MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

REPORTAJE | Puebla, con escasez de agua

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*Sufren colonias pobres por falta de agua potable

A pesar de que el 71 por ciento de la superficie del planeta es agua y el 29 por ciento restante es tierra, el volumen del líquido es relativamente pequeño comparado con el del suelo. Un balance sobre la condición del recurso hídrico en el Día Mundial del Agua 2021, del investigador Fernando González Villarreal, director del Programa de Manejo, Uso y Reúso del Agua en la UNAM (PUMAGUA), reflejó que su volumen es de alrededor de 850 millones de metros cúbicos3.

“La cantidad de agua sería una pequeña costra de 1.5 a 2 km. Como lo sugiere la siguiente analogía: si tomo una naranja y la sumerjo en una cubeta con agua, la superficie humedecida es algo similar al volumen que se cuenta en la tierra. Esa cantidad es todo lo que hay; no vamos a tener más. Aún más: sólo 0.3 por ciento, menos del 1 por ciento del agua que, de alguna manera, está almacenada en el planeta es la que podemos usar como agua dulce”.

El pequeño volumen de agua aprovechable por el género humano tampoco se distribuye uniformemente a lo largo del planeta. Como consecuencia de este problema —que, a pesar de estar en camino a su pleno apogeo, no es nuevo—, la gente con menos posibilidades de adquisición, es la más afectada.

Con frecuencia la disposición y demanda del agua no coinciden —como sucede en el mayor desarrollo, poblacional y económico del país—. La creciente demanda ha acabado con las corrientes superficiales y ahora va sobre los acuíferos. 

En México, hay cinco de las 13 regiones que están utilizando un volumen de agua que excede sus reservas, lo cual afecta el ciclo de producción de alimentos, como es el caso de “Noreste” (Sonora-Sinaloa), “Río Bravo” (Nuevo León), “Lerma Santiago Pacífico” (Jalisco), Valle de México y Balsas (Ciudad de México, Estado de México y Puebla).

Puebla no es la excepción respecto a la precariedad de este líquido vital. De hecho, está pronosticada como una de las primeras ciudades del país que se quedarán sin agua. “El estrés hídrico en México podría derivar que ciudades como La Paz, Monterrey y Puebla, sean las primeras en quedarse sin agua”, advirtió Gregorio Muñoz Álvarez, presidente de la Comisión de Recursos Hidráulicos de la Cámara de Diputados en febrero del presente año. 

El pronóstico —al menos en Monterrey—, acertó. Y por su parte, Puebla  es una de las ciudades del mundo con alerta roja por la inminente crisis que enfrenta por la falta de suministro de agua. Esto de acuerdo con el Instituto de Recursos Mundiales —WRI por sus siglas en inglés—, mismo que aseguró se debe al crecimiento desmedido de la población, la alta contaminación de los ríos y la baja recarga de mantos acuíferos.

Tlanesse: tanque de agua vacío

En la capital poblana —donde se concentra el mayor número de población del estado—, se consume anualmente entre el 40 por ciento y el 80 por ciento de sus reservas de agua.

La colonia Tlanesse, ubicada al norte de la capital poblana, tiene 10 años de fundación. En ella viven más de 750 familias y ninguna de ellas cuenta con el servicio de agua potable. Lo único que tiene la colonia es un tanque de agua que costó 5 millones de pesos y una red de agua conectada a este que, sin embargo, desde la instalación de ambos —hace más de 5 años—, no han sido utilizados, pues el gobierno municipal no ha culminado los trámites necesarios para la perforación de un pozo que los alimente.

Hasta el momento, son 3 los organismos que se pasan la bolita respecto a la conclusión de los trámites correspondientes.: Sistema Operador de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla (SOAPAP), Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), y el H. Ayuntamiento de la ciudad de Puebla.

Eduardo de los Santos, representante de la comunidad, informó que llevan más de 5 años en proceso de gestión. Sin embargo, hasta el momento no han sido resueltas sus demandas, por lo que en los últimos meses se han propuesto intensificar su denuncia.

Respecto al pozo, aseguraron haber cumplido con todos los trámites que les corresponden como ciudadanos. Incluso lograron, de manera organizada, la donación del terreno con las condiciones necesarias para la perforación de este. Lamentablemente, el proceso quedó estancado entre las 3 dependencias, pues ninguna les ha dado respuesta de la situación, por el contrario, los envían a la que sigue.

El mexicano a pie es el que sostiene la economía del país

Los vecinos de la colonia declararon que cada familia gasta, al menos, mensualmente un total de 900 pesos en pipas de agua. Es decir 5 salarios mínimos y la mitad de otro.

La situación tiene un panorama empobrecedor. Las familias “pequeñas” compran una pipa al mes. Las “grandes” más de una. El presupuesto invertido también varía respecto a si tienen tambos o cisternas. Pues si tienen que dar “mas de un tiro” las pipas, es más caro. Además, no siempre hacen acto de presencia, por lo que los periodos de escasez son a veces más amplios, a veces de hasta 15 o 20 días. 

Muchas de las familias optan por recabar el agua de lluvia y utilizarla, pero ésta no puede usarse para actividades de aseo personal, por lo que a veces tienen que bañarse cada dos días, lavar ropa una vez a la quincena y lavar sus trastes cada tercer día.

Asimismo, corren riesgo humano. Los trabajadores de las pipas no se encargan de llenar los contenedores, sino los ciudadanos o los hijos, quienes se encargan de la tarea si la pipa llega cuando sus padres están trabajando. En el último mes fue un colono la víctima. Tras subir a su azotea la manguera, este cayó. Resultó lesionado con fracturas en los brazos y dos lesiones de menor grado, una en la columna y otra en el cuello.

Respecto a las gestiones, las 750 familias se organizan de manera periódica para hacer acto de presencia en las dependencias y darle seguimiento al proceso. “Nos queda un mal sabor de boca”, dijo Rogelio Linares, tras asegurar que así como llegan, se regresan, pues no les dan respuesta y menos solución.

Por otra parte, los salarios bajos y la inflación obligan a las familias a sacrificar otras necesidades o el consumo de cosas, como carnes y lácteos, para poder solventar el gasto del agua. 

Don Daniel Domínguez, habitante de la colonia, calificó de triste tener “el elefante blanco” abandonado cuando se puede utilizar para proveer agua a las familias.

“Nuestras autoridades no nos han hecho caso, solo le dan vueltas y vueltas. Una dependencia le pasa la bolita a otra y la otra a la otra y así. Nosotros hacemos un llamado a nuestras autoridades para que nos volteen a ver y nos escuchen”, comentó.

“Nos vemos obligados a movilizarnos para ser escuchados. Es una tristeza esta situación ¿Qué tenemos que hacer para que nos hagan caso? ¿Tenemos que bloquear calles? ¿Hacer marchas? ¿Qué tenemos que hacer?”, cuestionó.

Asimismo, deseó que todo el dinero recaudado en los impuestos de la ciudadanía se viese reflejado en la infraestructura de la ciudad y en la garantización de los servicios básicos. “Ojalá se vieran reflejados en las colonias de toda la ciudad, no solo en las de los que tienen dinero”.

Después de 10 años de fundación, los ciudadanos esperan ver progreso, avance y desarrollo en su colonia.

Aseguraron que, pese a ser una de sus necesidades más sentidas, no es la única. Pues carecen de pavimentación, de alumbrado público además de que se ven sometidos a una ola de inseguridad.

“Hay un descontento general. El ciudadano a pie es el que más paga, el que más sufre, pero el que más aporta al país, el que sostiene la economía”, señaló don Daniel. 

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