Quintana Roo es uno de los estados más jóvenes que atrae millones de turistas al año, por sus playas de arena blanca y el área sobre la costa del Caribe conocida como la Riviera Maya.Un estado que ha experimentado un rápido crecimiento, con una población cada vez mayor, producto de gente que busca trabajo proveniente de distintas partes del país y que, al igual que muchos estados, resultó impactado por la crisis de la covid-19, que acumula ya 10 mil 813 personas infectadas en la entidad, desde el 13 de marzo a la fecha, provocando la muerte de mil 481 pacientes, pero que además fue afectado por 119 incendios forestales que arrasaron 44 mil hectáreas.
En junio, la tormenta "Cristóbal" afectó a más de 11 mil 423 familias en más de 80 comunidades, con una pérdida mayor a los 200 millones de pesos en cultivos y animales, además del colapso en caminos, carreteras, puentes y sistema pluvial.Y recientemente el huracán "Delta" que azotó gran parte de la zona norte, donde habitan los más vulnerables, los más pobres.
El Gobierno de Quintana Roo, encabezado por Carlos Joaquín González, desde que tomó protesta y asumió las riendas de su gobierno hace 4 años, en discursos señalaba que su prioridad era ser un gobernante cercano a la gente y que escucharía de viva voz sus propuestas, solicitudes y demandas resolviendo los problemas para disminuir la desigualdad social, restablecer la convivencia e implementar un Plan Estatal de Desarrollo (2016-2022) que es la herramienta que dota de orden a la acción pública del Gobierno, en el corto, mediano y largo plazo, pero todo quedó en discurso, palabrería hueca.
Y ese plan fue presentado y está integrado por cinco ejes rectores: Desarrollo y Diversificación Económica con Oportunidades para Todos, Gobernabilidad, Seguridad y Estado de Derecho, Gobierno Moderno, Confiable y Cercano a la Gente, Desarrollo Social y Combate a la Desigualdad, Crecimiento Ordenado con Sustentabilidad Ambiental, pero de eso los más humildes ni enterados.
Miles de familias humildes del campo y la ciudad están cansados de que las autoridades gubernamentales no actúan como lo exigen las circunstancias, no generan empleos en cantidad y calidad, sigue sin atender las necesidades básicas de los grupos más vulnerables de la entidad como apoyo para el campo, obra de infraestructura en las colonias humildes, mejoramiento a la vivienda y apoyo a estudiantes de bajos recursos económicos.
No hay infraestructura pública suficiente, ni tampoco programas sociales que permita a los obreros, campesinos y pequeños productores atender sus necesidades más básicas y continúan enfrentando los flagelos de la miseria.
Son 373 mil 735 personas que tienen carencia por acceso a la alimentación, lo que representa un 21.7% de la población que no tiene para comer.También, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación para la Política de Desarrollo Social (Coneval) el 28.5% de los habitantes no tiene el presupuesto para adquirir una canasta básica, lo que se traduce a 491 mil 128 personas del millón 723 mil 259 habitantes que tiene el estado, que se encuentran en esta situación.
Desafortunadamente la simulación del Gobierno hacia la población es precisa, aquí no es necesario solo tratar de aparentar en fotos que se dan apoyos de despensa, o se "atiende" el sector salud, ante la pandemia, resaltar en los medios que se está trabajando, pues estos ejes sólo muestra únicamente que prioritario es atraer inversiones extranjeras a toda costa para el financiamiento de proyectos turísticos, sin considerar los intereses de las comunidades y empresas locales y aliviar en algo la pobreza que aquí se padece.
Los indicadores de inseguridad van incrementando aceleradamente, pues junto con ella también lo hace la delincuencia.Aún le quedan decenas de compromisos por cumplirle a la ciudadanía.La imagen del Gobierno del estado es clara: la simulación, en la que todo parece estar bien, aunque poco funcione en la realidad y como diría Marco Tulio Cicerón "Todas las cosas fingidas caen como flores marchitas, porque ninguna simulación puede durar largo tiempo".
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