MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Redes sociales, herramientas de cambio o destrucción

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El 6 de diciembre de 1914, los ejércitos revolucionarios de Pancho Villa y Emiliano Zapata entraban triunfantes a la Ciudad de México. Los dos ejércitos se dirigieron enseguida a Palacio Nacional donde los recibió el presidente interino Eulalio Gutiérrez y, tras un breve desayuno, se dirigieron al salón presidencial, lugar donde ocurrió la extraña anécdota en la que no se decidían quién se sentaría en la portentosa silla presidencial. Según algunos, discuten Villa y Zapata, puesto que en principio ninguno quería sentarse en esa silla.

Zapata afirmaba que la silla estaba maldita, y Villa que era para intelectuales, aunque, tras un breve tiempo, Zapata convence a Villa y éste posa para la historia sentado en la silla presidencial de terciopelo y forro de oro. 

Esta anécdota retrata un problema arraigado del pueblo mexicano que se trata del desconocimiento generalizado de la ciencia y los datos, las responsabilidades del gobierno, el funcionamiento de la economía; es decir, apatía por el área intelectual de la sociedad.

Todavía en el contexto del siglo XX era, hasta cierto grado, lógico que el grueso de la población sufriera ante las letras y los números. Vemos, por ejemplo, que hacia el año 1930 todavía el 61.5 por ciento de los mexicanos mayores de 10 años eran analfabetas, es decir, no sabían leer ni escribir (V Censo General de Población). La situación mejora para el año 2000 cuando se registra tan sólo el 9.0 por ciento de analfabetismo (XII CGP). Como se logra apreciar las actividades intelectuales, científicas y culturales hasta finales del siglo XX eran propias de la alta sociedad y allegados. 

El siglo XXI inauguró la era de las tecnologías y las redes sociales, lo que potencializó el acercamiento del conocimiento a casi la totalidad de la población de bajos recursos, a través de los teléfonos inteligentes, televisores, computadoras y tabletas. A la par que la modernización de la gran industria empezaba a requerir de la especialización de sus trabajadores-obreros, impulsando así la obligación de la escolaridad para poder ser contratado. Aun así, de acuerdo con el INEGI, la masa de analfabetas para 2020 era de 4.7 por ciento, que suman 4 millones 456 mil 431 personas.

El implemento de la modernización y la tecnificación de la sociedad no implica necesariamente progreso para todos los sectores sociales. La clase rica de México requiere de obreros especializados, pero no altamente estudiosos y cultos, porque, eso lleva consigo el germen de la inconformidad, el virus de la insurrección de los de abajo contra los de arriba. 

Así que la solución fue modernizar la sociedad en su parte económica-material y al mismo tiempo moldear la conciencia colectiva de la masa trabajadora con un bombardeo inmisericorde de videojuegos, telenovelas, deportes de apuestas, música comercial, pornografía, drogas, vicios de la política, etc. De esta combinación inducida en una gran parte de la sociedad mexicana se fue creando un ambiente de apatía política generalizada y de completo temor hacía la crítica del sistema económico. Y todo esto se recrudece en la medida en que a través de las redes sociales instaladas en los teléfonos inteligentes esta cultura llega a cada uno de los hogares de México. Con datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica del INEGI en 2020 en el país había ya cerca e 112 millones de smartphones y 84.1 millones de usuarios de Internet.

Pero, no todo está perdido. La era de la información ha beneficiado mucho a la sociedad también, distribuyendo contenido educativo en muy poca cantidad, pero se hace. Asimismo, gracias a la velocidad del internet los procesos productivos son más eficientes y rápidos. Las noticias han estado más al alcance de las grandes masas. Nos hemos vuelto dependientes de lo digital, de acuerdo al artículo Digital 2021 Global Overview Report publicado por We are Social Hootsuite; de enero 2020 a enero 2021 los mexicanos invierten en promedio 9 horas 01 minutos al día para conectarse a un dispositivo con internet. De las cuales, al menos 3 horas y 27 minutos se las dedican a revisar sus redes sociales. ¿Qué buscan los mexicanos en el internet? De acuerdo con el portal PRIMEWEB en 2021 las 5 palabras más buscadas en google México fueron: WhatsApp web, Traductor, YouTube, Facebook y Gmail. Este es el poder de alcance de las redes sociales y su red de aplicaciones distractoras. 

Ante este panorama debemos sacar ventaja. Los mexicanos organizados en Antorcha debemos detectar estas herramientas creadas y distribuidas por el sistema capitalista para aprender a utilizarlas a nuestro favor. Utilizarlas con la finalidad de formarnos en un espíritu de clase más esforzada por educarse y politizarse con sentido humano y con intención de liberación social. Por eso, invitamos a ver las noticias de la semana y del día, a leer algún artículo de opinión, un ensayo filosófico, ver una obra de teatro o un cuadro de baile del folklor mexicano, entre otras buenas cosas. El espíritu del nuevo hombre deberá estar curtido bajo un conocimiento bien encausado y no por una bola de contenidos chatarra. El proceso de desintoxicación no es fácil pero no es imposible. Con voluntad y con la dirección segura de nuestra organización podremos adelantar camino en la liberación de la clase trabajadora mexicana. 

Dejo a manera de buscapiés la siguiente información que abordaremos en otra ocasión: ayer pasó casi desapercibido el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza del CONEVAL, análisis estadístico del primer trimestre de 2022 que reporta la evolución del ingreso laboral y su relación con el costo de la canasta alimentaria, y Sonora aparece como uno de los pocos estados que sufren un incremento de la Pobreza Laboral con el 2.0 por ciento de incremento. En otras palabras, más pobres en el estado. ¿Y la Transformación?

 

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