Cuesta arriba y largo ha sido el peregrinar de los campesinos de El Polocote, en defensa de las 2,402 hectáreas de superficie que, desde tiempos inmemoriales ha poseído la población de El Polocote, tal y como se desprende de un plano certificado por el director de catastro del estado y expedido como certificación del original de agosto de 1966; en ese entonces, por el delegado del departamento de asuntos agrarios Ing. José ángel Mexquitic. En este plano, no se contiene anotación alguna de que, en esta superficie ni en las aledañas al dibujo, existan terrenos del fundo legal municipal. Pero, cabe subrayar que fue desde el 23 de mayo de 1929, cuando se decretó, la formación el ejido de El Polocote por el ejecutivo federal y, el 22 de febrero de 1938, fue cuando se publicó dicho decreto de ampliación y en esta última fecha quedaron reconocidos los terrenos de la congregación de El Polocote, en la misma resolución que concedió la ampliación del ejido por el presidente en funciones, quedándose pendiente los terrenos de la congregación para una nueva resolución presidencial ampliatoria del ejido, que no llegó a culminar en resolución presidencial pero, que desde ese momento y fecha, quedaron reconocidos como terrenos en posesión de la congregación (2,402 hectáreas); sin que a partir de ese momento nada ni nadie perturbara la posesión pública, pacífica y continua de los campesinos congregados sobre la superficie mencionada.
En ese entonces "...No había la fraude, el engaño ni la malicia mezclándose con la verdad y llaneza. La justicia se estaba en sus propios términos, sin que la osasen turbar ni ofender los del favor y los del interese", como diría Cervantes en su inmortal Don Quijote; pero la avaricia y los defraudadores no tardaron en aparecer y merodear por esos contornos. A partir de 1990, algunas gentes sin terreno, empezaron a aposentarse en la parte de los límites de la congregación, que colinda con la cabecera de Venado; lo cual no fue visto con malicia por los miembros de la congregación, porque los pobres con tierra o sin tierra son los mismos y espontáneamente tienden a la solidaridad; pero lo que nunca se imaginaron los campesinos pobres y trabajadores de la congregación, es que pronto habrían de aparecer gentes, que ostentándose como influyentes y hasta de el apoyo de gobernadores y funcionarios, fueron a ofrecer la escrituración de las superficies que venían ocupando los primeros colonos allí aposentados; a lo cual tampoco hicieron gran caso los abogados del núcleo El Polocote, o si lo hicieron fueron los tinterillos y litigantes que en vez de defensores de la congregación se coludieron con las autoridades y agarraron por su cuenta el negocio de vender lo ajeno, ofreciendo que legalizarían los terrenos de los avecinados". Así fue como han venido apareciendo, desde 1990 y hasta 2009 en los terrenos de la congregación, grandes bodegas, políticos locales con lotes de más de 1,000 metros cuadrados y, hasta una gasolinera.
Pero, para colmo de males, y esta es la gota que derramó el vaso, para el trienio 2009-2012, envalentonado por el poder municipal y la indefensión de los congregados, Jorge Alberto Gutiérrez Reyes invadió, vendió y tituló más de 260 hectáreas de la comunidad, bajo el pretexto de que eran terrenos del fundo legal y de que había mucha gente que necesitaba de un lote para vivir, sin embargo, en los "títulos expedidos" por Jorge Alberto Gutiérrez Reyes (panista, quien carecía absolutamente de facultades para ello y cuyas copias tenemos a la vista), no menciona para nada ni mucho menos demuestra que los terrenos que vendió hayan sido del fundo legal ni mucho menos que hubieran estado en posesión del ayuntamiento o que hubieran estado ociosos o abandonados; ya que esos terrenos, como a todo mundo le consta, quienes estaban en posesión legal y física, como también ya lo dijimos más arriba, desde el año 1938, son los vecinos de la congregación El Polocote.
Y como siempre sucede en estos casos, al ver las autoridades y los primeros pobladores la natural pasividad de los miembros de la congregación y, sabedores de la falta de legalidad y el abuso de la autoridad municipal de ese trienio 2009-2012 al vender terrenos que no eran suyos, repito, no eran de la autoridad municipal (pues jamás tampoco el congreso del estado les dio autorización alguna para enajenarlos), un grupo de vivales encabezados por Jorge Noriega Cabrera, Arturo Cabrera Candelaria, Jaime Cabrera y Alberto Gutiérrez Reyes, en connivencia con algún notario de esos que nunca faltan en estos casos, a partir del trienio del presidente Jorge Alberto Gutiérrez Reyes hasta esta fecha, han seguido llevando gente a fincar en los terrenos de la congregación, con la promesa de que ellos les van a "escriturar" y han venido haciendo el negocio de su vida, al vender diferentes superficies de un terreno que, sin lugar a dudas tienen como sus legítimos posesionarios a los miembros de la congregación El Polocote, reconocidos en esta condición desde 1938 como consta en los documentos referidos.
