MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Qué pasa con el movimiento feminista?

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Dos casos crueles han saturado los medios de comunicación en estos días; dos sucesos que han conmocionado a todo el país, provocando que miles de mexicanos se sumen a un movimiento; me refiero a los brutales asesinatos de Fátima Cecilia, una niña de siete años e Ingrid Escamilla una adolescente de 25 años.

Estos dos sucesos conmocionaron al país entero, lo que provocó que para el día 9 de marzo se esté organizando un paro nacional en el que se propone que las mujeres no salgan de sus casas, no acudan a sus trabajos, no realicen compras en ninguna tienda y menos por Internet; todo esto con la idea de que el país entero se dé cuenta cómo sería un mundo sin mujeres, si es que en algún punto de la historia todas nosotras dejáramos de existir.

Según datos estadísticos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en México, en 2019 hubo 1,006 víctimas de feminicidio, lo cual equivale a tres mujeres asesinadas por día, en promedio; estas cifras rebasaron con mucho las de años anteriores, donde en 2015 se registraron 411 feminicidios; en 2016 fueron 602; en 2017 sumaron 741; y en 2018, 891 casos.

Estas cifras pueden mostrarnos claramente que, en nuestro país, la violencia ha ido en incremento, que no se han atacado radicalmente los problemas que ocasionan tan despreciables actos dentro de una sociedad; lo que los mexicanos necesitamos tener claro es qué es lo que ocasiona esto y cómo se puede y debe remediar.

En su libro "La mujer y el socialismo", August Bebel inicia con un párrafo a mi parecer de gran relevancia para este escrito, donde plasma la siguiente idea: "Vivimos en tiempos de una gran revolución social, que avanza más cada día. En todas las capas de la sociedad se nota un movimiento e inquietud cada vez más fuertes, exigiendo transformaciones profundas. Todos sienten que tiembla el suelo sobre el que se apoyan...Una de las más importantes, y que de día en día va ocupando el primer plano, es la cuestión de la mujer."

Es solamente un párrafo, pero con una idea realmente contundente, pues Bebel nos da a conocer que la lucha en defensa de las mujeres no es de ahora, sino de hace muchos años, misma que inició como una forma de que las mujeres, quienes, por cierto, en nuestro país somos el 51.1% de la población total, ha buscado la manera de mejorar las condiciones sociales. Pero de igual manera, Bebel nos da claridad al mencionarnos que no sólo dichas reivindicaciones han tomado fuerza, sino muchos movimientos sociales más.

El verdadero problema no es el incremento de la violencia, éste es una consecuencia que surge a raíz del incremento de la desigualdad económica, derivada del sistema vigente no sólo en nuestro país, sino en todo el mundo occidental; un sistema en el que una pequeña minoría, pasa por encima de todos y de todo con tal de satisfacer sus necesidades, dejando así a la inmensa mayoría de la población mundial sufriendo pobreza y pobreza extrema.

Una persona que no puede satisfacer ni sus necesidades básicas como alimento, vestido y un lugar para vivir, hace lo que sea necesario para poder sobrevivir, haciendo que con esto se incremente la delincuencia, los asaltos, robos y evidentemente, también los homicidios, entre los que entran los feminicidios. El hombre se vuelve desalmado, pierde toda la sensibilidad humana para lograr sobrevivir, lo que provoca en la sociedad un retraso y conductas deshumanizadas.

Bebel, pues, nos deja una enseñanza notable, a la que todos deberíamos poner atención: "No sólo se trata de realizar la igualdad de derechos de la mujer con el hombre en el terreno del orden social y político existente, sino, más aún de eliminar todas las barreras que hacen que el hombre dependa del hombre, y, por tanto, también, a un sexo del otro". La lucha de clases, querido lector, no reconoce género.

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