Por supuesto, en los primeros días, la consigna fue clara: "debemos quedarnos en casa", así, lo exigía la contingencia sanitaria, esa es la mejor forma de apoyar al país; pero, también, al mismo tiempo, no debíamos despegar la vista de cómo evolucionaban los acontecimientos, sabedores de que el gobierno que tenemos no va a responder de manera adecuada a la magnitud del problema.
Ha pasado un mes desde que comenzó la contingencia por el Covid-19 y la respuesta por parte de los tres niveles de gobierno ha sido distinta.
El gobierno federal se ha limitado a informar y hacerse de la vista gorda ante la grave desigualdad social que atormenta al país, pues su incapacidad para hacer frente ha quedado clara. Ha pasado un mes y de forma negligente y criminal no ha implementado un plan económico para apoyar a los millones de mexicanos que se han quedado sin trabajo y sin actividad económica alguna, que les permitía llevar el sustento al hogar.
La desigualdad en México es clara, seis mexicanos concentran tanta riqueza como 62.5 millones de mexicanos que viven en la pobreza; luego de declararse la cuarentena, la respuesta de aquellos que tenían las posibilidades no se hizo esperar, la compra de despensa, de equipo básico, de productos indispensables, etc., para resguardarse en sus casas, pero tal como se esperaba, la gran mayoría de la población no pudo resguardarse a la de ya, con una despensa que le garantizara abandonar su actividad sin ninguna preocupación, para su hogar, pues uno de los mayores dilemas en nuestro país, se encuentra en ese sector de la población que trabaja en la informalidad y vive "al día".
El empleo informal abarca en México a más de 36 millones de personas, sin contar a los más de 2 millones de personas que se encontraban desempleadas y a los millones de mexicanos que fueron despedidos de su trabajo en cuanto empezó la contingencia; los mexicanos que viven al día, generalmente perciben ingresos menores a los $2,700 pesos, y el 60 por ciento de esto se van en el gasto de alimentos, el alquiler y los servicios. Este gran sector de la población que abarca a más del 80 por ciento de la población mexicana se encuentra en alta mar, sin un capitán, ni remos para saber qué hacer ante el tamaño de la situación y gravedad de esta nueva enfermedad.
En Yucatán, el gobierno ha impulsado una serie de apoyos económicos que comenzarán a repartirse en próximos días, entre el 18 y 19 de abril, algunos como el seguro de desempleo que consisten en la entrega de un apoyo económico de 2,500 pesos quincenales, suenan benevolentes y dadivosos por parte del gobierno del estado, encabezado por Mauricio Vila Dosal, pero la realidad golpea duro, como la manifestación en Palacio de Gobierno del 8 de abril, un día después de las inscripciones al programa, pues a pesar de que el gobierno se regodea con sus de 63 mil posibles beneficiarios que se inscribieron, en Yucatán al sector informal lo representan 419 mil yucatecos, más los desempleados por la contingencia, entre otros que acudieron con papeles en mano y que continúan llegando hasta la fecha para pedir, al gobierno del estado, reparta el pastel del presupuesto en partes iguales.
Uno de los apoyos que llaman mucho la atención por la poca solicitud y la gravedad de esta, es el apoyo para unidades productivas e insumos rurales, pues según las cifras del gobierno solo fueron recibidas 742 solicitudes ¿La estrategia para el campo está bien definida? ¿Se dio una difusión adecuada en las zonas rurales? donde la gran mayoría de los habitantes son maya hablantes y poco o casi nada hacen uso de la tecnología y en ocasiones no cuentan ni siquiera con la señal adecuada para hacer este tipo de trámites en comisarías y municipios.
Y así con los otros apoyos que ha impulsado el gobierno del estado, que aunque justos y oportunos, han sido rebasados por la desigualdad, la pobreza y la marginación, la magnitud del problema es evidente, es necesario crear mejores estrategias.
En Yucatán, el trabajo en los municipios es prácticamente nulo, la mejor estrategia gubernamental para estos, ha sido cerrar sus entradas para tener un mejor control de la situación sanitaria, pero nada más; recientemente el gobierno del estado ha anunciado 35 millones de pesos como apoyo para los 106 municipios que se espera pueda ayudar al combate del coronavirus o apoyos alimenticios, aunque se sabe que la distribución será en próximos días casa por casa, existe la incertidumbre entre las familias pobres de la entidad.
Antorcha ha dado esta semana, a través de nuestro secretario general, Aquiles Córdova Morán, nuestra posición, la emergencia económica y sanitaria es clara, la tremenda desigualdad social que existe en México sale a flote con la contingencia sanitaria por el coronavirus, es necesario crear una estrategia alimentaria urgente para estas familias que lo requieren, pues esta enfermedad no respeta clases sociales. Si es necesario, alzaremos la voz y saldremos, respetando las medidas sanitarias correspondientes, a las calles, pues no podemos quedarnos inertes ante la situación del país, no somos héroes, ni somos inmunes a la enfermedad, pero ¿acaso los muertos por hambre ahora no cuentan?
La indicación ha sido clara por parte del gobierno, claro que sí, debemos quedarnos en nuestras casas para que la enfermedad no nos infecte, esperar a que pase todo esto, a que este controlado, pero el hambre...el hambre, las necesidades básicas, los instintos básicos a quién esperan. Pueden pedirnos que nos comportemos como seres humanos civilizados, pero el estómago no sabe de moral, ni de valores.
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