Independientemente de los delitos que les resulten a estos timadores y vivales, actualmente, los integrantes de la congregación de El Polocote, reconocidos por el Registro Agrario Nacional, en diferentes listas mostradas ante las diversas autoridades, han recurrido a diferentes dependencias como la Secretaría de Gobernación, Derechos Humanos, Procuraduría Agraria, Procuraduría de Justicia, Gobernación Federal, en las que hasta este momento no se ha puesto en duda, su carácter de posesionarios legítimos de la superficie ya descrita. No obstante, lo anterior, ninguna autoridad se ha dignado tomar iniciativa alguna para salvaguardar los derechos posesorios de la congregación El Polocote, del Municipio de Venado, quedando en letra muerta el Artículo 14 Constitucional que dice que nadie puede ser molestado en sus papeles, posesiones ni derechos, si no es a través de mandamiento escrito de autoridad competente y, en este caso, ninguna autoridad ha desconocido la posesión que tienen los congregados de El Polocote de las 2,402 hectáreas de superficie, cuya posesión data del año de 1938.
Esa ha sido la larga y azarosa lucha de la congregación de El Polocote en defensa de sus terrenos.
Ante la indiferencia, el abuso de las autoridades municipales y de los vivales que, bajo el cobijo de los poderes estatales, estuvieron vendiendo literalmente lo que no es suyo; es que los campesinos del Polocote han decidido plantarse por tiempo indefinido en los terrenos que día con día les vienen siendo arrebatados para venderlos, seguramente asesorados por gente con poder pero que no da la cara.
Por este motivo piden al Sr. Gobernador del Estado su enérgica intervención para que sus tierras sean respetadas conforme al plano que exhiben, por un lado, y por el otro que se les del apoyo necesario para que la superficie que detentan y la propia congregación culminen su reconocimiento como ejido ante la Secretaría de la Reforma Agraria ya que, por su pobreza y desamparo, no les fue posible seguir con sus trámites.
A quienes se encuentran en posesión y han fincado una vivienda les piden su respeto y apoyo para lograr que, como los sujetos con mejor derecho posesorio (carácter que tienen reconocido los campesinos de El Polocote por las autoridades agrarias de los lugares donde están aposentados los avecinados), cuenten con el apoyo de la congregación para lograr que se les legalice, gratuitamente, las propiedades que ya tengan fincadas pero, a cambio, que se deje de invadir en lo sucesivo todo lo que es de la legitima posesión de la congregación; al mismo tiempo, que piden el apoyo solidario y fraterno a todos los vecinos del municipio de Venado para que se respete indefectiblemente los terrenos de la congregación El Polocote.
Finalmente piden los integrantes de la congregación, que se encuentran plantados en defensa de sus terrenos, que el actual Presidente Municipal Martin álvarez se abstenga de intervenir y disponer, alentar o apoyar nuevas invasiones de los terrenos de la congregación, como lo hizo el nefasto y abusivo Jorge Gutiérrez Reyes, presidente panista en el trienio 2009-2012, pues son terrenos que ahora estarán en posesión personal de los Polocotenses, pues son el patrimonio familiar de sus mujeres y sus hijos mismo que han defendido por generaciones, pues esta vez los congregados, van a defender individual y colectivamente sus tierras, de cualquier abuso o intromisión de estafadores.
Al mismo tiempo, la mesa directiva de la congregación pide a las personas que necesiten un lote para vivir o sus escrituras, que no sigan engordando el bolsillo de los vivales que han venido lucrando con los terrenos de la congregación, pues los únicos con derechos sobre ellos son los asambleístas de la congregación y sus órganos representativos que, hoy como siempre están dispuestos a solidarizarse con todos los necesitados del Pueblo de Venado pero que solo exigen a cambio, respeto a su tierra, a sus derechos y a su congregación.
Antes de la nueva ley agraria le tocaba a los gobernadores tutelar a los desvalidos en este tipo de casos y si bien esa ley ha cambiado, por la antigüedad del núcleo El Polocote y por los documentos que existen en las diferentes oficinas de gobierno; toca al gobierno del estado garantizarles sus derechos a los campesinos de este centro de población. ¿O que opina el Dr. en Derecho, Juan Manuel Carreras, Gobernador del Estado? ¿Se escuchará por fin el clamor de justicia de los polocotenses?. Si no se les escucha, tendrán que hablar más fuerte para exigir justicia. Indudablemente.
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