En junio de 2024 habrá elecciones que determinarán quién será el próximo presidente de México; además, se elegirán 128 senadores, 500 diputados federales, nueve gubernaturas, 31 congresos locales, mil 580 ayuntamientos, 16 alcaldías y 24 juntas municipales. Esta elección se realizará en el contexto del avance hasta ahora, del partido de Morena y su Cuarta Transformación en el número de puestos de elección en donde gobierna; recientemente ganó la gubernatura del Estado de México, con lo que llegó a 21 estados.
Este avance se da a pesar de que los gobiernos morenista han quedado a deber a la hora de presentar buenos resultados en cuanto al cumplimiento de sus principales compromisos de campaña, como fueron la disminución de la inseguridad y número de homicidios dolosos, combate a la corrupción y disminución de los niveles de pobreza extrema.
La posible explicación del avance de Morena es la intensa campaña propagandística que se ha encargado de estar repitiendo las mismas promesas y haciéndole creer al pueblo de México que va a llegar el momento en el que las pueda cumplir porque todavía es poco tiempo para componer todo lo que estuvo mal por muchos años de gobiernos neoliberales y conservadores como lo afirman los funcionarios morenistas y sus seguidores, apoyándose en que siempre tienen otros datos, diferentes a los de instituciones como el Inegi, Coneval, y diferentes a la realidad que viven muchos mexicanos que en sus bolsillos no tienen más dinero que antes para resolver necesidades tan elementales como la alimentación, salud, educación y vivienda, empeorando la calidad de vida de la mayoría de los mexicanos en lugar de mejorarla.
También deben estar operando en el ánimo de las masas populares el hecho de que en el escenario político del país existen los mismos partidos que ya tuvieron la oportunidad de gobernar y lo hicieron en favor de los intereses de la clase patronal y capitalista, reflejándose en el crecimiento de la concentración de la riqueza en esta parte de la población y por otro lado el crecimiento de la pobreza del pueblo trabajador. Es cierto que ha existido la alternancia en los gobiernos entre el PRI, PAN, PRD y Morena en la presidencia de la República, algunos estados y municipios, pero sin haber logrado un cambio positivo en la situación de vida de las masas populares, en consecuencia, el pueblo con toda razón se pregunta y ¿ahora por quién votar para que la situación realmente cambie en favor del pueblo?
Algunos luchadores sociales y autores sostienen que la clase trabajadora o proletariado en México, existen como tal, como clase social, pero que no tienen una vanguardia o partido que dirija la lucha para defender sus intereses como clase social mayoritaria, que ninguno de los partidos que existen en la actualidad es realmente un partido de los trabajadores, aunque varios partidos lo hayan llegado a afirmar, que conformar un partido auténticamente de los trabajadores es una tarea por realizar.
El partido auténtico de la clase trabajadora mexicana debe distinguirse porque se proponga realizar las tareas de organizar y educar a los trabajadores por medio del estudio de la historia, la economía y de la lucha diaria y no solo en épocas de elecciones para resolver sus demandas económicas inmediatas o de corto plazo, pero también debe plantearse la meta de mediano plazo de cambiar el modelo económico de producción actual por un modelo que haga posible una distribución más equitativa de la riqueza, para lo cual debe plantearse conformar una fuerza política de tal magnitud que pueda vencer la resistencia de las fuerzas políticas de las clases privilegiadas que hasta ahora han concentrado la mayor parte de las riquezas de nuestro país.
Mientras no haya una real alternativa para votar por ella, hay que hacer el esfuerzo por distinguir quién es el menos malo de los partidos, ya que son muy parecidos, pero no exactamente iguales; comprometer a los candidatos en campaña a resolver las principales necesidades del pueblo trabajador y una vez que estén gobernando, exigirles para que cumplan sus promesas porque además es su obligación cumplir con su trabajo. Todo esto sin renunciar a la tarea histórica de conformar un auténtico partido de los trabajadores.
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