdido su empleo, porque la pandemia y las lluvias les han quitado sus fuentes de trabajo, cómo se ayudará a la reconstrucción de viviendas si ya no hay Fonden y el gasto social fue recortado. Por el sólo hecho de que el mesías diga que habrá dinero suficiente para remediar las inundaciones, equivale a querer frenar la pandemia con el "detente”. No basta esperar a que bajen las aguas y recuperar todo para volver a la normalidad, el pueblo necesita con urgencia soluciones de gran calado y eso no se logra cancelando fideicomisos, priorizando los programas asistenciales con fines electorales por encima del gasto social, privilegiando obras faraónicas como el Tren Maya, Dos Bocas y Santa Lucía, en lugar de destinarlo a la emergencia sanitaria que ha cobrado la vida de 100 mil personas.

El Movimiento Antorchista anticipó en vísperas de las elecciones de 2018, que Morena no era la esperanza del pueblo y que votar por ellos para castigar al partido en turno, era un grave error. Basta observar la realidad para saber cuánta razón tenían: caída de la economía, una pandemia descontrolada, incremento de la violencia, desempleo y sobre todo mayor pobreza. Morenano cambiará su política de anteponer su interés electoral al interés social, en aras de conservar el poder. En las próximas elecciones toca al pueblo corregir el destino, utilizando los instrumentos democráticos, haciendo un frente común, con un voto razonado y consiente que impida el avance de lo que a todas luces parece perfilarse como una dictadura.

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